sábado, 28 de diciembre de 2013

GIANMARCO Y LOS FUEGOS ARTIFICIALES (hacer click en la imagen para leer interesante twitter sobre el tema)


Toda esta historia de Gianmarco Zignago y su engreído berrinche por redes sociales es una pequeña metáfora de la idiosincrasia de nuestra sociedad viciosa, cargada de egos monumentales, huachaferías diversas y una incontinencia pertinaz cuando se trata de creerse lo que no se es, gracias a las bombardas publicitarias que un cantautor de calidad común y corriente ha recibido y sigue recibiendo. 

Y además de engreído, ese berrinche virtual no es más que expresión de la piconería de quien ve que el negocio no le salió bien. Me explico: habría que ser demasiado ingenuo -o demasiado hincha de Gianmarco- para creer que la indignación del susodicho por el uso indiscriminado de pirotécnicos en Navidad es mayor que sus ansias egocéntricas de convertirse en trending topic, esa enfermedad que padecen todos los adictos al pajarito azul que es incapaz de decir frases que contengan más de 140 caracteres.

Me parece que este compadre buscó concitar, a través de su "indignado" tweet, una corriente de opinión contra los cohetones que lo colocara como líder de opinión en las encuestas de fin de año, Claro, es la fórmula perfecta: escoges un tema sensible y lanzas un petardo -sin alusión intencional al tema de los fuegos artificiales en cuestión- que te catapulte (o que te vuelva a catapultar) a los picos más altos de la popularidad de las encuestas de poder. Quizás este año terminas junto a Beto Ortiz en el ranking de "personas influyentes". Pareciera un consejo emanado de la fábrica de mentiras de Gustavo Rodríguez, el publicista de lentecitos con montura aérea que se cree escritor.

Y no es que las críticas ante la quema compulsiva de silbadores, ratas blancas y demás artilugios de dudosa procedencia estén equivocadas. Por supuesto que no. De lo que se trata, en este caso por lo menos, es que el señor Gianmarco Zignago que es, en este país, más omnipresente que el mismísimo Niño Jesús, hasta el punto que hablar mal de él en las redes sociales (por lo menos antes de este escandalete) podía terminar en la excomunión y que conversar con Regina Alcóver es casi como conversar con la Virgen María en persona... 

Decía que en este caso, Gianmarco alzó su "voz de protesta" porque una bombarda cayó en la puerta de su casa, o sea en el templo sagrado al cual acuden en peregrinación (por lo menos él lo cree así), miles de incautos musitando Una canción de amor y chillando de placer porque se ganaron una guitarra autografiada o porque tienen entre sus cosas el cancionero con recetas del BBVA lleno de fotos del "pelao" junto a Gastón Acurio. Claro, la Marca Perú hecha carne a través de la invasiva figura de Gianmarco, el artista nacional más sobrevalorado de los últimos 60 años.

Desde hace años Gianmarco dejó de ser la persona sencilla y hasta medianamente agradable que alguna vez fue, para convertirse en un monumento al egocentrismo y la actitud divesca de quien se siente un iluminado por los dioses y las musas de la inspiración. Cantautor de carisma chacotera y vulgaridades encubiertas, el compadre se crió entre tablas y telones gracias a sus padres, y apareció en cámaras desde que era un niño. Esa imagen del muchachito engreído que calla a todos los adultos para cantar en medio de la reunión familiar fue replicada por Gianmarco en cadena nacional y, poco a poco, se fue incrustando en la farándula local la (falsa) idea de que el tipo era algo así como un genio.

Algunas baladas cumplidoramente bien escritas captaron la atención de Emilio Estefan y desde entonces su carrera, que no daba para nada más que para vender miles de discos a nivel local y conducir un programa ridículo junto a otro niño mimado de la tele nacional -Bruno Pinasco- se transformó en una megainversión transnacional que operó el cambio de personalidad que hoy lleva a Gianmarco a comportarse como se comporta: ahora es un insufrible ególatra con poses de trovador, que se ha metido en todos los conciertos de artistas de habla hispana que ha podido como "invitado" y que lidera los rankings sobre la base de una música que tiene lo mismo de inocua como repetitiva. Hasta libros de autoayuda dice que escribe, con máximas y consejos al mejor estilo de ese otro personaje de nuestro folklore farandulero llamado Mauricio Diez Canseco.

Pero hay una cosa que invalida la protesta de Gianmarco frente a los pirotécnicos y los evidentes peligros y molestias que generan: él los utilizó a discreción en su personalísimo concierto en el que celebró sus 20 años de carrera en el estadio de San Marcos, hace un par de años si la memoria no me falla. Como todos sabemos, la universidad se encuentra frente a zonas urbanas y los bombazos con los que Gianmarco cerró "su noche" deben haber dejado sin dormir a más de una familia y sin paz a más de una inocente mascota.

Por eso su destemplada reacción -llamar "perros" a quienes lanzan cohetes en Navidad- y su posterior bloqueo, no cierre, de sus cuentas en Facebook y Twitter -que son lo máximo cuando todos son halagos y "me gusta" pero que pueden ser de lo más reveladoras cuando se enciende la ira popular- dejan al descubierto una personalidad inflamada por la arrogancia, incapaz de aceptar que ha cometido un error, como cuando insultó a quienes abandonaban su concierto en algún lugar de los EE.UU.

Gianmarco ha vuelto a activar sus cuentas, según dice por los sabios consejos de su madre, la venerada actriz y personalidad de radio y televisión Regina Alcóver. Y en las últimas 48 horas he visto su imagen cuidadosamente calculada para caerle bien a la Lima que no deja nunca de mirarse el ombligo, recorriendo los sets de Canal N, Canal 9 y Canal 4, casi como en desagravio. O sea que, por mucho que este tema haya mostrado el verdadero fustán de esa cuasi perfección orquestada, el mito de Gianmarco-eres-lo-máximo seguirá siendo explotado por los mercachifles de la prensa convencional.

Una más para el anecdotario de esta ciudad que parece haber olvidado lo que realmente cuenta: la sencillez, la autenticidad artística, el ser consecuentes y tener sentido común.

martes, 24 de diciembre de 2013

EL SIGNIFICADO DE LA NOCHE BUENA


Mi colaboradora eficaz, Yvette Irán Ubillús Mimbela, escribió algo muy bonito sobre la Navidad y quiero compartirlo con todos los lectores de esta bitácora, pobre pero honrada. Por lo general reniego en Navidad por la parafernalia publicitaria, las vendedoras de marcianos que tocan el vidrio de sus neveras con una moneda para llamar la atención, las aglomeraciones en el Mercado Central y las compras que te parten los dedos porque llevas tres o cuatro bolsas por mano, a veces de cosas de lo más sencillas pero pesadas. Pero también por lo general, el espíritu navideño se cuela en mis pensamientos y me alegra. Me genera la necesidad de dar gracias por todo aquello que la vida me regala, sin necesidad de tarjetas de crédito: la posibilidad de tener trabajo, la salud de mis seres queridos, hacer lo que a uno le gusta sin hacerle daño a los demás, ser consecuente con las propias ideas y mantener la capacidad de indignación ante lo injusto, lo desigual, lo corrupto, lo inculto y lo vulgar. Pero bueno, mejor lean lo que escribió Yvette:

LO QUE IMPORTA ES ESTAR UNIDOS EN PAZ Y ARMONÍA, ESO ES NAVIDAD
por Yvette Ubillús

Llegó el día por el que tanto hemos trajinado últimamente, ese día de reunión, cena, brindis y regalos, llegó la víspera de Navidad y esta noche es Noche Buena. Y como su nombre lo dice ese es su principal significado: tener una noche en la que podamos experimentar la bondad de la verdadera celebración navideña. No de la televisiva o la publicitaria sino esa Navidad de unión, reconciliación, perdón, agradecimiento y generosidad.

Una noche en la podamos combinar de manera armónica de nuestra alegría con el significado verdadero de esta celebración: el nacimiento del Niño Jesús, niño humilde que a pesar de haber podido tenerlo todo como un rey nació en la pobreza económica pero en la riqueza del amor de sus padres, de aquellos que lo rodeaban sin distinción. Porque de eso se trata, de abrir los ojos y descubrir que con mucho o con muy poquito, si lo compartimos entonces es Navidad.

En este día todos podemos hacer un regalo que no nos cuesta nada económico: una sonrisa, un abrazo, un apretón de manos, un sentido gracias, un buen deseo. Los que puedan dar más que  sea con amor, con corazón, no solo comprar algo por comprar, un regalo dice mucho de cuánto conoces a la persona a la que se lo brindas. En estas épocas donde se intercambian regalos con tarifas, por lo general altas, piensa que después de todo es solo una cosa.

También podemos tomarnos un momento para hacer una reflexión acerca de lo que tenemos, no en bienes materiales o dinero, pero sí en vida, salud, familia, amigos, trabajo, eso que nos parece evidente y natural pero que en realidad es lo más valioso y de lo que mucha gente carece. Si puedes hacer una oración en familia antes de la cena, bendiciendo todo aquello con lo cuentas y pidiendo que también puedan tenerlo aquellos que hoy sufren, están en peligro, solos y desposeídos, estarás enviando esa maravillosa vibración al universo para aliviar a los menos afortunados.

Y qué lindo sería que todas las noches fueran noches buenas ¿verdad? Noches de bendiciones, nobleza y solidaridad que mantuvieran viva la llama de paz que la Navidad significa, con regalos para el espíritu que le dieran a nuestra vida la armonía y estabilidad que el dinero no puede comprar. ¿Por qué no? Tal vez podemos hacer de esta Noche Buena la primera de las 365 que cada año nos regale.

¡Feliz Noche Buena, Feliz Navidad!




sábado, 21 de diciembre de 2013

MÁS SOBRE FRANK ZAPPA: HOY HABRÍA CUMPLIDO 73 AÑOS


Mi último post fue acerca del vigésimo aniversario del fallecimiento de Frank Zappa, uno de los músicos norteamericanos más importantes del siglo 20. Hoy estaría celebrando setenta y tres años de edad, de no haber sido porque un cáncer mal y tardíamente detectado, a la próstata, acabara con su camino musical y artístico, uno que probó ser el más mordaz, auténtico e irreverente frente a todas las instancias que le tocó atravesar. Respetadísimo entre la crema y nata del rock and roll y absolutamente desconocido para la masa consumidora de productos desechables e intercambiables, Zappa demuestra que hasta hoy sus creaciones musicales, sus conceptos sociales y políticos, y su actitud contracultural continúan siendo manjar de minorías. 

Como los primeros libros del socialismo, la música y personalidad de Frank Zappa son actualmente innombrables para la prensa convencional. Ni su muerte ni su cumpleaños son recordados por las principales webs o publicaciones del establishment porque él, a pesar de generar millones de fans en el mundo entero durante sus casi cuatro décadas de trabajo ininterrumpido e intenso con su humor bizarro -a veces intencionalmente absurdo- su desafiliación a todo lo que fuese "políticamente correcto", jamás se dedicó a entretener al público. 

Zappa no tenía concesiones a la hora de decir lo que pensaba o de tocar lo que se le antojaba tocar. Y en ese sentido, se ganó al más grande enemigo que un artista contemporáneo podría haberse ganado en el mundo del espectáculo: al gobierno de los Estados Unidos. Por eso no hay un doodle sobre él en Google. Por eso no hay posts del New York Times o de la Rolling Stone. Por eso El Comercio no pone su desagradable cara en portada a color en Luces. Zappa fue tan directo y confrontacional con las hipocresías y las angurrias del mercado en el que se ha convertido la sociedad occidental que, una vez muerto, recibió el peor de los castigos: el ninguneo, el ser borrado de la memoria colectiva, la aplicación de aquella ancestral ley egipcia: todo lo que no se nombra, simplemente no existe. Por lo menos eso es lo que ellos creen.

Por eso, en lugar de poner vídeos de algunas de sus cientos de canciones -tarea que queda para quienes realmente tengan interés: buscar en YouTube y ponerse a prueba escuchando la música de FZ- voy a darles una pequeña muestra de sus ideas, a través de frases extraídas de diversos contextos (entrevistas en revistas, programas de televisión, libros, letras de canciones, conciertos etc.). Así hablaba Zappatustra:

"Algunos científicos dicen que el hidrógeno, debido a que es tan abundante, es la principal base del universo. Yo discuto eso. Yo creo que hay más estupidez que hidrógeno, y esa es la principal base del universo, la estupidez".

"Si quieres tener sexo, ve a la universidad. Si quieres una educación, ve a la biblioteca".

"Estados Unidos es una nación de leyes: pésimamente escritas y aleatoriamente forzadas".

"La mayoría del periodismo musical está formada por personas que no pueden escribir, que entrevistan a personas que no pueden hablar, para personas que no pueden leer".

"El comunismo no funciona porque a la gente le gusta salir y comprar cosas".

"Si tus hijos se dan cuenta de lo estúpido que realmente eres, te mataran mientras duermes".

"Abandona la escuela antes de que tu mente se pudra al exponerse a nuestro mediocre sistema educativo. Olvídate del baile de promoción y anda a la biblioteca y edúcate a ti mismo, si tienes el valor de hacerlo".

"Cientología ¿qué rayos es eso? Te dan esas pequeñas latas y después viene este tipo a hacerte unas cuantas preguntas y, si pagas suficiente dinero, puedes unirte al grupo ¿qué clase de religión es esa?"

"Creo que si una persona no se siente cínica, está desfasada en este siglo 20. Ser cínico es la única manera de entender a la civilización moderna, no puedes tragarte el cuento completo".

"Cuando Dios creó a los Republicanos, abandonó todo lo demás".

"Me gusta ver las noticias, porque no me agrada mucho la gente y cuando ves las noticias... quiero decir: si tienes una ligera idea de que la gente es verdaderamente terrible, puedes ver las noticias y convencerte de que tienes razón al pensar así".

"No seamos tan rudos acerca de nuestra ignorancia... es lo que hace a Norteamérica grande".

"La esencia del Cristianismo está contada en la historia del Jardín del Edén. La fruta prohibida era del Árbol del Conocimiento. El subtexto es, todo lo que estás sufriendo ahora es porque quisiste entender qué estaba pasando. Aun podrías estar en el Jardín del Edén si hubieses mantenido la puta boca cerrada y no hubieses hecho ninguna pregunta".

"Tengo un mensaje importante para toda la gente bonita en el mundo. Si estás allá afuera y eres bonito o hermosa, solo quiero decirte algo: hay muchos más de nosotros feos de mierda, somos más que ustedes, así que cuídense".

"El síndrome de la persona "cool" es particularmente norteamericano. Parte de eso tiene que ver con la forma en que se maneja el negocio educacional en los Estados Unidos: no está basado en cuanto puedes enseñar a tus hijos. Está basado en cuanto dinero pueden hacer los proveedores de materiales educativos a partir de tus hijos".

"La información no es conocimiento. El conocimiento no es sabiduría. La sabiduría no es la verdad. La verdad no es la belleza. La belleza no es el amor. El amor no es la música. La música es lo mejor".

jueves, 5 de diciembre de 2013

VEINTE AÑOS SIN FRANK ZAPPA (1993-2013)


Hace unas semanas una persona muy cercana me preguntó: "¿Y de verdad Frank Zappa es tu músico favorito?" Y aunque pareciera una pregunta inocua y de respuesta predecible, decidí tomarme unos minutos para pensarlo. Admiro a tantísimos músicos, de tantísimas épocas y estilos que sería muy difícil escoger uno que sea mi favorito, a exclusividad. Ocurre que -y esta fue parte de lo que contesté a mi inquisidora- Frank Zappa no es mi único músico favorito, pero si hablamos de artistas, el genio de Baltimore (Maryland) se lleva el primer lugar de mis encuestas internas por amplio margen, por tres características esenciales: independencia, agudeza y creatividad.

En la internet abundan los datos biográficos de Frank Vincent Zappa, de modo que no me sumergiré en aquellas cosas pues me tomarían mucho más tiempo. De hecho, muchas veces he pensado que si quisiera dedicarme a difundir todo el caudal de información del cual dispongo acerca de su vida y carrera, tendría que abrir un blog en el que exclusivamente escriba sobre eso. No se trata de un simple guitarrista de rock de los 70s. Hablar de Frank Zappa significa hablar de un personaje que cambió dramáticamente la manera de entender a la sociedad norteamericana, la política mundial, los análisis sociales, la industria discográfica y una multiplicidad de conceptos relacionados al rock, el jazz y la música clásica.

Este hijo de inmigrantes italianos nacido en 1940 -como él mismo decía "es hijo de la revolución industrial"- que se dedicó a la música popular casi de manera accidental, para mí es el equivalente a Miles Davis en el mundo del rock and roll. Empezó su carrera allá a mediados de los sesenta, con una banda de doo-wop y rhythm and blues llamada The Blackouts, en la que tocaba la batería. Su primera obsesión fue la música instrumental contemporánea (música "clásica" de los siglos 19 y 20), orientada a la percusión, que conoció a través de la obra del compositor francés afincado en los EE.UU. Edgar Varèse, de quien años más tarde adoptaría la siguiente expresión: "The present composer refuses to die" ("el compositor actual se rehusa a morir"). De allí que en sus múltiples ensambles encontremos siempre una gran diversidad de sonidos relacionados a la percusión: dos baterías, campanas, cencerros, panderetas, líneas extremadamente complejas para vibráfonos, xilófonos, etc.

¿Y por qué "el equivalente a Miles Davis"? Trataré de explicarlo brevemente: al igual que el negro Miles, FZ trascendió a la idea de ser un músico de rock para convertirse en un compendio de todas las opciones que pudiesen llegar a su paleta creativa. Armado de su inseparable Gibson SG, Zappa combinó, desde su primer álbum oficial, géneros aparentemente opuestos e inconexos como el blues, el soul, la música concreta, la música electrónica, el surf, el jazz, el country, entre muchos otros. Y con el correr de los años su discografía se convirtió en un indefinible cuerpo de trabajo que exigía cierta preparación y cultura musical para ser entendido. La música de Frank Zappa no es para todo el mundo, y lo digo sin un atisbo de arrogancia. Es simplemente la comprobación de algo perfectamente observable. Sométanse a escuchar, de principio a fin, el disco Absolutely free de 1967 (su segunda producción discográfica) y luego díganme si lo entendieron, si les pareció bueno a la primera. Es un desafío sonoro y letrístico, un punto de quiebre frente a lo que cualquier persona podría esperar de una banda de rock sesentero.

Otro de los aspectos que lo ligan al genial trompetista de jazz es que, bajo su égida, surgió toda una generación de músicos notables, a quienes Frank descubría y reclutaba por su extremo virtuosismo y posteriormente, ya cuando trabajaban para él, exigía al máximo para sacar lo mejor de ellos, en pos de conseguir que la compleja música que escribía estuviese siempre bien interpretada, sin errores. Así podemos enumerar, solo para que se den una idea, a personajes como Jean-Luc Ponty, George Duke, Captain Beefheart, Aynsley Dunbar, Lowell George, Alice Cooper, Terry Bozzio, Adrian Belew, Steve Vai, Warren Cuccurullo, Chester Thompson, entre muchísimos otros. Todos ellos iniciaron sus carreras en contextos musicales dirigidos por Frank Zappa y se convirtieron, por derecho propio, en famosos e influyentes artistas en sus respectivas áreas de creación e interpretación, tal y como sucedió con el creador de Kind of blue. Y todos recuerdan, siempre hasta hoy, las enseñanzas y experiencias a las que tuvieron acceso por haber pertenecido, alguna vez, al Universo Zappa.

Pero Frank Zappa tiene, además, una dimensión no-musical en la que no solo se aleja sino que supera al legado artístico de Miles Davis: su ácida manera de pensar con respecto a la sociedad norteamericana no dejó nunca de aparecer en las letras de sus canciones, en sus entrevistas televisivas (hay muchos ejemplos de ello en la internet). Recuerdo que en el DVD Does humor belong in music?, que registra un concierto de 1984, Zappa aparece mirando a la cámara y diciendo: "Un consejo para todos los niños que vean este programa: si se te acerca una persona en terno y corbata, te regala caramelos y te pregunta si está bien enviar soldados norteamericanos a Nicaragua, dile que NO", en clara alusión a la política exterior de Ronald Reagan, a quien criticó duramente todo el tiempo. Los demócratas tampoco se libraron de su agudeza y claro sentido común para disparar contra los corruptos de su gobierno. Son históricas sus intervenciones en el congreso norteamericano, en 1985, defendiendo el derecho a los músicos por expresarse, en medio de la cacería de brujas emprendida por Tipper Gore -esposa de Al- desde una institución llamada PMRC (Parents Music Resource Center) que consideraba sus letras como dañinas a la sociedad.

Compositor de ilimitada capacidad creativa, guitarrista extremadamente virtuoso e innovador, productor discográfico y cineasta, comentarista social poseedor de un humor negro capaz de provocar escozores en todas las instituciones, Zappa trabajó prácticamente hasta el último día de su vida, acaecido hace veinte años, en qe falleció víctima del cáncer de próstata. Desde entonces no han dejado de aparecer álbumes póstumos con material inédito, de años y años de acumulación de trabajo en The Utility Muffin Research Kitchen, el estudio propio que armó en su propia casa. Incluso, en los últimos años de su existencia, deslizó la posibilidad de postular a la presidencia de los Estados Unidos, organizando campañas para registro al voto y discursos en sus multitudinarios conciertos. La sociedad política estadounidense entró en pánico ante esta noticia y descargó toda su batería de ataques hacia esa amenaza al establishment. Zappa declaró en una de sus entrevistas: "Yo jamás gastaré millones de dólares en campañas publicitarias, sonriendo ante cámaras con sloganes pegajosos y cargando niños, diciéndote que soy la mejor opción. Si quieres saber lo que pienso hacer en el gobierno, llámame, ven a mi casa y te lo cuento".

Podría escribir muchas otras cosas pero en realidad es necesario mayor espacio para hacerlo cumplidamente. Me conformo con decir que ahora, veinte años después de su partida, es sintomático y curioso que la prensa de espectáculos y del negocio de la música de los EE.UU. no haga ningún recuerdo de él, por lo incómodo que era a sus propósitos embrutecedores, pero sí nos siga hablando de Elvis Presley, de Marylin Monroe o de John F. Kennedy, personajes que, independientemente de su importancia en el arte o en la política, eran, al final de cuentas, inocuos pues jamás pusieron el dedo en la llaga, jamás pisaron un solo callo y representaron el lado más amable y conveniente para efectos de sus objetivos como nación sin capacidad de autocrítica. 

Frank Zappa sigue vivo entre quienes amamos su música -que somos millones en el mundo- como se demuestra cada año en el Festival Zappanale, en Bad Doberan (Alemania) o en la gira de homenaje que realiza su hijo Dweezil, consumado guitarrista por derecho propio, con la banda Zappa Plays Zappa, que recorre EE.UU. y Europa desde el año 2006; y que en estos meses rinde homenaje al músico, interpretando íntegramente el clásico disco en vivo Roxy & Elsewhere, lanzado originalmente en el año 1974. Las imágenes corresponden al concierto de Halloween 2013 que Zappa Plays Zappa dio el pasado 31 de octubre en el mítico Beacon Theater de Broadway.


domingo, 1 de diciembre de 2013

JUAN CARLOS VICENTE CASTRO (1962-2013)


Apenas trabajé con Juan Carlos un año y cinco meses, pero fue tiempo suficiente para desarrollar por él un respeto y estima que jamás ningún otro jefe me había generado. Al principio creí que eso se debía a que en mis casi 15 años de trabajador dependiente, Juan Carlos era la primera persona que además de jefe era, como yo, periodista. Y uno, además, de larga trayectoria y reconocimiento entre aquellos que los estudiantes de los 90s considerábamos -y en algunos casos, seguimos considerando- como los "big names" de la prensa escrita.

No me refiero a la bosta que encabezan personajes nefastos como Beto Ortiz o Federico Salazar, sino más bien a aquellos escribas anónimos que le dan vida a la profesión, desde las profundidades de las redacciones y las coberturas, pegados a la realidad y ajenos a esta subcultura moderna, según la cual el periodista conocido por las masas es una especie de estrella de farándula, siempre al lado de los poderosos de la política, en cocteles y saraos de toda laya; o de los payasos y enanos (mentales) que gobiernan de facto la televisión comercial y escriben tonterías en la prensa gacetillera de cincuenta céntimos.

Pero pasó muy poco tiempo para darme cuenta de que no solo se trataba de esa afinidad profesional. Había algo más importante: Juan Carlos era una buena persona, independientemente de las diferencias habituales que puedan tenerse en un contexto laboral. Tenía un alto perfil profesional, una gran capacidad de adaptación a los cambios y retos de la tecnología -tomando en cuenta sus 51 años y su procedencia de las canteras periodísticas de San Marcos durante los años 70s- y era, como decía, un excelente tipo: amable con los hombres, respetuoso con las mujeres, siempre con muchas buenas ideas por desarrollar y poseedor de un carácter reflexivo, casi misterioso. Reservado para sus cuitas personales, me es difícil asegurar que éramos amigos, puesto que nuestra interacción era más de jefe a miembro del equipo, pero sí puedo afirmar categóricamente que yo lo sentía como un amigo.

Por eso lo que le ocurrió recién me llena de pena y de rabia por las amargas y oscuras jugarretas con que el destino suele dañarnos. Nuestra sociedad peruana -para no hablar del mundo entero- está repleta de personas indeseables (políticos corruptos, periodistas vendidos, futbolistas mediocres, prostitutas, mujerzuelas, patanes y tarados que son vistos como modelos de éxito por las nuevas generaciones teleadictas y fungen, sobre la base de esa aprobación de la masa, como falsos líderes y lideresas de opinión) que viven robando, saltándose la ley con garrocha, esparciendo basura cada vez que abren las bocas, llenándose los bolsillos de fama y dinero con sus vulgaridades. Y viven largamente. Pero de un momento a otro, el destino se lleva a un hombre sano, metódico, culto y estimado por mucha gente: y yo, que lo conocí poco y que veo de cerca el dolor profundo que su muerte ha generado entre sus padres, hermanos, esposa e hijos, amigos y colegas que lo conocieron desde sus inicios en el periodismo escrito, no hago más que preguntarme "¿por qué Juan Carlos?, ¿por qué él?"

No me corresponde elaborar una semblanza profesional, pues solo lo conocí 17 meses. Espero que alguien desde el medio periodístico asuma esa tarea pendiente. Solo puedo decir que mi admiración por él comenzó cuando me contó que había sido alumno de Manuel Jesús Orbegoso en San Marcos, cuyas crónicas y entrevistas en El Comercio (cuando aun servía para algo más que para envolver pescado) fueron unas de las razones por las que yo quise estudiar periodismo; o que había conocido a Jorge Salazar, el mejor profesor que tuve en San Martín; o que trabajó también con César Hildebrandt y Ricardo Uceda, en los años más fuertes del terrorismo, en la mítica revista . También supe que fue director de prensa de Contrapunto, de Panorama, del canal 7. Literalmente, una vida entera dedicada al periodismo real.

Yo lo conocí en otro contexto, en el del manejo de la imagen corporativa, ese ámbito en el que terminamos todos los que no aguantamos las farsas del periodismo convencional. Y aprendí a leer sus entrelíneas, a seguir sus consejos y a respetar su ética de trabajo, orientada a dar lo mejor en cada comisión o tarea encomendada por los altos directivos de Derrama Magisterial, con quienes laboró los últimos 5 o 6 años de su vida. Fue cumpliendo una de esas comisiones que falleció trágicamente en Pucallpa, dejando un hondo vacío en la institución y, particularmente, en el Equipo de Imagen Institucional y Prensa del cual era jefe, quienes están -estamos- conmovidos y en algunos casos de colaboradores y amigos muy cercanos, devastados por el lamentable suceso.

Tuve el honor de conocerlo, trabajar con él, aprender mucho de su experiencia, disfrutar sus anécdotas y agradecer su gentileza y don de gentes, que han marcado profundamente mi desempeño laboral. Fui una de las últimas personas que lo vio con vida y siento de cerca la indignación que produce la impotencia de no haber podido hacer nada. Y el destino permitió que acompañe a la familia de Juan Carlos en los lacerantes y engorrosos trámites de traslado a Lima, una especie de montaña rusa de más de 24 horas de duración. A ellos, mis condolencias sinceras y el anhelo de que el tiempo haga su trabajo y les dé paz y tranquilidad ante lo irreparable e incomprensible de su partida.

Si alguien que lo conoció lee este post, el cortejo fúnebre sale hoy, domingo 1 de diciembre de 2013, a las 10am. desde el Velatorio del CAFAE-SE (Av. Petit Thouars 493, Santa Beatriz), hacia el Cementerio Campo fe de Huachipa, para darle el último adiós.