martes, 12 de febrero de 2013

VAREKAI: ASÍ SON LOS SHOWS DEL PRIMER MUNDO


Desde mediados de los años 90s, había visto infinidad de veces en video a Cirque du Soleil y la sensación era siempre la misma: toda esta espectacularidad ¿era real o había ediciones, montajes, efectos especiales? Digo, más allá de los arneses y las amarras invisibles de los acróbatas. ¿Era posible que esos seres humanos se elevaran de esas maneras, eran reales esos personajes fantásticos, coloridos, o provenían de alguna fábrica de animaciones por computadora, tipo Dreamworks?

Pues sí, son reales. El elenco internacional de esta compañía circense que tiene ya más de 20 años sorprendiendo al mundo entero con sus perfectas actuaciones está conformado por verdaderos atletas. Hombres, mujeres y niños capaces de realizar increíbles proezas físicas, las cuales combinan con un impactante talento para la interpretación de sus personajes. Provistos de una seguridad y una precisión únicas, generan conmoción en el público con sus coreografías, tanto las acrobáticas como las de baile y nos convencen de que, efectivamente, no son seres humanos sino criaturas que habitan un bosque encantado. Las luces, el sonido, la extraordinaria banda de músicos y los cantantes, contribuyen a que el mundo mágico de Varekai se haga realidad, más allá de que sepamos que acá no hay magia sino años de trabajo, horas diarias de incesantes ensayos, perfeccionismo y respeto por el público. Algo que aquí no conocemos.

Caminando rumbo a la ubicación en el escenario circular, uno no puede dejar de mirar, boquiabierto, las maravillosas carpas de intensos azul y amarillo, brillantes y bien tensadas; las boleterías ordenadas, los puestos de venta de golosinas, los paneles que anuncian a los artistas. Mientras que aquí el público considera que mamarrachos patéticos como los que arman los "cómicos" nacionales y la gentuza de la farándula cada temporada de Fiestas Patrias merecen ser llamados "circos", el Cirque du Soleil, que nos visita por segunda vez, nos grita con su infraestructura que no deja cabos sueltos, su alto nivel de organización y por supuesto, la calidad artística que uno experimenta durante casi dos horas que el Primer Mundo, del cual ellos vienen, es quizás más inalcanzable que incluso el bosque ficticio que ellos recrean.

La explicación de qué significa Varekai, en qué se basa la historia y demás informaciones las pueden encontrar en diversas páginas web. No ahondemos en esos detalles hoy. Solo quiero decir que verlos en vivo, además de desterrar cualquier duda acerca de si los actos de acrobacia y malabarismo que desafían todas las leyes de la física son reales o no, confirma que sí es posible confiar en el ser humano todavía. ¿Cómo puede ser que un conjunto de artistas, con dedicación y talento, sean capaces de realizar algo de tanta calidad mientras acá sale cualquier hijo de vecino que se hace llamar"artista" sin hacer absolutamente nada que valga la pena? ¿Cómo puede ser que haya mentes prodigiosas a un tiempo que hay, en otros lugares, mentes retorcidas abiertas a las peores atrocidades y crímenes, o dispuestas a encumbrar a personajes que deberían estar en el último de los tachos de basura, no solo del Perú, sino del mundo entero? (estoy pensando en Esto es guerra, Combate y afines, por ejemplo).


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