Hola a todos... quiero comenzar este primer post del año agradeciéndoles a todas y cada una de las personas que han seguido las andanzas de esta bitácora durante el 2008 y que, de una u otra forma, la han seguido visitando a pesar de no haberme dedicado a actualizar sus contenidos de manera regular. Mil disculpas por la demora pero el cambio de año me encontró tomando ciertas decisiones que, sin temor a equivocarme, van a producir cambios positivos en mi vida y mi salud. Asimismo, permítanme desearles a todos ustedes - en el Perú y en el extranjero - y sus familias lo mejor para este 2009 en todo sentido.
Cuando un año llega a su fin, se acostumbra que entre familiares, amigos, parejas, compañeros de trabajo, etc. se repartan a diestra y siniestra buenos deseos. Salud, paz y prosperidad son tres de las palabras más utilizadas en tarjetas, correos electrónicos, llamadas telefónicas y demás saludos de fin de año. Sin embargo, es muy común que no vayamos más allá de decirlas, tanto en las actitudes que tomamos hacia los demás como en la forma en que manejamos nuestros asuntos personales. A menudo no valoramos cumplidamente lo que estas tres cosas significan en nuestro contexto personal, familiar y social.
Las últimas dos semanas del año viejo son sinónimo de excesos alimenticios. Las cenas, reuniones y demás celebraciones atentan directamente contra la buena salud que, paralelamente, nos deseamos desde todos los flancos. Creo que no hay mejor manera de desearles SALUD que compartiendo con ustedes los beneficios que me ha traído un sencillo y muy agradable régimen de dieta, basado en ensaladas frescas (acompañadas de atún o pollo), frutas, mucho líquido y disciplina. En los primeros 10 días de este mes, he evitado productos como pan, arroz, papas, huevos, fideos, etc. que en los últimos tiempos he venido consumiendo de manera exagerada. Los efectos son notables: bajé de peso rapidamente, eliminé excesos de agua y grasas acumuladas en mi organismo, además de experimentar una notable subida de ánimo, a causa de las sensaciones de ligereza y comodidad que esos cambios producen.
Aquí no hay secretos, arcanos ni recetas misteriosas: las dietas no deben ser sinónimo de comidas insípidas, incoloras e inodoras. Con un poco de imaginación y disciplina, uno puede conseguir resultados muy positivos sin matarse de hambre. Una ensalada de verduras (crudas, para aprovechar todos sus nutrientes) que puede llevar lechuga, tomate, cebolla, brócoli y coliflor, sazonada con ajo, vinagre, sal y pimienta, queda buenísima. Un saltado de berenjenas y zapallitos italianos con el mismo aderezo es sabroso y alimenticio a la vez. Para reemplazar la gaseosa, un buen vaso de té helado con limón. En el desayuno, jugo de naranja y una taza de café con leche y a media tarde, frutas frescas, muy ricas e ideales para el calor de la temporada. Fresas, papayas, piñas y ya está. Diez días. Hagan la prueba, no se arrepentirán.
Pero no se crean que el blog se ha vuelto naturista, ni nada por el estilo. Eso sería como decir que la necesidad de someterse a una sesión psiquiátrica equivale a decir que uno está loco. Nada más alejado de la realidad. Es simplemente preocuparse por la SALUD, esa que nos desean y les deseamos a todos a quienes saludamos por Navidad y Año Nuevo y que tan pocas veces valoramos mientras tenemos edad para mantenernos estables, sin problemas graves de salud.
Cuando un año llega a su fin, se acostumbra que entre familiares, amigos, parejas, compañeros de trabajo, etc. se repartan a diestra y siniestra buenos deseos. Salud, paz y prosperidad son tres de las palabras más utilizadas en tarjetas, correos electrónicos, llamadas telefónicas y demás saludos de fin de año. Sin embargo, es muy común que no vayamos más allá de decirlas, tanto en las actitudes que tomamos hacia los demás como en la forma en que manejamos nuestros asuntos personales. A menudo no valoramos cumplidamente lo que estas tres cosas significan en nuestro contexto personal, familiar y social.
Las últimas dos semanas del año viejo son sinónimo de excesos alimenticios. Las cenas, reuniones y demás celebraciones atentan directamente contra la buena salud que, paralelamente, nos deseamos desde todos los flancos. Creo que no hay mejor manera de desearles SALUD que compartiendo con ustedes los beneficios que me ha traído un sencillo y muy agradable régimen de dieta, basado en ensaladas frescas (acompañadas de atún o pollo), frutas, mucho líquido y disciplina. En los primeros 10 días de este mes, he evitado productos como pan, arroz, papas, huevos, fideos, etc. que en los últimos tiempos he venido consumiendo de manera exagerada. Los efectos son notables: bajé de peso rapidamente, eliminé excesos de agua y grasas acumuladas en mi organismo, además de experimentar una notable subida de ánimo, a causa de las sensaciones de ligereza y comodidad que esos cambios producen.
Aquí no hay secretos, arcanos ni recetas misteriosas: las dietas no deben ser sinónimo de comidas insípidas, incoloras e inodoras. Con un poco de imaginación y disciplina, uno puede conseguir resultados muy positivos sin matarse de hambre. Una ensalada de verduras (crudas, para aprovechar todos sus nutrientes) que puede llevar lechuga, tomate, cebolla, brócoli y coliflor, sazonada con ajo, vinagre, sal y pimienta, queda buenísima. Un saltado de berenjenas y zapallitos italianos con el mismo aderezo es sabroso y alimenticio a la vez. Para reemplazar la gaseosa, un buen vaso de té helado con limón. En el desayuno, jugo de naranja y una taza de café con leche y a media tarde, frutas frescas, muy ricas e ideales para el calor de la temporada. Fresas, papayas, piñas y ya está. Diez días. Hagan la prueba, no se arrepentirán.
Pero no se crean que el blog se ha vuelto naturista, ni nada por el estilo. Eso sería como decir que la necesidad de someterse a una sesión psiquiátrica equivale a decir que uno está loco. Nada más alejado de la realidad. Es simplemente preocuparse por la SALUD, esa que nos desean y les deseamos a todos a quienes saludamos por Navidad y Año Nuevo y que tan pocas veces valoramos mientras tenemos edad para mantenernos estables, sin problemas graves de salud.
Cambiar los hábitos alimenticios negativos y recuperar la salud de nuestros cuerpos (sobre todo para quienes ya pasamos los 30s) es, más allá de un buen deseo de año nuevo, una necesidad y una obligación. Y eso me quedó mucho más claro después de ver este video, en el que se dicen una serie de cosas tan obvias y a la vez tan poco tomadas en cuenta que uno realmente termina sorprendido. En los siguientes posts hablaremos de la PAZ y la PROSPERIDAD, relacionadas a temas de actualidad, desde la óptica de quienes realmente la buscan, trascendiendo el saludo formal, el lugar común, el mensaje por compromiso...
Feliz Año Nuevo 2009!!!
Video: "¿Puede la muerte empezar en el colon?" (Dr. Joel Robbins, 2008)
Feliz Año Nuevo 2009!!!
Video: "¿Puede la muerte empezar en el colon?" (Dr. Joel Robbins, 2008)
2 comentarios:
Me podrian informar por favor cual es la solución???
Hola Leidy... gracias por leer... me dejó consternado tu pregunta ¿cuál es el problema al que le buscas la soluciön: a la actitud que describo en el post acerca de los saludos navideños que no pasan de las palabras o a las complicaciones del colon que se muestran en el video?
Saludos y otra vez gracias...
Publicar un comentario