Me enteré hoy en la mañana y no lo pude creer porque se trata de un guitarrista sumamente activo, enfrascado en múltiples proyectos musicales. A los 64 años de edad, en pleno uso de sus facultades, falleció Félix Casaverde tras haber sido internado en el Hospital Rebagliatti debido a problemas estomacales. Como siempre pasa con nuestros artistas, don Félix carecía de seguro social y pudo ser atendido gracias a la afiliación de su esposa. Nadie explica con claridad cómo es que se complicó tanto su situación y quizás hasta se trate de un caso de negligencia médica. Así trata el país a sus altos valores culturales. Como dice César Hildebrandt: "El Perú es madrastra de sus hijos".
El sonido de don Félix Casaverde era especial, mágico, innovador y ecléctico. Nunca dejó de ser peruano, nunca dejó de sonar a música negra pero tenía esos airecillos brasileños, esas progresiones jazzísticas, esas creaciones personales provenientes de una sensibilidad profunda que lo convirtieron en uno de los representantes más auténticos de ese híbrido llamado "fusión afroperuana" tan maltratado por personajes improvisados y tendencias al desorden armónico, a la desvalorización artística, al facilismo de la moda que aprueba la mescolanza como sinónimo de creatividad.
Nadie conoce a Félix Casaverde. Nadie que no sea músico o fanático de la verdadera música, quiero decir. La masa no sabe quién es y ahora se preguntan qué tocaba, dónde y con quién. La Internet es pródiga - y lo será más en los próximos días cuando los homenajes incluyan a propios y ajenos en las reseñas y semblanzas que se hagan de este guitarrista excepcional - en datos acerca de su carrera y su vida: que era devoto del Señor de los Milagros, que fue descubierto por Chabuca Granda, que acompañó muchos años a Tania Libertad en México, que era el preferido de Susana Baca, que revolucionó la guitarra peruana con un talento fuera de lo común. Todo eso es verdad. Y entonces me pregunto una vez más: ¿por qué nadie lo conoce?
Los niños de Lima dejan hoy de ir al colegio para acampar en las afueras de un estadio y ver a un adolescente que no sabe cantar pero lo hace en inglés - Justin Bieber para los distraídos - en una absurda imitación de lo que hacen los adultos cuando se trata de estar en primera fila de los conciertos que últimamente llegan a nuestra ciudad. Esta imitación fuera de lugar es promovida por personajes que se enriquecen embruteciendo a la niñez peruana, que se deprime si no participan de este espectáculo ligero y de poco valor artístico desde cualquier punto de vista.
Mientras tanto el Ministerio de Cultura homenajea con velorio abierto a un músico importante de nuestro acervo musical que fallece en el mes de la canción criolla. Un velorio abierto al que solo asistirán pues, sus amigos y aquellos que tuvimos la suerte de alguna vez verlo y escucharlo tocar. Y lo más probable es que esto ocurre porque la actual ministra es una de sus mejores amigas, la cantante Susana Baca a quien acompañó en múltiples escenarios y estudios de grabación dentro y fuera del país.
Cuando un artista fallece, fallece una parte del alma del país. Por el desdén que el gran público muestra ante nuestros artistas - salvo que venga empaquetado en alguna falacia comercial auspiciada por grandes empresas y maquillado con elementos de aquello "que le gusta a la gente", léase vulgaridades, chabacanerías o tendencias traídas del extranjero como esas mezclas electrónicas conocidas como "chill-out", las fusiones mal hechas, etc. - podríamos concluir que el Perú no tiene alma, solo deseos de divertirse irracionalmente, eliminar todo lo que huela a tradición, a respeto por el trabajo real de los músicos no populares y despreciar la cultura en sus diversas manifestaciones.
El estilo único de Félix Casaverde Vivanco quedará por siempre en los oídos de quienes valoramos y sentimos la música peruana tanto como valoramos y sentimos la música en general, y no como un producto de utilización a conveniencia de quienes creen que un vals o un festejo solo puede escucharse a la hora del almuerzo, entre botellas de cerveza y peñas que más parecen discotecas. Que en paz descanse, maestro.
Junto a Susana Baca promocionando el Festival Cuerdas Al Aire 2010.
Del disco Memorias de..., el festejo Cuatro tiempos negros jóvenes.
Este tema se llama Festejo 1900, la interpretación es en el Peruano Japonés, año 2010
Vals Celos de Felipe Pinglo Alva
1 comentario:
Excelente artìculo, las guitarras estan de luto.
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