LOS CHOPPETS: UNA MALA COPIA DE AVENUE Q

En todas partes los anuncian como la gran cosa y nadie parece advertir, por desconocimiento supongo, que ese espectáculo de títeres mal-hechos, mal-hablados y mal-manipulados es una copia - o intenta serlo en todo caso, porque fracasa rotundamente en su intento - de una de las obras teatrales más aplaudidas de los últimos tiempos, que sólo ha recibido halagos desde su aparición off-Broadway en el 2003 y que hoy es todo un fenómeno no sólo en los EE.UU. sino también en varios países de Europa.

En ninguna de las reseñas, reportajes, publicherries y demás gollerías que estos "originales" titiriteros han recibido de diversos medios de comunicación, se consigna la fuente de la cual han sacado, de manera muy superficial y sin acercarse ni remotamente al producto matriz, la base para este amorfo show que se hace llamar Los Choppets se van del País.

Me refiero a Avenue Q, una obra en la cual los titiriteros realizan los mismos movimientos que sus títeres, a un nivel de perfección que uno casi ni lo nota. La mimetización es tan exacta que la presencia del ser humano que maneja al títere, visible sobre el escenario (cuando lo normal es que esté oculto como en el clásico show de los muppets o nuestra Nicolasa) no distrae al público, de modo que todo el tiempo permanece atento a los movimientos del muñeco. El efecto resultante es sencillamente impresionante.

Avenue Q surgió de las mentes creativas de Robert Lopez y Jeff Marx, aplicados fans de The Simpsons y South Park, quienes decidieron llevar la magia de los títeres en el clásico estilo de la Rana René y Big Bird a un público adulto, para lo cual escribieron una historia musical plagada de temas fuertes como el desempleo, el racismo, la homosexualidad, la Internet, etc., desde una óptica crítica y en clave de humor negro, incisivo e inteligente. Y como no podía ser de otra forma, tratándose de un musical de Broadway, con un excelente elenco de cantantes-actores, de primerísima calidad.

Evidentemente las estrellas del show son los títeres, confeccionados por Rick Lyon, experimentado diseñador que ha trabajado durante años en la compañía de Jim Henson, creador de los famosos The Muppets Show y Sesame Street. Cada uno de los personajes de Avenue Q remite inmediatamente a los principales miembros del cast muppet: así, podemos encontrar a Princeton, algo así como René en versión humana, Trekkie Monster (Cookie Monster), Nicky y Rod (Enrique y Beto) o Lucy The Slut (una variación nada angelical de Miss Piggy).

La trama contiene diversos elementos de la comedia negra norteamericana, lo cual convierte a Avenue Q en un atractivo y extraño cruce entre los Simpsons, West Side Story y Rent. En la misma línea, la música combina sonoridades que van desde los musicales con piano y orquesta tipo vaudeville hasta temas con orientación al pop-rock. Es decir, un show completo.

Los "originales" Choppets (¿alguien puede explicarme el nombrecito?) podría ser una versión "chicha" de lo que es Avenue Q y como tal tendría valor si por lo menos se dignaran a decirlo abiertamente. En lugar de eso, están promocionándose como un hecho "nunca antes visto" sin dar crédito al espectáculo en el cual se basan. Y cuando uno ve Avenue Q resulta poco agradable la pobreza de movimientos, de argumentos cómicos y de talento que este empeñoso pero limitado grupo de titiriteros peruanos está tratando de vender como algo fuera de serie.

Los Choppets se van del País es una muestra más de la informalidad que campea en todos los aspectos de nuestra sociedad. En esta ocasión, un puñado de jóvenes, con poca preparación y mucho oportunismo, pretende saltar a la fama utilizando ideas ajenas, y encima, haciéndolo mal. Y si quieren comprobarlo, visiten http://www.avenueq.com/ o sino revisen estos videítos del siempre oportuno youtubo. Hasta la próxima...

http://www.youtube.com/watch?v=PJCU4xf5IJE (Avenue Q, It Sucks To Be Me)

http://www.youtube.com/watch?v=T-TA57L0kuc&feature=related (Avenue Q, The Internet Is For Porn)