viernes, 21 de septiembre de 2012

PEPE TORRES: VERDADERO ORGULLO NACIONAL

Don Pepe Torres (al centro), acompañado por todos los músicos y cantantes invitados que estuvieron junto a él la primera noche de su gira nacional, en el Teatro Municipal de Lima.

El remozado Teatro Municipal fue el escenario perfecto. Elegante, como su forma de tocar. Brillante, como el sonido de su guitarra. Peruano, como la música que interpreta con destreza alucinante a pesar de haber cruzado la barrera de los 70. Ver y escuchar a don José Arturo Torres Ventocilla (Pepe para sus familiares, amigos, colegas y alumnos) es un lujo en esta época, en la que hasta el criollismo más elemental se ha visto contaminado por la payasada barata (Los Ardiles), el comercialismo indiscriminado (Eva Ayllón) o la huachafería extrema (Gianmarco).

Don Pepe ha iniciado una gira a nivel nacional, para celebrar sus 56 años de vida artística y la noche de estreno fue hace un par de días en pleno Centro Histórico. Las complejas estructuras armónicas, sacadas de la música clásica y el bossa nova, se combinan con el particular acento popular de aquellos trinares característicos del vals jaranero, la marinera rasgueada o el tondero abordonado. Todo brota de las manos sólidas de este guitarrista y maestro que no muestra visos de cansancio ni de aburrimiento a la hora de tocar. 

El show estuvo compuesto de tres segmentos: en la primera parte, don Pepe regaló al público una selección de sus arreglos más sofisticados, los mismos que paseó por Europa y Asia durante sus años mozos, como concertista de guitarra: se abrió el telón con El cóndor pasa para luego soltar una descarga de ritmos costeños interpretados con la calidad y el apasionamiento del músico que se las sabe todas y con la soltura del joven en el que se convierte cada vez que abraza ese instrumento, ese vehículo de expresión que tanto domina: Cuando llora mi guitarra, Hilda, No me cumben, La historia de mi vida, Así lo quieres tú, Cariño bueno, La concheperla... En fin, todos clásicos de nuestra música. Yo escucho jazz, heavy metal y rock progresivo todo el tiempo, pero esta es la música de mi casa, de mi infancia, de mi país. Y así debe tocarse. No como en las "peñas" modernas, en las que los conjuntos criollos pasan la mitad del tiempo haciendo payasadas, más afines a los programas concurso de la televisión nacional que a la naturaleza pícara, elegante y tradicional de nuestra música...

La segunda parte fue para Álex Torres, hijo de Pepe, que ya merece ser reconocido entre los peruanos, como uno de los mejores músicos de nuestra generación. Naturalmente, no podría haber sido diferente siendo hijo de tremendo guitarrista (sus otros hermanos también tocan), pero Álex  ha desarrollado un lenguaje propio, basado en su admiración por la música flamenca y está alcanzando un nivel muy alto de ejecución. Su segmento fue un poco más largo de lo que hubiese convenido pero siempre es una buena oportunidad para apreciar su talento. Álex tocó un tema propio y luego cerró con tres rumbas de aquellas: Paseo de gracia, Pan caliente (ambas de Vicente Amigo) y Entre dos aguas, del genial Paco de Lucía.

Para el final, una galería de estrellas de la canción criolla se unieron a los Torres (padre e hijo) y su afiatado marco musical, en una antología musical, de esas que ya no se ven. Siempre dirigidos por la atenta mirada del maestro Pepe y asistiendo a las presentaciones que hacía la mítica locutora de Radio Nacional, Zoraida Arias, desfilaron por el escenario Mónica Dueñas (de Perú Negro), Edith Barr, Homero, Jorge Luis Jasso y Bartola (que cerró la noche). Punto aparte para la intensa jarana, con sabor a antaño, que armaron don Oscar Avilés y su sobrino, José Luis Guillón Avilés. Con sus características voces de guardia vieja y con el fondo picadito que armó Pepe Torres y su grupo, interpretaron el clásico val Barrio bajopontino, que grabara don Oscar con el Conjunto Fiesta Criolla. Esta tercera y última parte del concierto comenzó con la participación de dos talentosas niñas, Emily Espinoza y Amy Gutiérrez, concursantes del programa Vidas extremas - Talento Peruano, a quienes don Pepe apoya y entrena, siempre preocupado por impulsar la aparición de nuevos talentos. Las pequeñas se lucieron cantando los valses La guardia nueva y Cuando llora mi guitarra, respectivamente.

Con respecto a la respuesta del público, tengo sentimientos encontrados. No hubo poca gente, es verdad. Pero no dejo de pensar en lo ingrato e ignorante que puede llegar a ser el público, que es capaz de copar el Estadio de San Marcos para ver a un compositor de baladas sobre estimado y popularizado internacionalmente a punta de invasivas campañas de publicidad, pero no asiste masivamente a la convocatoria de un artista que, sobre la base de un inmenso talento transversal a las modas y condicionamientos sociales y de una genuina humildad personal, ha formado parte de toda la historia de la música peruana. Pepe Torres ha grabado con todos los artistas criollos de las últimas cinco décadas, ha recorrido el mundo con su guitarra, mucho tiempo antes de que existiera la Marca Perú y forma, desde hace 41 años, generaciones de músicos que aprenden, primero, a querer y conocer el folklore peruano para luego explorar sus propios universos sonoros, como es el caso de Yuri Juárez, alumno de don Pepe que hoy brilla con luz propia en el jazz afroperuano.

Pepe Torres, la Guitarra de Oro del Perú, es un verdadero orgullo nacional. Está en plena vigencia y con mucha energía. Esta gira nacional seguirá las siguientes fechas: 22 de septiembre en Arequipa, 27 en Cusco y en octubre irá a Trujillo, Chimbote y Huaraz. Que sigan los éxitos, maestro...


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