lunes, 1 de noviembre de 2010

LAS TRILOGÍAS DEL ROCK I


Hace algunos años colaboré brevemente con una publicación independiente que valientemente trató de llenar un espacio vacío en nuestra prensa: la crítica musical especializada y de mentalidades abiertas. Freak Out! - llamada así en honor al primer álbum de Frank Zappa - duró poco, gracias al tesón y la pluma de Hákim de Merv, que lideraba a un equipo conformado por algunos de los comentaristas más agudos (y menos conocidos) de la prensa musical peruana. Aquellos que nunca escribirán en los blogs de El Comercio, las secciones de espectáculos de Caretas o alguno de esos otros pasquines oficiales que gozan del favor del público, la masa deforme que sí sale en todas las fotos. En esa revista de frecuencia indeterminada, publiqué algunos artículos que poco a poco iré transcribiendo en esta bitácora, con algunas correcciones al canto, cada vez que pueda...

"SANTÍSIMAS TRINIDADES: EL ENSAMBLE PERFECTO

En los 80s, algún despistado y poco conocedor DJ de radios limeñas definió a Soda Stereo, por entonces la banda de pop/rock en nuestro idioma más sobredimensionada de todos los tiempos, con perdón de sus fans más devotos - como la Trilogía del Rock. En la TV, un no menos desubicado VJ englobó bajo el mismo epígrafe a tres glamorosas bandas de heavy metal muy de moda en esos años: Guns N' Roses, Poison y Bon Jovi. en este artículo, tratamos de hacerle justicia a uno de los formatos más respetados y a un tiempo subestimados de la historia del rock and roll: el trío.

UN POCO DE HISTORIA
Con el rock and roll, nacieron durante los 50s diversos conjuntos que crearon una nueva estética dentro de la música popular, pero no fueron precisamente los famosos solistas de la época, léase Eddie Cochrane, Bill Haley o Elvis Presley, pues ellos se apoyaban en grupos que iban desde un cuarteto hasta orquestas completas. Quienes provocaron que el trío, aun sin estructura instrumental definida, se desvinculara del jazz y del country, surgió de la mano de nombres menos conocidos. En el caso del jazz, cuando la guitarra aun no se incorporaba a su lenguaje instrumental, eran comunes los ensambles conformados por un pianista, un baterista y un tercer instrumento variable, que podía ser el saxofón o el contrabajo.

Desde 1961, año del nacimiento y auge del soul/doo wop y los primeros destellos del Philly Sound y la Motown, aparecieron los primero tríos vocales, generalmente femeninos, con integrantes claramente identificables. Los más representativos fueron The Ronettes (bajo la batuta de Phil Spector, una especie de Rey Midas del universo musical pop), Martha & The Vandellas y The Supremes (alma mater de Diana Ross).



Diana Ross, Mary Wilson y Florence Ballard: The Supremes

A pesar de la permanente evolución del soul y el rhythm 'n blues, esta conformación ha mantenido su vigencia con distintos niveles de calidad, desde las talentosas The Pointer Sisters hasta las prefabricadas Destiny's Child. Paralelamente, en la escena rocanrolera de los inolvidables años sesenta (dominada por esa la dicotomía psicodelia/música surf en los EE.UU., invasión británica/blues eléctrico en Inglaterra, surgían minuto a minuto bandas con un mínimo de cuatro integrantes: The Beatles, The Byrds, The Rolling Stones, The Beach Boys, The Kinks, The Turtles, The Doors, The Who...

Y ENTONCES SOLO FUERON TRES...
El rock de los 60s se movía entre parámetros bastante fijos: un cantante, una o dos guitarras y una sección rítmica concentrada en un solo patrón sonoro, sin muchas variaciones, estática y repetitiva. Las excepciones llegaban a través de músicos más avezados que forzaban los límites expresivos de sus instrumentos, expandiendo de paso un género que, a pesar de su naturaleza rebelde y trangresora, fue incapaz de alcanzar, en sus primeros años de vida, la libertad creativa que ofrecían las largas y complejas improvisaciones del be-bop.

Pero en 1966 algo cambió: tres músicos jóvenes y relativamente desconocidos, provenientes de la escuela británica del blues, desconcertaron al público con sus inagotables recursos técnicos y su actitud eminentemente rockera, establoecindo un punto de quiebre que iniciaría, casi sin percibirlo, una nueva forma de concebir el rock and roll. Cream, formado por Jack Bruce (bajo, voz), Ginger Baker (batería; ambos ex-miembros de las bandas de Alexis Korner y Graham Bond, respectivamente) y Eric Clapton (guitarra, anteriormente con The Yardbirds y John Mayall), se convirtió en el primer power trío de la historia del rock. El término se acuña para denotar la fuerza interpretativa de sus miembros, que se expresaba con fiereza en una competencia interna sobre el escenario: extensos solos y contrapuntos, intercambios instrumentales e improvisaciones. En suma, la combinación perfecta del purismo del blues, la naturaleza aventurera del jazz y un volumen desafiante y atronador. Estos elementos hicieron de Cream la banda más sorprendente en vivo para ese momento.



Cream tocando en 1968 el clásico de Robert Johnson, Crossroads

A pesar de su corta vida (1966-1969), Cream sentó las bases para la aparición no solo de otros tríos, sino también de nuevos estilos, desde el hard rock de Led Zeppelin hasta las jam sessions de The Allman Brothers Band. Un año después del lanzamiento de Fresh Cream, su álbum debut, nació The Jimi Hendrix Experience. Aquel terceto estaba liderado por un extravagante guitarrista negro, que a fines de los 50s había tocado para la orquesta de Little Richard y de quien nadie se esperaba los furibundos latigazos distorsionados que recorren el disco Are you experienced?, uno de los debuts más importantes de todos los tiempos. The Experience - que eran Hendrix junto a los ingleses Mitch Mitchell (batería) y Noel Redding (bajo) - hizo eco a Clapton y compañía con su fusión norteamericana de psicodelia- funk-blues y en poco tiempo se estableció como la entente máxima del rock de la época, con discos decisivos como Axis: bold as love (1967) y Electric ladyland (1968). Tras el desbande, el chamánico de la Stratocaster armó otro trío al que llamó The Band Of Gypsies con Buddy Miles (batería) y Billy Cox (bajo).



Una de las primeras versiones en vivo de Purple haze en la TV alemana

El éxito comercial de estas dos bandas consolidó al trío como una unidad rock de alto nivel, pues la reducida cantidad de instrumentistas dejaba poco espacio para la falta de preparación. Asimismo, el concepto de "power trio" fue explotado por otros grupos cuyas características incluían: sonido rudo, fuertes bases blueseras y tendencia al virtuosismo. En esa línea tenemos a bandas no muy conocidas como Blue Cheer, Glass Harp y The James Gang, la más trascendente gracias al éxito del tema Funk #49 de 1970. Posteriormente Joe Walsh, uno de los miembros originales de The James Gang, se hizo mundialmente conocido como guitarrista de The Eagles.

Por otro lado, en California, se producía una respuesta a esta ola de blues amplificado: tres cantantes, ex-miembros de celebrados grupos como The Byrds, Buffalo Springfield y The Hollies, fundaron uno de los tríos más influyentes de ese período. Crosby Stills & Nash, que en sí mismo encarna toda una época en el desarrollo de la música popular norteamericana. Armados de guitarras acústicas, exquisitas armonías vocales y poética hippie; (David) Crosby, (Stephen) Stills y (Graham) Nash resumieron los postulados del anti-belicismo, la sensiblidad y la filosofía floral del paz-y-amor de finales de la década de los 60s en su epónimo primer álbum, lanzado en 1969, antes de convertirse en cuarteto un año después con el ingreso del errático Neil Young.



Teach your children, un tema cuya letra debería ser más tomada en cuenta en estos días

Volvemos con la segunda parte...

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