Miami Sound Machine... nunca antes este nombre le vino mejor a la super banda que acompaña a la diva cubana Gloria Estefan, quien después de 24 años vino al Perú a ofrecer un concierto como parte de su gira de despedida. La cantante y compositora, junto a 12 músicos, 3 coristas y 2 parejas de baile de primera línea, hizo bailar y cantar a más de 10 mil personas durante casi tres horas en una noche de ritmo, sabor afrocubano y fuertes dosis de pop, en la que es sin lugar a dudas la mejor performance del género denominado crossover (combinación de sonidos latinos y anglosajones), que ellos ayudaron a consolidar en la escena musical mundial desde el inicio de su camino discográfico.
Y ese amplio camino fue el que recorrió Gloria Estefan dejando satisfechos hasta a sus fans más antiguos con sorprendentes interpretaciones de temas como Dr. Beat, Conga y un potpourrí de baladas que incluyó Renacer, Regresa a mí y No será fácil, éxitos infaltables en las programaciones de las radios románticas de nuestra capital. Temas de fines de los 80s como Rhythm is gonna get you (con un pequeño homenaje a nuestros ritmos negros entre estrofa y estrofa que casi nadie advirtió), 1-2-3 y Get on your feet también formaron parte del repertorio. El inicio del show con la poderosa Oye levantó a los asistentes de sus asientos como si estuvieran impulsados por un resorte.
Los aportes de Gloria Estefan y su banda al desarrollo de la música latina son muchos y muy ricos. Para empezar, ella protege en cada uno de sus discos la identidad del acervo musical cubano devolviéndole la prestancia, la elegancia y la dignidad de sus raíces populares, alejándose diametralmente del concepto equivocado que asocia a los ritmos de esta parte del continente con la vulgaridad, la pobreza o el exhibicionismo barato. Nada de eso encontrará usted en un concierto de Gloria Estefan. Eso sí, muchos boleros, mucho son y mucha salsa, interpretada a la perfección por la Miami Sound Machine, dirigida por el incombustible Jorge Casas, bajista que trabaja junto a ella desde 1989, año de su despegue internacional.
Siempre bajo la atenta mirada de su esposo, el magnate de la industria discográfica Emilio Estefan, la diva y su tremenda orquesta dan la impresión de estar tocando en una fiesta familiar donde abundan las buenas vibraciones y la emotividad. El concierto tuvo de todo, desde las 100% latinas Mi tierra, Sí señor cómo no, No llores, Oye mi canto hasta las versiones de clásicos de la música disco Turn the beat around y Everlasting love, así como otros éxitos en su faceta pop como Corazón prohibido (la versión en español del conocido Heaven's what I feel), Party time y Let's get loud (composición suya popularizada por Jennifer López). Hasta sus seguidores más acérrimos estuvieron de plácemes con canciones como Santo, Santo (a dúo con imágenes del brasileño Alexander Pires) y Puedes llegar, poco difundidas en nuestro medio pero que fueron coreadas a voz en cuello por los más conocedores.
Los momentos más impresionantes del show vinieron de la mano de una niña, su hija, Emily. La pequeña dejó boquiabierta a la audiencia cuando empuñó la guitarra para tocar una intensa versión de Play that funky music de Wild Cherry, acompañada por la banda en pleno. Al final de la canción, Emily se sentó en la batería demostrando lo que ocasiona crecer en medio de tanto músico talentoso. A diferencia de las "megaestrellas" adolescentes de hoy (léase Hannah Montana, Lindsay Lohan y demás productos prefabricados), la niña no se presenta con actitudes impropias para su edad, sino todo lo contrario, lo cual dice mucho también de su entorno familiar y la filosofía de vida que la rodea.
Posteriormente llegaría el turno de Gianmarco, quien no perdió la oportunidad para aparecer junto a Gloria Estefan. Juntos interpretaron Hoy. La banda preparó una introducción basada en el huayno instrumental Iquitos del recordado colectivo de músicos peruanos Los Hijos del Sol, que enriqueció el tema mientras las pantallas proyectaban las imágenes del videoclip que la artista grabara en Macchu Pichu. Posteriormente interpretó la balada Tu fotografía, en memoria de su padre. Ambas canciones fueron compuestas por Gianmarco para su disco Unwrapped, publicado en el año 2003.
El concierto parecía no tener final. El público llamaba a la cantante cada vez que ella desaparecía del escenario y ella, solícita, regresaba. En total fueron cuatro las veces que respondió al llamado del público y el colofón de esta noche de reencuentro con su público limeño llegó con el tema Desde la oscuridad/Coming out of the dark, aquel agradecimiento en forma de canción que escribió para dirigirse a todas las personas que rezaron por su recuperación tras el penoso accidente que tuvo en 1990 y que por poco la aleja para siempre de los escenarios. Sin duda, la mejor contraparte que pudimos tener a los megaconciertos de música en inglés que hemos tenido la suerte de presenciar en los últimos meses.
Y ese amplio camino fue el que recorrió Gloria Estefan dejando satisfechos hasta a sus fans más antiguos con sorprendentes interpretaciones de temas como Dr. Beat, Conga y un potpourrí de baladas que incluyó Renacer, Regresa a mí y No será fácil, éxitos infaltables en las programaciones de las radios románticas de nuestra capital. Temas de fines de los 80s como Rhythm is gonna get you (con un pequeño homenaje a nuestros ritmos negros entre estrofa y estrofa que casi nadie advirtió), 1-2-3 y Get on your feet también formaron parte del repertorio. El inicio del show con la poderosa Oye levantó a los asistentes de sus asientos como si estuvieran impulsados por un resorte.
Los aportes de Gloria Estefan y su banda al desarrollo de la música latina son muchos y muy ricos. Para empezar, ella protege en cada uno de sus discos la identidad del acervo musical cubano devolviéndole la prestancia, la elegancia y la dignidad de sus raíces populares, alejándose diametralmente del concepto equivocado que asocia a los ritmos de esta parte del continente con la vulgaridad, la pobreza o el exhibicionismo barato. Nada de eso encontrará usted en un concierto de Gloria Estefan. Eso sí, muchos boleros, mucho son y mucha salsa, interpretada a la perfección por la Miami Sound Machine, dirigida por el incombustible Jorge Casas, bajista que trabaja junto a ella desde 1989, año de su despegue internacional.
Siempre bajo la atenta mirada de su esposo, el magnate de la industria discográfica Emilio Estefan, la diva y su tremenda orquesta dan la impresión de estar tocando en una fiesta familiar donde abundan las buenas vibraciones y la emotividad. El concierto tuvo de todo, desde las 100% latinas Mi tierra, Sí señor cómo no, No llores, Oye mi canto hasta las versiones de clásicos de la música disco Turn the beat around y Everlasting love, así como otros éxitos en su faceta pop como Corazón prohibido (la versión en español del conocido Heaven's what I feel), Party time y Let's get loud (composición suya popularizada por Jennifer López). Hasta sus seguidores más acérrimos estuvieron de plácemes con canciones como Santo, Santo (a dúo con imágenes del brasileño Alexander Pires) y Puedes llegar, poco difundidas en nuestro medio pero que fueron coreadas a voz en cuello por los más conocedores.
Los momentos más impresionantes del show vinieron de la mano de una niña, su hija, Emily. La pequeña dejó boquiabierta a la audiencia cuando empuñó la guitarra para tocar una intensa versión de Play that funky music de Wild Cherry, acompañada por la banda en pleno. Al final de la canción, Emily se sentó en la batería demostrando lo que ocasiona crecer en medio de tanto músico talentoso. A diferencia de las "megaestrellas" adolescentes de hoy (léase Hannah Montana, Lindsay Lohan y demás productos prefabricados), la niña no se presenta con actitudes impropias para su edad, sino todo lo contrario, lo cual dice mucho también de su entorno familiar y la filosofía de vida que la rodea.
Posteriormente llegaría el turno de Gianmarco, quien no perdió la oportunidad para aparecer junto a Gloria Estefan. Juntos interpretaron Hoy. La banda preparó una introducción basada en el huayno instrumental Iquitos del recordado colectivo de músicos peruanos Los Hijos del Sol, que enriqueció el tema mientras las pantallas proyectaban las imágenes del videoclip que la artista grabara en Macchu Pichu. Posteriormente interpretó la balada Tu fotografía, en memoria de su padre. Ambas canciones fueron compuestas por Gianmarco para su disco Unwrapped, publicado en el año 2003.
El concierto parecía no tener final. El público llamaba a la cantante cada vez que ella desaparecía del escenario y ella, solícita, regresaba. En total fueron cuatro las veces que respondió al llamado del público y el colofón de esta noche de reencuentro con su público limeño llegó con el tema Desde la oscuridad/Coming out of the dark, aquel agradecimiento en forma de canción que escribió para dirigirse a todas las personas que rezaron por su recuperación tras el penoso accidente que tuvo en 1990 y que por poco la aleja para siempre de los escenarios. Sin duda, la mejor contraparte que pudimos tener a los megaconciertos de música en inglés que hemos tenido la suerte de presenciar en los últimos meses.
1 comentario:
Nos deja un sabor bueno, sin duda una de las mejores voces de nuestro,gracias por el articulo
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