Nunca me cansaré de decir que la buena música es, al final de todas las cuentas, el arte más cercano a un amigo(a) cuando se trata de buscar consuelo tras una experiencia dolorosa. La naturaleza cambiante del estado de ánimo, aun en tiempos en los que prima la tristeza y la inevitable sensación de vacío que trae el duelo, se sosiega cuando en el aire vuelan notas agradables al oído. Pueden ser vertiginosas y violentas, para generar distracción y catarsis o pueden ser calmadas y acompasadas, para acompañarse en soledad. Como cuando uno tiene en las manos una taza de café caliente o una copa de vino tinto.
En ese sentido, The Band dejó registradas algunas canciones que califican en la segunda categoría y que vengo escuchando casi como un mantra, todos los días, para darle tranquilidad a mi día de trabajo. "Dicen que el tiempo cura todo..." es la frase de una melosa balada de Cristian Castro y es una verdad absoluta y categórica. Como dirían mis admirados Les Luthiers; "no solo es cierto sino que además, es verídico". Pocos grupos como The Band han sido tan trascendentes y a la vez tan poco mencionados en las historias del rock. Y en estas épocas de monopolio cumbiambero o de actos inclasificables como Lady Gaga, Tokio Hotel o The Jonas Brothers, esta clase de bandas simplemente están siendo condenadas al más injusto olvido.
La historia es larga y no quiero aburrirlos: cuatro canadienses y un norteamericano que ganaron experiencia y destreza acompañando a Ronnie Hawkins, un cantante menos recordado aun, en ese entonces se hacían llamar The Hawks. Un par de giras con Bob Dylan - fueron la banda que estuvo detrás de él en el bochornoso concierto en que sus fans le gritaron "Judas!" por ponerle electricidad al folk en 1966 y luego, la aventura musical del quinteto se hizo realidad con dos álbumes de antología: Music from the Big Pink (1968) y The Band (1969). Participaron en los festivales de Woodstock y la Isla de Wight, grabaron algunos discos más con Dylan y como grupo - se bautizaron The Band porque así se les conocía en el circuito de la época, simplemente eran "la banda" - y en 1976 se despidieron multitudinariamente en un mega concierto llamado The last waltz, famoso por el extenso documental que dirigió Martin Scorsese, estrenado en 1978. En ese mítico concierto los acompañan la crema y nata del rock de esa época: Eric Clapton, Dr. John, Bob Dylan, Joni Mitchell, Neil Diamond, Neil Young, The Staple Singers, Ringo Starr, Ronnie Wood, Van Morrison, entre otros...
The Band hizo rock and roll duro y parejo, blues y country. Se ubicó a mitad de camino del blues psicodélico de The Grateful Dead y el country rock de The Eagles. Sentó las bases. Y hoy nadie se acuerda de ellos: Richard Manuel (voz, piano), Robbie Robertson (voz, guitarra), Rick Danko (voz, bajo), Garth Hudson (saxo, teclados) - los canadienses - y Levon Helm (voz, batería), dejaron un puñado de canciones excelentes. Estas son las que más escucho en estos días:
En ese sentido, The Band dejó registradas algunas canciones que califican en la segunda categoría y que vengo escuchando casi como un mantra, todos los días, para darle tranquilidad a mi día de trabajo. "Dicen que el tiempo cura todo..." es la frase de una melosa balada de Cristian Castro y es una verdad absoluta y categórica. Como dirían mis admirados Les Luthiers; "no solo es cierto sino que además, es verídico". Pocos grupos como The Band han sido tan trascendentes y a la vez tan poco mencionados en las historias del rock. Y en estas épocas de monopolio cumbiambero o de actos inclasificables como Lady Gaga, Tokio Hotel o The Jonas Brothers, esta clase de bandas simplemente están siendo condenadas al más injusto olvido.
La historia es larga y no quiero aburrirlos: cuatro canadienses y un norteamericano que ganaron experiencia y destreza acompañando a Ronnie Hawkins, un cantante menos recordado aun, en ese entonces se hacían llamar The Hawks. Un par de giras con Bob Dylan - fueron la banda que estuvo detrás de él en el bochornoso concierto en que sus fans le gritaron "Judas!" por ponerle electricidad al folk en 1966 y luego, la aventura musical del quinteto se hizo realidad con dos álbumes de antología: Music from the Big Pink (1968) y The Band (1969). Participaron en los festivales de Woodstock y la Isla de Wight, grabaron algunos discos más con Dylan y como grupo - se bautizaron The Band porque así se les conocía en el circuito de la época, simplemente eran "la banda" - y en 1976 se despidieron multitudinariamente en un mega concierto llamado The last waltz, famoso por el extenso documental que dirigió Martin Scorsese, estrenado en 1978. En ese mítico concierto los acompañan la crema y nata del rock de esa época: Eric Clapton, Dr. John, Bob Dylan, Joni Mitchell, Neil Diamond, Neil Young, The Staple Singers, Ringo Starr, Ronnie Wood, Van Morrison, entre otros...
The Band hizo rock and roll duro y parejo, blues y country. Se ubicó a mitad de camino del blues psicodélico de The Grateful Dead y el country rock de The Eagles. Sentó las bases. Y hoy nadie se acuerda de ellos: Richard Manuel (voz, piano), Robbie Robertson (voz, guitarra), Rick Danko (voz, bajo), Garth Hudson (saxo, teclados) - los canadienses - y Levon Helm (voz, batería), dejaron un puñado de canciones excelentes. Estas son las que más escucho en estos días:
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