viernes, 9 de noviembre de 2012

ROBERT PLANT EN LIMA


¿Qué más podemos decir de Robert Plant, que no se haya dicho ya? ¿o que sí se haya dicho? (Les Luthiers dixit). Realmente hay poco más qué decir. Cuando era adolescente y descubrí a Led Zeppelin - un cóctel explosivo para las neuronas de cualquier cerebro en formación - no había forma de enterarse al detalle de quién era este personaje casi ficticio, con voz sobrenatural y apariencia fantasmagórica, etérea y poderosa, que surgía como una llamarada en esas imágenes dobles, caleidoscópicas, del mítico concierto en el Madison Square Garden (The songs remains the same) que alcanzaba a ver, con las justas, a medianoche, a través de esa señal plagada de estática del Canal 33 UHF.

Hoy todos sus datos relevantes (y de los otros también), abundan en la Internet. Desde sus raíces blueseras, ubicadas en la escucha compulsiva de Robert Johnson, Sonny Boy Williamson, entre otros; hasta traducciones (algunas muy inexactas) de sus letras espirituales, filosóficas y abiertamente fumadas de la era dorada del mejor cuarteto de rock duro de todos los tiempos. Todo está disponible para uso y abuso de cualquier persona interesada en su carrera: desde los iniciados que escriben "como si supieran" en las webs de los diarios de Lima hasta los expertos, todos tenemos acceso a la vida y milagros de este señor de 64 años que hoy, impactará nuestra capital con su renacimiento musical, The Sensational Space Shifters.

Robert Plant fue considerado, varias veces, como el mejor cantante de rock, de blues, de metal. Hoy no es el mismo, por supuesto. Un accidente en 1975 casi le quita la vida y posteriormente, problemas de salud en las cuerdas vocales amenazaron con terminar con ese prodigio que nos sorprendió a todos, y que nos sigue sorprendiendo, cada vez que lo escuchamos nuevamente. Pero ha recuperado la fuerza interpretativa y hoy, al frente de esta banda que es una especie de resumen de todas sus obsesiones musicales - blues, country, sonoridades africanas, orientales, psicodelia - Plant vuelve a recorrer el mundo con conciertos, quizás ya no multitudinarios como los del brillante período zeppeliniano (1968-1980) pero sí igual de intensos y musicalmente notables.

La carrera de Plant después de Led Zeppelin es bastante sólida, aunque poco difundida en nuestro medio, más pendiente de las tonterías de Shakira o las movidas cumbiamberas, soundtrack inevitable de los "luctuosos hechos" del mercado La Parada, ocurridos hace poco en Lima. Sus álbumes como solista, el breve supergrupo The Honeydrippers, los experimentos con su cómplice Jimmy Page de fines de los 90s y sus últimas coartadas country junto a Alison Kraus, Strange Sensation o Band of Joy, configuran un cuerpo de trabajo que ofrece mucho para escoger, al momento de pensar en un concierto suyo.

Pero desde luego, los platos fuertes siempre serán los temas de Led Zeppelin que decida interpretar. Según los setlists que pululan en la red - algo que le quita cierto misterio a las giras modernas, por cierto - he visto títulos como Four sticks, Gallow's pole, Bron-y-aur-stomp, Friends, Ramble on y Going to California. Es decir, algunas gemas de la discografía que corresponden a su período más ecléctico, diverso, acústico y misterioso, como para hacerlas coincidir con la propuesta musical de The Sensational Space Shifters. También he visto por ahí Rock and roll y Black dog (para rockear duro al final) y, aunque cierta nota de El Comercio la anuncia, la clásica Stairway to heaven no figura en los planes de la gira. Aun así, pinta bien el concierto de esta noche.

The Sensational Space Shifters son: Robert Plant (voz), Patty Griffin (voz, guitarra, mandolina, mantengan sus ojos en ella, es muy talentosa), Juldeh Camara (percusiones africanas), Justin Adams y Skin Tyson (guitarras), Billy Fuller (bajo), John Baggott (teclados) y Dave Smith (batería). Esta noche en el Jockey Club, un verdadero grande del rock cantará en Lima.

Mañana me lo cuentan...


Stairway to heaven, de la película The songs remains the same. Concierto de 1973 en el Madison Square Garden


In the mood, uno de sus mejores temas como solista (1983)

Una versión diferente de Black dog, con su banda actual

1 comentario:

Nelson dijo...

A pesar de una rica historia de plagios, LZ fue y será una banda llena de contrastes y hacedora de buena música. Aún disfruto de Achilles Last Stand como si fuera el primer día.