sábado, 28 de febrero de 2015

MARCHA CONTRA LA TELEBASURA: VIERNES 27 DE FEBRERO DE 2015


Siempre que, por algún motivo, tengo que pasar por el frontis de Frecuencia Latina, en la Av. San Felipe, me quedo mirando las colosales gigantografías en vinilo plastificado con las sonrisas congeladas de esas estúpidas y vulgares estrellas de la televisión (Huarcayo, Schwarz, Galdós, Peluchín, Medina) o los rostros fingidamente serios y culifruncidos de los periodistas líderes de opinion (Lúcar, Mariátegui, Delta, Ortiz) y me imagino, como en esas series de dibujos animados, bajando desde arriba y rasgándolas con una supergillette ardiendo en fuego, ante la mirada absorta de los transeúntes. Otras veces alucino que les prendo fuego, pero desde abajo, y esas gigantescas impresiones colapsan haciéndose cenizas. Algunos me aplauden y vitorean mi nombre. Otros me insultan, pero son los menos. Luego, el claxon de buque de alguna combi que quiere pasarse la luz roja en Salaverry me devuelve a la realidad y pienso, por enésima vez, que soñar no cuesta nada.

Pero anoche, parte de ese sueño recurrente se hizo realidad palpable, se convirtió en fotografía y vídeo que habrán de circular, todo este fin de semana, por las redes sociales que apoyaron esta histórica marcha contra la telebasura, aun cuando los medios convencionales, de forma unánime, ya están descalificándola por "los actos de vandalismo que la empañaron" y lamentan los atentados contra la propiedad privada, muestran las fotos que más convienen a sus propósitos informativos, inevitablemente sesgados por el obvio interés que tienen las áreas de prensa de estos canales para que las cosas se mantengan como están y que sigan empeorando, en beneficio de sus sueldos corporativos, y se ponen de lado (y de costado, para que no sea tan evidente) de los que nos agreden a diario, no con indignadas marchas, insultos o consignas, pero sí con el estiércol en cantidades industriales que esparcen a toda hora, sin descanso, de lunes a domingo.

La marcha de anoche estuvo amparada en bases sólidas de indignación ciudadana que exige el cumplimiento de una ley que todos se saltan con garrocha, incluido el mamotreto ese de comunicado emitido por la Sociedad Nacional de Radio y Televisión-SNRTV, que asegura, respaldada por los anunciantes asociados -sí, los mismos que financian las producciones más excrementicias de las programaciones de los canales Frecuencia Latina (2), América TV (4) y ATV (9)- en el que ratifican que sus asociados la cumplen escrupulosamente y los que no (no menciona quiénes), son sancionados "pecuniariamente". Sí, claro. Y yo soy australiano y toco perfectamente el didgeridoo.

Los informes de la prensa aliada de los peluchines, las magalys, los guerreros y las combatientes hablan de "casi 2 mil manifestantes". A mí me parecieron más. Quizás 4 o 5 mil, en su enorme mayoría jóvenes, que cercaron los bunkers televisivos, con harta protección policial, por ambos lados de las avenidas en las que se ubican, cohesionados y firmes, con la irreverencia y energía propias de su edad, expresando su sentir y recibiendo apoyo desde balcones, puertas y ventanas, de padres de familia que los felicitaban y trataban de acompañar con palmas las consignas menos agresivas como "vecino, escucha y únete a la lucha", que se intercalaban con otras más viscerales, lanzadas a voz en cuello por coros de chicos y chicas que, en el camino, sonreían con la ilusión de estar dando a conocer su opinión, la misma que trata de ser ninguneada por ese esperpento de saco-y-corbata llamado Eric Jürgensen, con una frase que lo pinta de cuerpo entero: "fueron solo unos 700 que no pueden decidir lo que millones quieren ver". Ese tipejo, que se forra los bolsillos con el dinero que ingresa a las arcas del canal gracias al rating que le dan esos millones, tuvo el cinismo hace unas semanas de decir que su canal "hace television blanca". ¿Comparada con qué? ¿con la industria pornográfica norteamericana, tal vez?

En ese sentido, la marcha ha sido histórica. Porque con su éxito pone sobre el tapete, de manera altisonante, un tema que los negociantes de estercolero como Jürgensen desean que no se debata, que no se reflexione: la basura que se transmite en los canales de señal abierta no tiene aceptación general y hay una cantidad, nada despreciable, de estudiantes y profesionales que sienten y comparten el asco al verse expuestos a estos programas que nos son impuestos por el poder económico de un rating que mide cantidad, pero no calidad de público. La camaradería, el sentido de pertenencia, el verse rodeado de cientos de personas que piensan como tú, que están unidas luchando porque sus voces sean oídas, constituye una reserva moral que no escatima en esa creatividad nacida de la indignación, y que no se ahorra palabras de grueso calibre para llamar a las cosas por su nombre. Los acartonados que no dicen lisuras ante cámaras pero glosan las procacidades que hacen otros, desde sus noticieros, y hacen resúmenes y entrevistan, en sus segmentos de espectáculo farandulero, a los payasos y payasas que conforman los elencos de esos basuralicios programas de competencia, se escandalizan y señalan con el dedo. Mueven la cabeza de lado a lado, en señal de desaprobación. Y a renglón seguido, anuncian a los sentenciados del día siguiente, el regreso de Johanna San Miguel, el destape en la discoteca VIP del Callao.

Lo lamentable no fueron los "actos vandálicos" ni "los ataques personales" de los que hablan en la web de El Comercio, que se explican tanto como se puede explicar la reacción de una persona de bien cuando ve que han bloqueado la puerta de su casa con montañas de desperdicios orgánicos en avanzado estado de putrefacción. Lo lamentable fue ver, en la azotea del local infranqueable de Frecuencia Latina, a unos cuantos operarios del canal (gente que trabaja en producción, asistentes de cámaras, secretarias, segundones de todo tipo) que, desde la altura y la oscuridad, se burlaban de los miles de jóvenes que estaban abajo, bailando al ritmo de las consignas, agitando los brazos, lanzando besitos volados y saludando a la distancia, en una horrible metáfora de la dominación que se da desde estos medios de comunicación masiva, parapetada en muros de cobardía y anonimato. Lo más curioso es que esos burlones -que recibieron sus respectivos cánticos en respuesta- defienden a un sistema que ahora les paga un buen sueldo, que les alcanza para sentirse parte de la maquinaria, pero que cuando se canse de ellos, los sacará con una sonora y dolorosa patada en el trasero. Quizás ese día decidan participar de la siguiente marcha. Total, sus caras no se veían desde la pista y nadie los reconocerá en medio de las pancartas, los megáfonos y los frontales "hijos de puta" que, anoche, iban dirigidos a ellos.



domingo, 1 de febrero de 2015

EL ÁLBUM DEL DÍA: UNA RESEÑA CADA 24 HORAS...


Desde el primer día de este año, lancé mi propio grupo en Facebook, denominado El Álbum del Día. Consiste en reseñar una producción discográfica diaria, recordando sus canciones, circustancias de grabación, datos básicos, anécdotas y análisis, dentro de mis posibilidades, conocimientos y capacidad para procesar información disponible en la red. Pueden ser discos que haya escuchado mil veces a lo largo de mis casi 30 años de melómano compulsivo, o puede tratarse de álbumes que recién haya descubierto, la idea es no dejar pasar un día sin publicar una reseña. No están ceñidas a determinados géneros musicales, aunque de hecho los que preponderan son el rock, y en particular ciertos subgéneros como el rock clásico, progresivo y metal; y el jazz en sus diversas vertientes. Pero en realidad el rango es mucho más amplio, en un intento por representar, a través del limitado género de la reseña o crítica musical, mis intereses por escuchar prácticamente de todo.

Como lo he comentado en círculos cerrados, lo que jamás encontrarán en este grupo -al que están cordialmente invitados a unirse, por supuesto- será discos de reggaetón, bachata (tipo Aventura o Romeo Santos), cumbias o huaynos peruanos aparecidos a partir de los 90s o pavadas pop tipo One Direction, Justin Timberlake, Rihanna o cualquier disco de Shakira de los 2000 en adelante, porque ninguno de esos artefactos merecen que les dedique tiempo para escucharlos. Pero antes de que hagan click aquí para ver de qué va realmente El Álbum del Día, quisiera compartir con ustedes de dónde nació esta idea:

Hace unos meses, aproximadamente en noviembre del 2014, hice un breve post en mi Facebook personal acerca del disco Time and word (1970), de Yes. Tuvo cierta interacción de modo que decidí compartirlo con FaceRock, grupo cerrado de melómanos, coleccionistas e investigadores que, desde hace varios años ya, comparte sus gustos y opiniones, preferencias y diferencias, acerca de artistas, géneros, discos, canciones y anécdotas relacionadas con el rock, por supuesto.

Después de mi publicación sobre el Time and a word, hice algunas otras -creo que fueron discos de Pink Floyd, Steely Dan, Silvio Rodríguez y Earth Wind & Fire, pero sin periodicidad definida ni mucha extensión, por lo que no era del todo exacto llamarlas "reseñas" sino simples y breves comentarios, acompañados de una pregunta final, capciosa, tipo trivia, acerca del disco comentado y claro está, de un enlace de YouTube con algún tema de la producción discográfica sobre la que tratara mi comentario.

Y recalco que no se trataban de reseñas porque no ahondaba en el análisis u opinión respecto de sus contenidos, circunstancias específicas o datos curiosos sobre su grabación, mayor información sobre la banda o artista, etc. Eran como viñetas de un máximo de 5 líneas y el video respectivo. La pregunta tenía la intención obvia de generar interacción, aunque noté casi desde el principio que ello no tuvo mucho éxito, quizás debido a que FaceRock mismo es un espacio de debates amplios y, desde luego, mucho más interesantes.

Cuando publiqué mi comentario sobre el album Mujeres (1978) de Silvio con el grupo FaceRock, una decisión controversial pero no negativa pues estaba motivada por intereses de genuina difusión de un álbum que, sin ser necesariamente de rock en cuanto a sonido, sí tiene mucho del género por su actitud y la influencia en artistas rockeros latinoamericanos de distintas épocas, comencé a recibir mensajes de diversos y connotados integrantes de FaceRock, llamándome la atención -mitad en serio, mitad en broma- bajo la premisa de que el cantautor y guitarrista cubano no tiene nada que ver con el rock.

Acusé recibo de aquella respuesta colectiva -que en algunos casos específicos fue hasta ligeramente grosera- estirando las posibilidades de este clásico disco de Nueva Trova Cubana, ahora sí de forma provocadora y a la mala, mencionando algunas canciones como Cierta historia de amor (una suerte de foxtrot con elementos rockeros) y el parentesco musical de Silvio Rodríguez con otros grandes del folk mundial como Woody Guthrie, Pete Seeger y Bob Dylan, frecuentes en los debates de FaceRock. Aun así, el veredicto fue vertical y unánime: mi inclusión del trovador cubano en FaceRock estuvo fuera de lugar, era un "off-topic" (el término "off-topic" se refiere a todas aquellas contribuciones que, en cualquier foro o grupo de conversación, no guardan relación de una u otra forma con la discusión que dio origen a dicho grupo. Algo así como una digresión pero en inglés para que suene más acorde al metalenguaje virtual utilizado comúnmente en las redes sociales).

Pasaron unas semanas y comenté el disco I am (1979) de Earth Wind & Fire y, para mi sorpresa, recibí una nueva andanada de mensajes, instándome a no continuar con los "off-topic" en un grupo dedicado a las guitarras y los rebeldes sin causa, que fue más o menos la visión que me dejaron en claro. Sin ánimo de polemizar, ya que participo y disfruto muchísimo de FaceRock, declaré que me parecían respetables sus opiniones pero que esperaría algún pronunciamiento del moderador del grupo, respecto de estas digresiones que algunos consideraban inaceptables. Y en efecto -y para más sorpresa mía- el moderador se pronunció y lo hizo respaldando las reacciones de quienes pensaron que yo estaba "saltando la barda", al tratar de introducir el funk y el soul de un grupo como EWF -que ha tenido tanta incidencia en el desarrollo del pop-rock como cultura- en los debates de FaceRock. Como mis inquietudes son demasiado diversas y, a veces, hasta antagónicas en cuanto a la posibilidad de escuchar música y hablar (o escribir) sobre ella, decidí armar El Álbum del Día.

Como jugando, ya terminó el primer mes del 2015 y, a pesar de que hacer una reseña diaria me ocupa cierta cantidad de tiempo: entre buscar el enlace del álbum completo en YouTube, la carátula, la información que complemente a todo lo que se escape de mi memoria y por último, ordenar mis sensaciones y opiniones sobre el disco escogido, luego de escucharlo dos o tres veces, he cumplido con esta meta autoimpuesta, que me da muchas satisfacciones personales por el placer de escribir lo que me nace sobre cualquier tema musical, sin ediciones ni "aclares", de ningún tipo. Los espero en El Álbum del Día, que arranca este febrero 2015 con un sensacional disco de latin jazz, que por supuesto no podría compartir jamás en FaceRock...