sábado, 30 de marzo de 2013

DANIEL RIPOLL EN LIMA: REENCUENTRO CON UNA VIEJA AFICIÓN


Me enteré, gracias a un compañero de trabajo - César Medina Chalco, quien produce y conduce con tenacidad y mucho corazón un programa radial por Internet dedicado a difundir rock en nuestro idioma (mayoritariamente peruano y argentino), llamado Mixtura - que el fundador y editor de la mítica revista de rock argentino PELO, Daniel Ripoll, estaba en Lima para ofrecer una conferencia respecto de su activa participación en la formación del movimiento de rock argentino que hoy, gracias al talento de sus principales exponentes y a la solidez de sus diversas propuestas artísticas, es motivo de orgullo para el país gaucho. Como preámbulo a su ponencia, se proyectaría la clásica película de 1973 Hasta que se ponga el sol, que registra las incidencias del festival Buenos Aires Rock de 1972 (llamado coloquialmente B. A. Rock o Barrock), en el que actúan algunos de los padres fundadores del rock clásico argentino.

Entre mis filias musicales más queridas está el rock argentino producido entre 1969 y 1989, sobre todo el asociado a géneros como psicodelia, hard rock, rock progresivo y algunos vuelos acústicos-místicos fusionados con el folklore. Como se imaginarán, fui a la conferencia, realizada el jueves 28 (sí, el Jueves Santo) en un pequeño sitio ubicado casi frente al Teatro Marsano en Miraflores, que se llama El Local. La onda, como era de esperarse, era bastante subte: un lugar pequeño, oscuro, ligeramente descuidado y un público reducido aunque ciertamente comprometido con la causa. 

Definitivamente quienes allí estaban, sabían de qué se trataba el asunto. Vasos de cerveza a ocho soles, chilcano de pisco a seis. Nada de empresas auspiciadoras de publicidad invasiva ni prensa ni figurettis de ninguna clase. Confundidos entre el público, Daniel F. y Christian Van Lacke preparaban oídos y ojos para la película mientras que por allí desfilaban los mismos personajes de siempre: vendedores de las galerías Brasil, de Quilca, alguno que otro miembro del colectivo virtual FaceRock, en fin; una reunión de extraños dispuestos a hermanarse a través de la música que han escuchado toda la vida. Y a conocer a uno de sus principales promotores, el ahora sexagenario Daniel Ripoll

Ripoll es un tipo amable y sencillo, un señor mayor con espíritu juvenil y rebelde que despotrica contra los militares y contra Palito Ortega y todo lo que surgiera del afamado Club del Clan de los 60s ("Palito Ortega es el personaje más siniestro de la cultura argentina") y se deshace en halagos cuando habla de Luis Alberto Spinetta, a quien considera "el profeta incorruptible del rock nacional argentino" (estoy de acuerdo con ambas cosas, aunque reconozco que la "nueva ola" argentina representada por el compositor de La felicidad tuvo gran resonancia entre el público masivo latinoamericano). Su conferencia fue interesante pues relató, en primera persona y con lujo de detalles, cómo se inició este movimiento cultural que hasta hoy perdura, a pesar de que sus principales nombres ya no están en la palestra y sobre todo cuál fue el contexto que permitió la aparición de la revista PELO, conocida por muchos melómanos limeños de los 70s y 80s, gracias a las ediciones contrabandeadas que llegaban en aquellos años de dictadura militar.

Las referencia a la relación entre la represión de los "milicos" y la efervescencia artística que se desarrolló en Argentina tanto en la música como en el cine, la literatura y las artes plásticas es casi obvia pero más allá de las palabras del periodista - que diserta acompañado de su esposa, quien no deja de grabarlo a él y al público con su cámara digital - yo prefiero detenerme en el film Hasta que se ponga el sol, un verdadero documento histórico para quienes admiramos a las bandas fundacionales de aquel movimiento. 

Hace unos días, un par de mequetrefes hablaban en Canal 7 (programa Tiempo después, para más señas) acerca de la historia del rock peruano y repetían lugares comunes con respecto a Los Saicos, Los Doltons, Los Belkings y demás nombres que, siendo respetables e importantes, no tenían ni la mitad de talento ni tuvieron la décima parte de influencia en nuestro país de lo que tuvieron esos jóvenes melenudos que finalmente llevaron su arte a toda Latinoamérica. Francamente, al ver este festival argentino, filmado con la calidad amateur del Woodstock de 1969 (apenas tres años antes) y mostrando bandas muy sólidas, dispuestas a reventar al establishment con su sonido, sentí una profunda envidia ajena y reafirmé mis opiniones con respecto a la mentada "historia del rock en el Perú" que algunos tratan de poetizar desde diversos puntos de vista: acá no hubo nada, señores. Solo unas cuantas canciones hechas en el momento, sin profesionalismo alguno, sin intenciones de trascender ni remover ningún cimiento social ni artístico.

Definitivamente las escenas más aplaudidas de Hasta que se ponga el sol - que no es un documental 100% perfecto pues tiene secuencias demasiado preparadas, incluso aquellas en las que se le ve a Ripoll presentando a los artistas, con planos medios y fondos retocados en estudio - son las canciones de Pescado Rabioso (Despiértate nena y Post-crucifixión), tocadas con furia por Luis Alberto Spinetta y David Lebón, jovencísimos; y la entonces nueva Canción para mi muerte de Sui Generis, que es presentada como una banda "de la nueva camada". Charly García y Nito Mestre interpretan este himno de campamentos con una sobriedad propia de músicos experimentados y no de los casi adolescentes que eran en ese momento.

También son relevantes los temas del guitarrista bluesero Norberto Aníbal Napolitano, "Pappo" para los amigos, Color Humano, Lito Nebbia (cantante de Los Gatos) con su set acústico, Vox Dei y los temas de su segundo álbum La Biblia (1971), Claudio Gabis y La Pesada (con una estética que me hizo recordar a Canned Heat, salvando las distancias por supuesto) y una sorprendente banda progresiva llamada Orion's Beethoven, que se perdió en el olvido. Personalmente me gustó la secuencia dedicada al grupo de fusión rock-folklore Arco Iris, liderado por un irreconocible Gustavo Santaolalla, hoy uno de los productores más exitosos de tango electrónico (a él se debe la aparición de ese bodrio llamado Bajofondo Tangoclub, entre otras cosas enmarcables en el fenómeno comercial del lounge-chill-out y demás subgéneros prefabricados). 

Sospecho que Daniel Ripoll, aunque no lo dijo con claridad, siente un repudio estructural frente a estas expresiones que abandonan el espíritu rebelde y transgresor del rock como expresión cultural y se convierten en música para centros comerciales y ascensores. De alguna manera, Santaolalla y su transformación representan la desaparición de esa actitud rockera genuina que ahora se vende al mejor postor, con la finalidad de conseguir más contratos de publicidad y posibilidades de difusión en una industria musical dominada por las multinacionales. La mala noticia: no existen versiones digitales de los números de la revista PELO y al parecer, según lo manifestado por don Daniel, ya no queda ninguna en circulación. Una lástima.




Color Humano - banda del guitarrista de Almendra, Edelmiro Molinari, tocando el tema Larga vida al sol.

Pescado Rabioso: Luis Alberto Spinetta (voz, guitarra), David Lebón (voz, bajo), Carlos Cutaia (teclados) y  Black Amaya (batería) tocan dos de sus clásicos: Despiértate nena y Post-crucifixión (singles de 1973, incluidos en la versión CD de su primer álbum Desatormentándonos (1972). En el medio, la canción titulada Corto de su segundo LP, Pescado 2 (1973)


Ver en este enlace el análisis de la película desde un portal argentino:

http://www.dospotencias.com.ar/rebelde/esp_rock.htm

martes, 26 de marzo de 2013

PRELUDIO No. 1

Este tema es un reto... el dramatismo romántico al prncipio y la alegría de la sección  media son marcas registradas de la obra del brasileño Heitor Villa-lobos (1887-1959), aquí interpretada por el español Andrés Segovia (1893-1987)... el Preludio No. 1 (1940) es una de las piezas para guitarra más bonitas que he escuchado...


jueves, 21 de marzo de 2013

¿MUJERES DE ÉXITO? ¡NO, MOUNSTRUOS!


Esto es Guerra y Combate son, sin duda alguna, los dos "productos televisivos" más vulgares, aberrantes y dañinos que se hayan producido en la historia de la caja boba peruana. Acorde a la metástasis de embrutecimiento de las masas perpetradas desde mediados de los 80s (en el Perú y el mundo), estos esperpentos - que además han generado "escuela" con remedos de lo mismo en diferentes horarios - son creados y producidos por un par de señoras - hasta trabajo me cuesta llamarlas así - que las pegan de "exitosas", "experimentadas triunfadoras en asuntos del rating", "competidoras natas" y toda serie de halagos autoimpuestos y refrendados por una multitud decadente de padres, jóvenes y lo que es peor, niños, que siguen las incidencias, paso a paso, de una bola estúpidos y estúpidas dispuestos a cualquier exceso con tal de "hacerla" en el mundo de la farándula peruana, cada vez más agresiva en su ignorancia e inescrupulosa en sus contenidos.

El público tiene la culpa, desde luego. Y los anunciantes, que renuevan sus aceitosos contratos de publicidad porque la basura en horario de protección infantil produce más ingresos y potenciales clientes. Y los dueños de los canales, que aprueban y promueven campañas en las que afirman que ofrecen "televisión blanca" y "diversión para toda la familia". Y las autoridades que, como la ministra de la Mujer, callan en siete idiomas ante este atropello mediático pero sí saltan hasta el techo cuando critican a Nadine Heredia "por ser mujer". Pero quiero detenerme aquí para señalar con el dedo (medio) a este par de viejas picudas que se embadurnan a sí mismas de orgullo por sus ratings de dos dígitos y no dudan en defender las tropelías que azuzan sin ninguna vergüenza. Se llaman Mariana Ramírez del Villar (productora de Esto es Guerra, ATV) y Marisol Crosillat (productora de Combate, Canal 4 ¿el apellido les suena?).

Ambas tienen el descaro de afirmar que sus hijos son profesionales "en otros aspectos", con lo cual desnudan su desprecio por esa masa a la que embrutecen. Por eso no tienen remordimiento de llenarse los bolsillos con la miseria que les hacen tragar a diario, porque los desprecian tanto que sus programas y sus palabras las delatan. En esta era de "inclusión social" y "no a la discriminación", este único hecho merecería que las dos fuesen expectoradas de cualquier círculo social.

Este par de "señoronas", que tienen el descaro de  merecerían el escarnio público. Si fueran puneñas, la población tendría que agarrarlas a correazos hasta que no puedan más. Y si fueran palestinas, deberían ser condenadas a la lapidación en la plaza de armas. Me importa un rábano que sean mujeres y que sean "de éxito". Son en realidad un par de mounstruos arrugados y enjoyados que no merecen respeto. Por lo menos no el mío. Les dejo algunas frases célebres de este dúo de atorrantes (fuente: Hildebrandt en sus trece, 15 de marzo de 2013):

"Yo trabajo bajo ciertas condiciones dadas: estoy en un canal comercial con exigencias de rating y de facturación que están establecidas contractualmente. Estoy obligada al éxito. Tengo que satisfacer a un público múltiple y no me puedo dar el lujo de reorientarme o pensar en hacer un programa cultural cuando lo que marca las tendencias es este género" (Mariana Ramírez del Villar).

"Lo que pasa es que en la televisión, cuando alguien te empieza a ganar, tú empiezas a perder los papeles. He sentido en algunos momentos que he perdido la brújula" (Marisol Crousillat).

"Hay gente que está hecha para cada cosa. Si tuviera un hijo que quisiera exposición mediática para usar esta plataforma y lograr algún objetivo, no tendría ningún reparo (en que participe o vea su programa). Pero mis hijos no van por esa línea, no les interesa estar en pantalla, prefiern ser profesionales en otros aspectos" (Mariana Ramírez del Villar).

"A uno de los participantes, Mario Irivarren, le traje a su ex para que concursara. Yo sabía que eso le iba a molestar. Él ya estaba en coqueteos con otra chica. Le arruiné la vida a propósito. Lo hice para generar reality y lo generé. Y funcionó muy bien, se pelearon y todo salió al aire" (Marisol Crousillat).

lunes, 11 de marzo de 2013

¿DEBATE? ¿CUÁL DEBATE?



Como se imaginarán, considero que Correo es el diario que menos respeto me merece por la asociación directa que tiene con la Derecha Bruta y Achorada (desconozco si la salida de Aldo Mariátegui ha generado algún cambio en ese sentido, pero lo más probable es que no haya sido así) pero lamento decir que, esta mañana, su titular es el más exacto respecto a la humorada esa, huachafa hasta más no poder y colindante con lo ridículo, que la prensa convencional sigue llamando, hasta ahora, "debate" para que los partidarios del SÍ y del NO "expongan sus motivos" frente a la anómica y farandulizada población limeña.

Lo que vi anoche fue una de las más grandes estupideces de nuestra historia republicana. Un payaso, Federico Salazar, hacía de moderador ante los atriles vacíos de los revocadores y, en la otra esquina, cinco regidores lanzaban lugares comunes, arengas y promesas como si recién fueran a ser elegidos. La única representante del SÍ, la castañedista Patricia Juárez, es una señora con discurso simplón que al final terminó siendo expectorada por el Jurado Nacional de Elecciones debido a que sus compañeros, como dirían los palomillas de callejón de la televisión nacional, "habían arrugado", quién sabe por qué razones.

Algunos consideran que esto favoreció al NO, pues los del SÍ habrían perdido por un futbolero "walk-over" (término en inglés que se utiliza para describir una situación según la cual uno de los dos equipos no se presenta al partido). Y superficialmente tienen razón. Villarán, Zegarra, Glave, Townsend, Favre y demás se habrán descorchado un par de tintos para celebrar este triunfo "en mesa".

Pero en realidad quien triunfa es la parodia, esa especie de película de Mel Brooks protagonizada por cómicos ambulantes en la que se ha convertido este asunto de la revocatoria. Me daban arcadas de la risa cada vez que los canales ponían la fachada del JNE, en picado, con iluminación verdosa a la discoteca-style, y la música entre épica y deportiva que ponían de fondo. Y la siguiente toma, el payaso ese del Federico Salazar anunciaba 30 segundos de silencio debido a que no había representante del SÍ. Previamente, Juárez había desplegado su vacía retórica frente a Zegarra y Glave quienes, como diría Mauricio Mulder, deberían dedicarse a otra cosa porque como polemistas dan pena.

Pero lo que a mí me da pena es que los medios de comunicación den cuenta de esta monumental payasada, de este absurdo sin sentido, como si de un debate serio se tratara, como si los limeños hubiésemos escuchado exposiciones de polendas, cargadas de sentido político, de preocupación por el futuro de la ciudad, de conceptos e ideas brillantes, cada cual más difícil de contestar y rebatir por el contrario. Los conductores de los programas nocturnos dominicales (escoja usted cuál) invitaron a analistas que pretendían dilucidar lo que había detrás de las ausencias, detrás de las presencias, detrás de cada gesto y cada rostro. No hay nada detrás. Solo esta sensación de que la metástasis del embrutecimiento ciudadano es ya irreversible.

NOTA: Seguramente cuando terminen de leer este artículo, van a ver debajo del mismo un video publicitario del NO, con los impresentables personajes de la excrementicia farándula limeña apoyando a Susana Villarán, sin mi autorización. Esta práctica execrable, de introducir publicidad de manera arbitraria en páginas web personales como esta, es una de las razones por las cuales me parece que esa fachada de "buena gente" que la señora Villarán se trata de arrogar es tan o más falsa que los revocadores. Por prácticas como estas, imposibles de contrarrestar - porque por más que intento, no puedo deshacerme de ese maldito video propagandístico - es que VOY A VICIAR MI VOTO E INSISTO EN INVITAR A QUIENES QUIEREN DEMOSTRAR QUE ESTÁN EN DESACUERDO CON TODAS ESTAS PAYASADAS A QUE HAGAN LO MISMO. Ya una vez me infiltraron publicidad a favor del NO y tuve que pedir disculpas por ello. Mil disculpas de nuevo. Dicho sea de paso, los del SÍ jamás han hecho esto. Digo, por si acaso...

miércoles, 6 de marzo de 2013

LA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ FRÍAS



Ayer anunciaron la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez Frías, quizás el mandatario sudamericano más conocido de los últimos cincuenta años. Las primeras reacciones son diversas y van desde la pena de un enorme sector del pueblo que, a pesar de lo que digan sus detractores más recalcitrantes, lo quería y lo llora con sinceridad; hasta la inconcebible leña que hace el músico estadounidense de origen portorriqueño Willie Colón desde "su Facebook". ¿Es posible celebrar la muerte de alguien, en especial si se trata de una víctima de cáncer? Mi agudeza cede paso a la ingenuidad y pienso que no, pero después de leer los sarcasmos de este señor - a quien admiro mucho como pionero de la salsa - me imagino que, como él, muchos otros personajes (pienso en George W. Bush, por ejemplo) deben estar destapándose más de un champagne por la noticia.

Y es que el comandante despertaba toda serie de filias y fobias (parafraseando a Fito Páez) que no aceptaban matices. Pues bien, aquí va un matiz: siempre he reconocido que Hugo Chávez no era un modelo de caballero, que su populismo sirvió de eficaz cortina para una dictadura que, de ser él inmortal, hubiese durado para siempre y que su largo régimen debe estar plagado de corruptelas, fuga de dineros para sus familiares y amigos, desapariciones de personas incómodas. O sea, el menú común y corriente cuando hablamos de esta clase de "reyezuelos bananeros", como solía apodarlo la derecha bruta y achorada.

Pero cómo me identifiqué con él cuando le dijo "burro" y "Mr. Danger" a Bush-hijo. "Usted es un alcohólico, un ladrón". Cada vez que veo ese video una gran sonrisa de complacencia acude a mi rostro, porque expresa exactamente lo que yo pienso de el expresidente norteamericano. Y también le di la razón cuando, en uno de sus innumerables intentos por influir en las agendas políticas que le eran ajenas, llamó "ladrón de siete suelas, de cuatro esquinas" a Alan García Pérez. "Debo tener cuidado, no dejar un billetico aquí porque seguro Alan se lo lleva" dijo, más o menos, en un foro internacional. Era deslenguado Chávez. Claro, dirán algunos, después negoció con los EE.UU. del Bush que insultó y después se abrazó con el gordo al que describió con tanta exactitud. De la misma manera cuando, a voz en cuello, mandó "100 veces al carajo a los yanquis de mierda", sentí que por fin, alguien tenía la valentía de decir en público lo que todos decimos a escondidas, y desde un cargo público e importante como el presidente de un país.

El asunto es que no estoy de acuerdo con las celebraciones a media voz de sus adversarios que, sin haber necesidad de compartir todas las ideas y procederes de Hugo Chávez, son también los míos ni con esta sensación de que "Venezuela inicia una nueva era" tras su fallecimiento. Me parece de mal gusto y de nula humanidad, por decir lo menos. Por otro lado, como recordaba el analista Carlos Tapia en un noticiero, el surgimiento de este generalote caudillista tiene relación con uno de los peores gobiernos democráticamente corruptos y apañadores de Venezuela, el de Carlos Andrés Pérez, gemelo político de Alan García Pérez, a quien ningún periodista salvo César hildebrandt, le dice las cosas a la cara sino que, en plan acomodaticio, le hacen la corte a través de su hija, esa oportunista que ahora es una "personalidad" de la televisión y la prensa locales.

Por ese motivo, mis condolencias a sus partidarios y a sus detractores, menos ironías y más respeto por un ser humano de 58 años que, en los últimos tramos de su vida dio cara a esa maldita enfermedad, con entereza y religiosidad. Quienes hemos tenido familiares cercanos con cáncer en casa, sabemos lo devastadoras que son las etapas finales de sus padecimientos. Y comprendemos por ello que Chávez dio un ejemplo de optimismo frente a tamaño sufrimiento. Que descanse en paz ahora.

sábado, 2 de marzo de 2013

UNA VERDAD INCÓMODA: CARDENAL MARCIAL MACIEL, EL MÁS ABOMINABLE CRIMINAL DE TODOS LOS TIEMPOS


Durante siglos la Iglesia ha sido cuestionada por no ser de confiar. Control económico, poderío militar, censuras, secretismos. Quienes creemos en Dios, aunque no practiquemos los rituales católicos con los que crecimos, sabemos desde hace tiempo que la institución eclesiática no es nada más que una monarquía caduca y decadente, que pregona la austeridad desde sus asientos en primera clase y sus lujosas mansiones.

Cuando se anunció la canonización de Juan Pablo II, mucha gente se alegró pues el papa polaco despertaba mucha admiración por su carisma y poder de comunicación con las masas. Sin embargo, tras esa fachada de buena gente que incluso le ha valido ser candidato a Santo, se esconde un perfil escabroso, capaz de proteger y ocultar a un malvado ser humano, que se valía de su sotana para cometer los abusos más abominables que uno pueda imaginar, contra niños y jóvenes seminaristas.

El renunciante Benedicto XVI, que impulsó la mencionada canonizacón, también conocía de estos crímenes y, más o menos, se hizo de la vista gorda, tanto desde su cargo durante el papado de Juan Pablo II como desde el púlpito privilegiado que ocupó tras su muerte, en el 2005. Ambos - y toda la cúpula vaticana detrás - han mantenido durante años un silencio cómplice y oprobioso, que ensucia por completo a la institución católica, con los peores delitos de los que haya sido capaz un ser humano.

Si en este mundo cabe la posibilidad de que haya existido el Anticristo, definitivamente se llamó Marcial Maciel, cardenal mexicano fundador de la congregación Los Legionarios de Cristo, que se dedicó a violar niños y jóvenes durante más de cuatro décadas, utilizando el nombre de Dios como disfraz y excusa para someter, física y psicológicamente, a indefensos menores que confiaban ciegamente en él.

En este reportaje de una cadena televisiva chilena, se cuenta la historia completa, la que durante años el Vaticano silenció, pagando millones de dólares a periodistas de todo Europa para que no tocaran esta horrible realidad. Maciel fue "exiliado" por la Iglesia, tiempo durante el cual se dedicó a viajar por el mundo con su amante e hija, drogándose por todas las esquinas y mirando de reojo a los jovencitos que tanto atraíoan su atención. Murió de viejo, sin que un policía lo arreste, sin que un juez lo condene. Y la prensa convencional, tan adicta al embrutecimiento y al ocultamiento de las verdades que incomodan al poder, se dedica a despedirse, a lágrima suelta, del renunciante Joseph Ratzinger. Una vergüenza.