¿Hasta dónde puede llegar la estupidez que un reportaje puede alabar el maltrato? ¿Es posible que en esta cultura de masas, que no distingue entre la vulgaridad de lo marginal y la de lo acomodado, se aplauda y se considere un mérito someter a un animal indefenso a una humillación, que atenta contra su naturaleza? Estas preguntas y muchas otras (además de varios insultos) me asaltaron cuando vi la noticia: Domingo Pianezzi, un surfer cuyo mayor talento ha sido entrenar perros para que se paren sobre una tabla hawaiiana, es presentado por un canal de televisión por la increíble hazaña de montar sobre uno de esos artefactos inútiles a una pobre alpaca. El reportaje, con música extraida de la serie Baywatch y en tono 100% positivo, resalta además que la alpaca en cuestión es la "sensación del verano", "émula de Sofía Mulanovich" y cierran su espantoso texto declarando que el pobre auquénido "no podía ser más peruano pues su nombre es Pisco".
La noticia ha sido levantada también por el diario El Comercio (otrora decano de la prensa nacional) en términos absolutamente complacientes, sin tomar una posición firme frente a este evidente maltrato. En una de las dos notas sobre el tema que han publicado en su versión web, recogen brevemente las declaraciones de Tatiana Quevedo, jefa de la División de Zoología del Parque de las Leyendas, quien asegura que esta práctica es indiscutiblemente cruel y hay que erradicarla: “Exponer a un animal a hacer algo que no tiene ninguna utilidad para él es totalmente innecesario. Que se haga en otros países no lo justifica”, opina. Esto tiene que ver con las explicaciones que ensaya el tablista al ser consultado por las razones que lo llevan a "entrenar" a este animal símbolo de nuestra identidad. Según él ha visto monos, canguros y cerdos surfear y por eso "se animó".
Una de las cosas más indignantes de este caso es que, en las imágenes que transmite el reportaje de Canal 2, lanzan a la fama a Pianezzi y a la alpaca pero básicamente muestran las piruetas del perro que este señor ha entrenado para que pueda encaramarse sobre una tabla. Y la razón es muy sencilla: era ilógico que utilizaran las imágenes en las cuales la pobre alpaca sufre al intentar incorporarse tras haber sido lanzada al mar, con su hermoso pelaje completamente empapado y por ende, doblemente pesado y la expresión de derrota que puede atisbarse en sus aterrados ojos. No hay punto de comparación entre el carácter avezado, la disposición física y la actitud de un perro y la naturaleza asustadiza, dócil y las características morfológicas del auquénido.
El retraso mental se está apoderando de cada una de las manifestaciones de la cultura popular. Y lo peor de todo es que tiene por cómplices a largos espacios de sintonía entre el público medianamente informado de este país. La barbarie de este surfer de pacotilla debería haber generado una reacción mucho más destemplada y en ningún caso, esta aprobación con sabor a "cool" que el reportaje y las notas en cuestión le dan.
http://www.youtube.com/watch?v=pmxFDrYRAv0 (aquí pueden apreciarse las caídas del pobre Pisco gracias a la "proeza de San Domingo"... júzguenlo ustedes mismos)
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