Fue un largo día hoy. Desde temprano, los alrededores del Hotel Marriott parecían una escena de la serie Los Magníficos, sólo faltaban las persecuciones y los carros explotando mientras van por la tercera vuelta de campana. Los impresionantes operativos de seguridad desplegados por el gobierno de los EE.UU. para salvaguardar a Mr. Bush fueron realmente impresionantes y se extendieron hasta el preciso momento en que George W. inició su presentación aproximadamente a las 10 de la mañana en el Centro de Convenciones del CEO Summit del Ministerio de Defensa.
Frente a las decenas de personas entre prensa acreditada, trabajadores de la comisión organizadora, invitados, empresarios, etc. esperaban con sus cámaras en ristre hasta que llegara el personaje. De repente una fila de automóviles blindados aparece y dos inmensas y elegantes limosinas Cadillac color negro se estacionaron frente a la puerta. De la primera de ellas salió el presidente de los EE.UU. y hasta el personal de servicio quiso tomarle una foto. Con la sonrisa en el rostro, el presidente saliente de los EE.UU. saludó rápidamente antes de ingresar al recinto, como puede apreciarse en cada una de sus apariciones públicas, ampliamente cubiertas por los medios de todas partes del mundo.
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