Cuatro cantantes fundamentales en el desarrollo de la música
en España, famosos en toda Hispanoamérica: Dos de ellos, Joan Manuel Serrat y
Víctor Manuel, eximios compositores y poetas que tocaron la sensibilidad, la
conciencia y las emociones más profundas de sus miles de fans, durante
tres décadas de carrera musical, enfrentando prejuicios y persecuciones
políticas. Los otros dos, Ana Belén y Miguel Ríos, ídolos del cine, la música y
el rock, expertos intérpretes de baladas, trovas y frenéticos himnos
generacionales.
No era la primera vez que compartían escenario pero sí que
se embarcaban en una gira de largo aliento, que los llevaría a recorrer más de
45 ciudades de España y Latinoamérica en un mes, haciendo conciertos de casi
tres horas de duración, acompañados por un inmenso equipo de personas. Sobre
las tarimas, 18 músicos -15 instrumentistas y 3 coristas- bajo la dirección
musical de Juan Carlos Plaza, uno de los arreglistas españoles más reconocidos
del pop. Y tras bambalinas, decenas de técnicos, managers y asistentes atentos
al más mínimo detalle para asegurar la ejecución perfecta antes, durante y
después de cada actuación.
Esta gira dio como resultado un CD de gran factura, que
ofrece al oyente promedio un vistazo general de la prolífica producción musical
de sus cuatro protagonistas, con arreglos especialmente preparados que, en
algunos casos, renuevan estas entrañables canciones y las presenta de manera
fresca y atractiva tanto a los conocedores de sus versiones originales como a
quienes recién las escuchan por primera vez.
La poética de Serrat, refinada y de altura, se combina con
la agudeza y nervio social de Víctor Manuel, y cada pieza está recubierta de
elegantes marcos musicales que van de lo decididamente rockero -Cruzar los
brazos- a lo acústico -Solo le pido a Dios, composición del argentino León
Gieco que Belén grabara en los setenta- a la sofisticación del bossa nova y los
aires latinos de otros clásicos modernos de la trova española como Quiero
abrazarte tanto, que Ana Belén acaricia en su interpretación sinuosa y
agradable; o Contamíname, composición del cantautor canario Pedro Guerra
que aquí cobra nueva vida.
Se trata de un recital de lujo, en el que cuatro legendarios
artistas de la canción trovadoresca en español juntan sus talentos para ofrecer
al público una experiencia inolvidable en varios niveles. No solo se trata de
sentarse a escuchar canciones con mensajes significativos, ya sea por su
profunda sensibilidad social o por su romántico lirismo. El
gusto es nuestro es, ante todo, una reunión de amigos que quieren
agradecer al público que los ha seguido durante años por tanto apoyo y
admiración, compartiendo sus emociones y esa química tan especial que los une
en cada interacción sobre el escenario.
El concierto se desarrolla con soltura, sin dividir el
programa en segmentos específicos para cada vocalista, lo cual les permite
entrar y salir permanentemente, haciendo a veces dúos, a veces canciones en
solitario o temas a cuatro voces, creando una dinámica que mantiene a los
espectadores atentos a cada movimiento. Desde luego, esto forma parte de un
inteligente cálculo de la producción, supervisada por los cuatro, y que incluye
una novedad: cada uno interpreta éxitos originalmente grabados por otro de
ellos.
Por ejemplo, Miguel Ríos entona la enigmática Penélope,
imprimiéndole su propio estilo, mientras que Serrat hace lo propio con El
río, nuevaolera balada que lanzó al estrellato al rockero, en los maravillosos años
sesenta. O la versión que hace Serrat de Cuélebre, tema ochentero de
Víctor Manuel mientras este hace suya Me'n vaig a peu, una de las primeras
composiciones del famoso catalán. También hay espacio para la diversión, en el
segmento rocanrolero en que los cuatro interpretan clásicos como La
plaga, La locomoción, Estremécete y El rock de la cárcel,
en las que Miguel Ríos se mueve como pez en el agua.
Canciones emblemáticas de Serrat como Hoy puede ser un
gran día, Fiesta o Cantares ("caminante no hay camino
se hace camino al andar...") son, definitivamente, las más aplaudidas del
amplio repertorio escogido por estos cuatro monstruos del espectáculo hispano,
mientras que el romanticismo está asegurado con temas como Paraules
d'amor, tierna balada que Joan Manuel Serrat y Ana Belén cantan juntos en
español y catalán. Hay canciones especialmente buenas, como El blues del
autobús, compuesta por Miguel Ríos y Víctor Manuel o España, camisa blanca
de mi esperanza, una de las tantas idiosincráticas canciones que Víctor Manuel
compusiera para Ana Belén, su esposa y colaboradora desde inicios de los
setenta.
El disco finaliza con una estremecedora versión
del Himno a la alegría, en que la banda se luce con una coda de intenso
rock guitarrero. La gira El gusto es nuestro, que también quedó
registrada en DVD y generó un delicioso libro de crónicas titulado Diario
de una ruta (escrito por Víctor Manuel), batió todos los records en la
historia de los conciertos en España. Recientemente, entre junio de 2016 y
octubre de 2017 el cuarteto repitió la faena para celebrar los veinte años
de El gusto es nuestro, con multitudinarios conciertos en España, México y
Argentina. El recital del CD y DVD original se realizó el 12 de septiembre de
1996, en la famosa Plaza de Toros de Las Ventas en Madrid, ante un público de
más de 30 mil personas.
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