Mientras todo el Perú - mejor dicho todo Lima, mejor dicho algunos habitantes de ciertos distritos de Lima - se sienten parte del Primer Mundo porque se ponen sus camisitas blancas, con estampados de Castrol GTX en los bolsillos y mencionan de paporreta los nombres de los pilotos, motociclistas, cuatrimotociclistas y camioneros que encontraron en Sudamérica el lugar perfecto para seguir destilando adrenalina y forrándose en plata, producida por la publicidad mundial relacionada "a los fierros" de "el Dakar", los congresistas nos pasan por encima sus bulldozers y ponen en primera sus camiones para levantarse toda la plata que puedan en los próximos cuatro años.
La gente de a pie, la que ni siquiera sabe que no se dice "Dákar" sino "Dakar" (sin acento y con énfasis de palabra aguda, o sea en la última sílaba) y que si viera en un crucigrama la pregunta "Capital de Senegal, horizontal, cinco letras" no sabría qué poner, se queja de la sinvergüencería de (casi) todos estos parlamentarios. Curiosamente, los que más defienden los aumentos son los menos conocidos, los que menos hacen, los que no pueden ni siquiera hilar dos ideas coherentes cuando abren la boca. Y el resto, aunque uno que otro se salva, también aprobó a carpetazo limpio este nuevo robo de cuello y corbata.
¿Y Humala? ahí pues, viendo el Rally, también con camisita blanca y gorro-visera, chino de risa de esta cortina de humo - o de arena quizás debería decir - que le está levantando este "orgullo para el turismo peruano" como dicen los reporterillos, sobonazos ellos; y los comentaristas deportivos que aprovechan estas ocasiones para contarles el cuento de que les importan otras disciplinas aparte del mafioso "julbo" peruano.
Permítanme ser claro: aunque no tengo nada en contra de aquellas personas que practican este deporte de velocidad y de extrema dificultad, que vienen de latitudes y realidades diferentes a las nuestras pero ¿es tan difícil darse cuenta que esta actividad, vetada por el gobierno francés por tremendas amenazas terroristas y prohibida en Senegal porque los vehículos ultra pesados destrozaron pequeños poblados y arrollaron a nativos wolofs y sererers con absoluta impunidad, ha encontrado en la huachafería sudamericana el lugar perfecto para hacer lo que les dé la gana con la aceptación masiva de "la gentita", que por extensión hace creer a toda la masa que hay que admirar el "Dákar" porque si no, estás en nada pes broder, salud con Brahma?
Los autos, camiones y motos son máquinas impresionantes. Los vi el año pasado llegar a Lima y es una realidad innegable. Pero todo este escándalo en el que colaboran periodistas, políticos y empresarios para generar supuestamente millones turísticos que después no van a servir para nada más que para financiar viajes de los Promperú-Boys-And-Girls y hasta para los sueldos de los "Padres de la Patria", digo, todo ese cuento yo no me lo trago por nada del mundo. ¿Por qué seremos así de tontos los peruanos?
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