Cuando uno revisa las informaciones que la prensa convencional peruana, ligada a opciones políticas de ultra derecha y capitalismo salvaje, difunde sobre Venezuela, termina pensando que el país de Simón Bolívar es algo similar a una sucursal del infierno: corrupción institucionalizada, control de medios, nacionalismo extremo y por supuesto, la figura icónica del anti-imperialismo moderno, Hugo Chávez Frías, dictador, financista de campañas en otros países y líder de un proyecto multinacional opuesto a todo lo que “el sentido común”, la mano invisible del mercado y el progreso económico de los mismos de siempre representan.
Es curioso cómo una masa de comunicadores sociales que exigen diariamente la mesura, la objetividad y el criterio amplio como herramientas básicas para guiar la opinión pública, cuando se trata de mantener inmóvil el statu quo conveniente a sus intereses demuestren una posición sectaria e intolerante cada vez que deben cubrir el otro lado de la historia, convirtiéndose de inmediato en todo aquello que dicen despreciar y combatir. Posición sectaria e intolerante que los lleva incluso a callarse en veinte idiomas cuando surge una noticia que sugiera que hechos positivos también son factibles en ese país sudamericano, todo para que el imaginario colectivo siga creyendo que Venezuela – ya no solo su actual presidente sino el país entero como concepto – pertenece al bando de “los malos”.
Habrá quienes opinen que esto es aceptable y hasta normal dentro del juego político pero cuando se trata de acciones que reciben aceptación mundial gracias a que han salvado la vida de miles de niños, el silencio equivale a un ocultamiento mezquino de información de calidad y una falta de sensibilidad para reconocer que hay cosas que funcionan bien, aunque no hayan sido creadas por el establishment. Y de eso se trata El Sistema, paradójico nombre de este programa social que hoy, jueves 23 de junio de 2011, está de fiesta pues se estrena en los EE.UU. (y puede ser visto online en CNN en español) el documental Dudamel: Let the children play, una crónica acerca del espléndido trabajo que El Sistema ha desarrollado con niños en condiciones de pobreza y extrema pobreza, brindándoles una oportunidad de superación a través del sublime arte de la música.
Nadie dice nada. La prensa nacional solo habla de Venezuela cuando la intención es conectar a Chávez con el presidente electo Ollanta Humala. Mientras que en nuestro país hay voces que se debaten entre el delirio y la estupidez, solicitando que se imponga nuevamente el Servicio Militar Obligatorio para los adolescentes con tendencias delincuenciales y los pobres que no tienen oportunidades, en la Venezuela de Chávez ambos espectros vienen siendo rescatados por la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles (FESNOJIV), más conocido en el universo de la música clásica como El Sistema. Mientras que nuestro invisible Ministro de Cultura da el visto bueno al Cristo del Pacífico y despide a Analí Cabrera entre flashes de prensa amarilla, en la Venezuela de Chávez el gobierno actual destina enormes cantidades de presupuesto para apoyar a esta cruzada artística, cultural y social que produce anualmente cientos de jóvenes músicos y orquestas que dan la vuelta al mundo encandilando a los públicos más exigentes.
El Sistema fue creado en 1975 por el economista, pianista y director de orquesta venezolano José Antonio Abreu y actualmente cuenta con más de 200 ensambles infantiles y juveniles y alrededor de 250,000 niños asistiendo a la red de escuelas de música que han establecido por todo el país (90% de estos niños son de estratos socio-económicos entre bajo y muy bajo). La Orquesta Sinfónica Simón Bolívar recorre los escenarios más importantes del planeta y ha sido dirigida por importantes figuras de la música clásica como Claudio Abbado, Simon Rattle, entre otros. Desde 1999, su director estable es el también venezolano Gustavo Dudamel, quien a sus 30 años es considerado actualmente uno de los mejores conductores del mundo. La formación musical de Dudamel empezó en El Sistema cuando él tenía 10 años y luego de aprender a tocar violín, decidió estudiar dirección de orquesta de la mano de Abreu, quien se convirtió en su mentor.
En sus 36 años de existencia, El Sistema ha recibido el apoyo absoluto de los gobiernos que se han sucedido y el satanizado Hugo Chávez es considerado el presidente que más ha colaborado con Abreu y su filosofía: “Como un campo de cultivo para miles de jóvenes venezolanos, la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de las Orquestas Juveniles e Infantiles está dando sus frutos: esos jóvenes venezolanos que pasan por El Sistema cumplen sus sueños de realización personal y profesional a través de la música. Estos jóvenes músicos brindan un ejemplo diario de superación y vitalidad para sus compatriotas. La música no solo es producto del talento y el virtuosismo de sus creadores, es también el reflejo del alma de la gente y, en este caso, es el crecimiento de un programa educativo que en las últimas tres décadas ha traspasado nuestras fronteras y sobrepasado todas las expectativas. La música es un elemento clave para educar a las personas y permitirles que se integren exitosamente a la sociedad”. El Sistema es una dependencia del Ministerio de Familia, Salud y Deportes y su premisa básica es “usar la música para la protección de la infancia a través del entrenamiento, rehabilitación y prevención de comportamientos antisociales y criminales”.
El documental Dudamel: Let the children play (2010) dirigido por Alberto Arvelo, ha sido proyectado en varios países de Europa y Latinoamérica con éxito rotundo entre los especialistas y aficionados a la música y su estreno en los EE.UU. para hoy en simultáneo en más de 40 cines será todo un acontecimiento. El Sistema ha demostrado ser un un programa educativo de éxito incuestionable, basado únicamente en la genuina intención de crear un espacio para que niños sin posibilidades formales encuentren una vida de retos y de éxitos en el camino musical que emprenden de la mano de sus profesores y de los artistas que han colaborado con Abreu a lo largo de este tiempo como Plácido Domingo, Quincy Jones, Daniel Barenboim, John Williams, etc.
Podemos estar en contra de Hugo Chávez y sus tendencias dictatoriales, que lo han llevado a perpetuarse en el poder a través de métodos inaceptables. Y por esa misma razón nuestras autoridades, nuestra prensa y en general, el conjunto de la sociedad debería avergonzarse que una de las personalidades más repelidas en el contexto mundial pueda ser auspiciador entusiasta de este excelente servicio a la comunidad. Los principales medios de comunicación deberían hacer un esfuerzo por alejarse de esta mezquindad informativa y dar a conocer lo que sucede en materia cultural y musical en esa Venezuela que tanta aversión les produce. Los resultados de El Sistema hacen imposible negar que se trata de un prodigio de la gestión cultural.
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