Desde hace más de dos décadas,
Dave Mustaine recorre el mundo entero aferrado a su guitarra puntiaguda (el clásico modelo
Flying-V creado por Gibson, hoy fabricada para él por
Dean Guitars) esparciendo toneladas de
thrash metal (1) veloz, desafiante y extremadamente virtuoso. En los 80s, cuando escuchaba en mi habitación, después de salir del colegio, álbumes como
Peace Sells... But Who's Buying? (1986) o
So Far So Good... So What! (1989) me preguntaba cómo sería verlos tocar en vivo. Veinte años después, el demoledor concierto que la banda ofreció en nuestra capital como parte de su gira
Tour Of Duty 2008 me dio la mejor de las respuestas. Los rostros felices y emocionados de los miles de fanáticos que asistieron también lo confirmaban. Era como si todos se hubieran estado preguntando lo mismo que yo. Fue una noche de Metal Monumental.
CALENTANDO MOTORES
Los alrededores del estadio se convirtieron, por una noche, en sucursal de las Galerías Brasil. La comunidad metalera tenía una fiesta y no escatimó esfuerzos para asistir a ella. Más allá de los análisis sociales que podamos ensayar con respecto a las características y procedencias de la gran mayoría de fanáticos de este adrenalítico género musical, resulta llamativa - y muy contagiante - la sensación de estar rodeado de personas que disfrutan al máximo al artista que van a ir a ver, emulando sus maneras de vestir, sus posturas, etc. Personas de distintas edades con largas cabelleras (algunas más descuidadas que otras), pantalones raídos y polos con estampados alusivos a sus grupos favoritos - no sólo de los discos de Megadeth - iban apareciendo por grupos, reconociéndose unos a otros, como quien va a reunión donde todos son amigos. Incluso quienes llegábamos solos cruzábamos miradas con los camaradas, con quienes sin duda nos hemos cruzado en otros conciertos de esta naturaleza.
Por otro lado, también había grupos de gente que iban a reencontrarse con actividades que, por la edad y las obligaciones propias de ser adulto, ya no realiza. En medio de las hordas de metaleros irredentos, treintones y cuarentones que aun se visten como adolescentes, uno podía ver a padres de familia, con sus hijos - seguramente fanáticos de My Chemical Romance, Linkin Park, y ese largo etcétera de innombrables - dispuestos a demostrarles que "en sus tiempos", la música era más fuerte, estaba mejor hecha. Asimismo, aunque el público era mayoritariamente masculino, algunas mujeres con las uñas y los labios de negro, se paseaban amenazantes por entre los grupos, que ya esperaban ansiosos el inicio del concierto. Para calentar motores, temas de Motörhead, Manowar, Iron Maiden, Whitesnake, Rainbow, Thin Lizzy. Nada de Metallica desde luego. Casi a punto de dar las 9 de la noche, las luces se apagaron y una atronadora guitarra cortó las conversaciones alrededor. El concierto había comenzado...
LA CASA DE MEGADETH
Sleepwalker, uno de los temas centrales del último disco United Abominations (2007), dio inicio a la cita. Inmediatamente todos nos dimos cuenta de que la tocada iba a superar nuestras expectativas. Siguieron un par de clásicos, Wake Up Dead, Skin O' My Teeth y de repente, la banda desapareció del escenario. Al regresar, Dave Mustaine apareció levantando los brazos y saludó al público peruano: "Bienvenidos a la casa de Megadeth". Luego de bromear acerca de su poco entrenado español y del poco entrenado inglés del multitudinario e incondicional coro que formamos para cada tema, la banda interpretó un milimétrico In My Darkest Hour, clásico tema dedicado a la memoria de Cliff Burton (2), originalmente lanzado en 1989.
Para quienes aun no lo creíamos del todo, uno de los héroes del thrash metal estaba delante de nosotros dispuesto a descargar toda la fuerza de su música. Su aspecto amenazante, la mirada fija en el público y la sorprendente facilidad con la que acomete cada solo mientras interpreta sus composiciones cargadas de mensajes anti-bélicos, anti-políticos y anti-corrupción - además de tópicos clásicos del género como la locura, la doble personalidad, la imaginería bíblica, etc. -configuran una de las personalidades más respetadas de ese rock muscular, que no hace concesiones y mantiene su sonido y actitud con el paso de los años. Mustaine es un tipo carismático, histórico dentro del desarrollo del hard rock.
Para muchos conocedores de su carrera y discografía, haber colocado a Megadeth entre los cuatro grandes grupos de thrash metal (los otros tres son Anthrax, Slayer y Metallica) es un logro que el guitarrista labró a pulso, estimulado primero por la amargura que le provocó su despido de la banda liderada por James Hetfield y Lars Ulrich y posteriormente por la inesperada aceptación que tuvo entre los headbangers (3), prácticamente desde el inicio de su camino liderando a la banda del "millón de muertes" (4). Al final de cuentas, salir de Metallica le permitió a Mustaine crear un cuerpo de trabajo sólido por derecho propio y afianzar su influencia en el mundo de la música dura. Su discografía está llena de puntos altos, y todos fueron tocados anoche para nuestro placer, expresado por los frenéticos "pogos" (5) de las primeras filas.
UN TORNADO DE ALMAS
La banda no daba tregua. Una tras otra, las canciones eran coreadas, gritadas y saltadas por el extasiado auditorio. Mustaine y su banda prometieron tocar como si siempre hubieran venido al Perú, y efectivamente así fue. Los desplazamientos de los músicos sobre la tarima le daban una excelente dinámica al concierto. Mientras Mustaine cantaba y azotaba los aires con sus veloces fraseos, Chris Broderick (guitarra) y James Lomenzo (bajo) intercambiaban posiciones y se cruzaban por detrás de su líder, comunicándose con el público constantemente. Al fondo, Shawn Drover (batería) lanzaba sus bombazos dobles con una camiseta de la selección peruana de football, lo cual fue saludado por el respetable. Uno de los momentos más celebrados del concierto fue el set de canciones Hangar 18 - en una versión simplemente alucinante de este clásico del Rust In Peace (1990) -, Return To Hangar - la continuación, perteneciente al álbum The World Needs A Hero (2001), Tornado Of Souls y Ashes In Your Mouth. Para el tema Washington Is Next! (otro del último disco), Dave Mustaine colocó una bandera del Perú en el parante de su micrófono, que comenzó a flamear por acción del viento. La conexión ya era absoluta entre la banda y el público, que permanentemente felicitaba al músico al grito: "Mustaine, Mustaine, olé-olé-olé-olé!".
Pero lo mejor llegó en la última parte del show. Para cuando tocaron A Tout Le Monde (del Youthanasia, 1994), Mustaine dejó que la gente lo acompañara durante el coro. Esta canción, censurada por la MTV porque la consideraron como apóloga del suicidio, es uno de los temas más representativos de la segunda etapa del grupo y una de las favoritas del público. Desde las primeras filas, alguien le alcanzó al guitarrista una banderola que decía "Perú es Megadeth". Esto terminó por emocionar al músico, quien no cabía en su asombro, lo cual podía apreciarse a través de las dos pantallas gigantes dispuestas a ambos lados del escenario. "You are a great f.... audience!!! we'll come back!!!", repitió antes de entrar a Sweating Bullets, otro de los temas que la gente esperaba ansiosa.
"Mi cuerpo se destroza por los errores, traicionado por la lujuria, nos mentimos tanto los unos a los otros que en nada podemos confiar", cantó Mustaine en español. Se trataba del coro de Trust, quizás el único tema "comercial" de Megadeth, lanzado originalmente en Cryptic Writings de 1997. Después, Symphony Of Destruction terminó de enloquecer al público peruano. Los acordes de este clásico fueron acompañados todo el tiempo por el grito: "Megadeth, Megadeth... Perú es Megadeth!" y la emoción estaba al tope. Incansables, los cuatro músicos tocaron Peace Sells, otra de las canciones de su etapa clásica (1983-1986) y poco a poco, todos sentíamos que esta noche de metal monumental se acercaba a su fin. El encore no podía ser otro: Holy wars... the punishment due llegó como despedida. Un tema épico, poderoso, agresivo y complejo, perteneciente al Rust In Peace (1990), para muchos la obra maestra de Mustaine y compañía.
Al despedirse de nosotros, Dave Mustaine prometió regresar e hizo notar la grata impresión que se llevó del recibimiento que le dimos. El mítico guitarrista, co-autor de varios clásicos de Metallica como Metal militia, Jump in the fire, The call of Ktulu o The four horsemen - que él publicara con Megadeth como The Mechanix en su primer álbum titulado Killing Is My Business... And Business Is Good! (1983), quizás la gran ausente del concierto en Lima - hoy convertido en "cristiano renacido" a causa de sus múltiples problemas con las drogas y de haberse recuperado de una lesión al brazo izquierdo que por poco le impide seguir tocando, nos demostró que él y su banda están más fuertes que nunca. Definitivamente fue uno de los mejores conciertos en lo que va del año.
MEGADETH TOUR OF DUTY 2008
Después de muchos años y cambios de personal, la formación que acompaña a Mustaine en esta gira mundial es quizás la más sólida desde aquella etapa clásica formada por Marty Friedman (guitarra), Dave Ellefson (bajo) y Nick Menza (batería).
Chris Broderick (guitarra) está en la banda desde 2007 y fue llevado por Shawn Drover para reemplazar a su hermano Glen en el puesto. Ha tocado en grupos como Jag Panzer y Nevermore y tiene fuertes influencias clásicas debido a sus estudios de piano y guitarra. Su toque es muy técnico y veloz, haciendo contrapunto inmediato con la fuerza más intuitiva del estilo de Mustaine. En el concierto de Lima pudimos verlo tocar una guitarra de 7 cuerdas de la fábrica Ibanez, algo todavía poco comun entre los músicos de rock. Entre los más conocidos guitarristas en utilizar estas guitarras están Steve Vai y Joe Satriani (anunciado para tocar en lima el 5 de agosto). Además de sus vertiginosos solos, Chris hace coros en varios temas de la banda. En una reciente entrevista, Mustaine declaró con respecto a la llegada de Chris a la banda: "Me siento como Ozzy Osbourne cuando conoció a Randy Rhoads".
James Lomenzo (bajo) es un experimentado músico, conocido por su trabajo con David Lee Roth, Black Label Society y White Lion. Su estilo combina el peso de Ellefson y la rapidez de Steve Harris, además de tener un desplazamiento en el escenario carismático y muy llamativo. También hace coros y complementa a la perfección las armonías vocales preparadas por Mustaine. Es miembro de Megadeth desde 2006.
Shawn Drover (batería) es canadiense y toca con Megadeth desde 2004, año que ingresó al grupo junto con su hermano, el guitarrista Glen Drover. Hasta hace unos años compartía su trabajo en Megadeth con la banda canadiense Eidolon, pero el reingreso a la actividad de los liderados por Mustaine han hecho que se dedique a tiempo completo a ellos.
NOTAS:
(1) El thrash metal es un sub-género del heavy metal que combina elementos del hardcore punk, el speed metal y las bandas más representativas de la New Wave Of British Heavy Metal (NWOBHM), como Iron Maiden, Judas Priest, Diamond Head, entre otras. El término "thrash" significa "paliza" o "azote" pero es muy comun que se le confunda con "trash", palabra en inglés que quiere decir "basura". Esta confusión hace que muchos crean que el género es "metal basura", cuando realmente es "metal que azota" o "metal que golpea". Hasta hoy en muchos comentaristas "especializados" - y en diarios como El Comercio y Perú 21 - puede percibirse este error, producto del desconocimiento de este género musical que cuenta con millones de fanáticos alrededor del mundo.
(2) Cliff Burton fue el segundo bajista de Metallica - había reemplazado a Ron McGovney - y el más recordado por los fans del grupo debido a su tremenda presencia escénica y su extremado talento en las cuatro cuerdas. En septiembre de 1986, mientras la banda se trasladaba hacia Suecia como parte de la gira del álbum Master Of Puppets, el bus volcó y el músico murió a consecuencia del accidente, tenía 24 años.
(3) La palabra "headbanger" resulta de la combinación de "head" (cabeza) y "bang" (golpe violento). El término define a la persona que sacude violentamente la cabeza al ritmo de la música que esté escuchando. Generalmente, este tipo de "baile" o movimiento rítmico y violento está asociado a todos los géneros de música fuerte, desde el punk hasta las variables más modernas del heavy metal. Su realización genera euforia y define el momento más agresivo de cada tema.
(4) La palabra "megadeath" es un término acuñado en 1953 por el estratega militar Herman Kahn y popularizado en su libro On Thermonuclear War (Acerca de la guerra termonuclear) de 1960. Kahn estableció el término como una unidad de medida, para referirse a un millón de muertes.
(5) El "pogo" es un "baile" muy popular en los conciertos de géneros musicales extremos como el punk, el hardcore y las diversas variables del heavy metal, que consiste en saltar y chocarse unos con otros, según las pulsaciones de la canción que la banca esté tocando. Algunos entendidos afirman que su creador fue Sid Vicious, mítico bajista de The Sex Pistols, aunque eso en realidad no está del todo confirmado.