"La familia lo es todo" es -o debería ser - el subtítulo de Çukur (Pozo), serie turca de acción y mafias estrenada en el 2017 y que ya va por su cuarta temporada. En sus más de 100 capítulos, entre las intrigas, los planes delincuenciales y las espectaculares peleas, balaceras y ajustes de cuentas, el tema de la lealtad entre hermanos y la devoción, casi culto religioso, hacia padres y madres (elementos comunes en todas las historias de este tipo) une la trama y le da basamento emocional, un sustrato de profunda sensibilidad que le confiere sentido hasta a los crímenes más atroces, desprovistos de toda humanidad.
Aunque el éxito de la industria televisiva de Turquía en América Latina se fundamenta mayoritariamente en la fascinación que producen los actores en el público femenino (que podríamos equiparar, en ciertos círculos y redes sociales, a la que producen las actrices y "cantantes" latinas en públicos masculinos norteamericanos y europeos), está claro que en este país euroasiático las compañías productoras y realizadores no solo piensan en historias románticas basadas en clichés para explotar el atractivo físico de sus galanes.
Sin dejar de cultivar ese rentable género novelero, sus equipos de guionistas también desarrollan libretos de corte cómico (no muy difundido entre nosotros aún), histórico y de acción, con trabajos audiovisualmente impecables y actuaciones de primer nivel. Çukur se inscribe, desde luego, en el género de acción y lo hace con efectivos resultados, sin caer en el facilismo de la escatología o el exhibicionismo gratuitos ni en la exacerbación morbosa de situaciones en la que caen, normalmente, series occidentales "de diseño" como La casa de papel (Netflix) o como la retahíla de contenidos soft-porn que usualmente es pasada de contrabando en las series policiales basadas en los tristemente célebres narcotraficantes colombianos, mexicanos o cubanos-norteamericanos afincados en Miami.
Como decía al principio, el tema central de Çukur es la familia. El clan de los Koçovalı -versión turca de los Corleone o los Soprano-, dedicado a la venta ilegal de armas, tráfico internacional que podemos imaginar íntimamente ligado a movimientos terroristas que operan en esa convulsionada zona (Afganistán, Armenia, Pakistán, Siria), tiene control absoluto sobre un barrio ubicado en las entrañas de Estambul, conocido como "el pozo". El patriarca de los Koçovalı, İdris, es un inteligente, rudo y respetado señor a quien todos consideran como "su padre". Protector y leal con su gente e implacable con quienes la amenacen, Idris ha amasado una fortuna y es dueño del destino de todos en el Çukur, alimenta a los pobres y defiende a los débiles. Un ejército callejero de fieles matones lo respalda y protege cada vez que cualquiera de los enemigos que ha acumulado en esa larga vida criminal intenta quebrar su reinado, que se extiende a varias manzanas liberadas del incómodo control policial. Además del valor que le dan a la lealtad familiar, los habitantes/miembros del Çukur tienen también ciertos límites: no admiten el tráfico de drogas (es más, lo combaten) y defienden a las mujeres de patanes, abusivos y violadores.
Pero la historia de Çukur gira realmente en torno a Yamaç, su cuarto y último hijo, quien pasa de rebelarse y huir de su familia mafiosa a reemplazar a su casi retirado padre en la conducción y protección del barrio y del negocio familiar. El más joven de los Koçovalı, idealista que sueña con tener una vida normal, no puede evitar su destino y es obligado a sumergirse en esa realidad oscura, donde no hay tiempo para nada que no sea arriesgar su existencia entre delincuentes. Sus tres hermanos -Cumali, Kahraman, Selim- y un cuarto, hijo no oficial de İdris, Salih- poseen, cada uno, interesantes y oscuras historias paralelas, las mismas que se entrecruzan permanentemente en cada temporada.
Como también suele ocurrir, y como bien saben los fanáticos de las historias de antihéroes y comunidades anárquicas que se desenvuelven al margen de la ley, los personajes de Çukur son tan malos y sensibles a la vez que terminan cayéndote bien. Pero más allá de aquellas características que pueden ser comunes a otras historias de mafias y pandillas, Çukur propone un entretenimiento vertiginoso y violento pero, al mismo tiempo, sutil y considerado, quizás a causa de esa idiosincrasia conservadora que, para muchos de nosotros, mal acostumbrados a la onda permisiva y despatarrada del cine y televisión que solemos consumir -desde el brillo hollywoodense hasta las miasmas destalentadas de la televisión nacional, pasando por el cine europeo tan pródigos todos en pendejadas socialmente aceptadas- es nueva y difícil de comprender.
El papel de la mujer, por ejemplo, es muy importante en la dinámica de la serie. Desde el aura dominante de Sultan, la esposa de İdris y venerada matriarca absoluta del Çukur, hasta las parejas de cada mafioso, los personajes femeninos de la serie exhiben permanentemente una dicotomía que puede resultar extraña y hasta afrentosa: la sumisión, por un lado, asociada a la naturaleza machista de la sociedad musulmana (recordemos que el 80% de la población en Turquía profesa el Islam); y, por el otro lado, su capacidad para defenderse y salir adelante, aún en situaciones extremas, sin recurrir al exhibicionismo o asumir, con orgullo, actitudes de "símbolos/objetos sexuales" tan comunes en producciones occidentales. En uno de los capítulos de la temporada más reciente, un grupo de jóvenes chicas muelen a palos a la pandilla de un niño rico que disfrutaba de golpear y abusar de su "novia". Todo un mensaje de reivindicación femenina.
EL ELENCO DE ÇUKUR
El actor que personifica a Yamaç Koçovalı es Aras Bulut İynemli, quien ha alcanzado notoriedad entre la comunidad adicta a Netflix a través de una película del 2019, Milagro en la celda 7 (7. Koğuştaki Mucize) remake de un film surcoreano. Bulut İynemli fue también uno de los protagonistas de Icerde, otra entretenida serie policial, basada en un clásico contemporáneo de Martin Scorsese, The departed (2006).
Entre los actores que destacan junto a él en Çukur podemos mencionar a Rıza Kocaoğlu, en el papel de Aliço, un extraño personaje que padece de autismo y que, además de tener una memoria prodigiosa, es un experto francotirador, espía e informante al servicio de los Koçovalı. Su actuación le ha valido múltiples reconocimientos en su país.
Los hermanos de Yamaç son: Cumali Koçovalı (Necip Memili), el mayor, un asesino irracional e impulsivo; Selim Koçovalı (Öner Erkan), siempre enfrentado a su padre, inconforme con su vida de pistolero y obligado a formar una familia para ocultar una homosexualidad que le genera conflictos de sensibilidad e identidad; Kahraman Koçovalı (Mustafa Üstündağy), asesinado en la primera temporada; y Vartolu Saadetin/Salih Koçovalı (Erkan Kolçak Köstendil), hijo ilegítimo de İdris que, lejos de la familia, vive como un sanguinario y cínico narcotraficante que busca venganza por haber sido abandonado para luego unirse al clan del Çukur y reconciliarse con su familia. Por su parte, el experimentado Ercan Kesal interpreta a İdris Koçovalı, fundador y centro de esta entrañable y legendaria familia de mafiosos que pone en vilo, cada lunes, al público a través del canal Show TV, y que podemos ver todos en YouTube, con subtítulos, con una semana de diferencia.
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