El último fin de semana llegué a esta conclusión: Erick Elera debe ser autoridad en este país, ya sea desde el sillón municipal o ¿por qué no? desde el mismísimo Palacio de Gobierno. Su omnipresencia, que a mí me produce serios problemas estomacales, parece ser del agrado de las masas consumidoras de telebasura, ya que Canal 4 ha decidido imponer su imagen todo el santo día a través de comerciales, campañas, reportajes y cómo no, la intoxicante dosis diaria de su "carisma" en cada capítulo de Al fondo hay sitio y los infaltables resúmenes de la semana que, sábado y domingo, quitan tiempo a los temas verdaderamente importantes.
Sábado, 6:35am. Me desperté y encendí la televisión, que accidentalmente se había quedado sintonizada en América Televisión. Y ¿qué se ve en el canal de las estrellas a esa temprana hora? A Erick Elera en primerísimo primer plano soltando una de esas líneas ridículas que "escriben" los monos creativos más exitosos y millonarios de la televisión nacional. Las mismas que fueron expectoradas a las dos semanas de las cadenas televisivas foráneas que, engañadas por los altos ratings en Perú, pensaron que se trataba de algo bueno para darse cuenta, ahí nomás, de que no valía la pena.
Cuatro horas después, 10:40 de la mañana, trotando a duras penas en la caminadora electrónica del segundo piso de un gimnasio, levanto la mirada hacia uno de los monitores -que se supone deberían mostrar imágenes alusivas al deporte, motivadoras o por último, relajantes- y ¿a quién me encuentro? Otra vez el insoportable rictus sonriente que expresa la más pura vulgaridad, ignorancia y homenaje a la chacota permanente de Erick Elera, durante un programa magazine que debería tener mil mejores opciones para entretener a su público. Pero no. Resumen de Al fondo hay sitio. Es lo que le gusta a la gente diría Ferrando. Y una vez más, tendría razón.
En las restantes horas del mismo día, sábado 24 de mayo, me encontré al susodicho "actor" y "cantante", alrededor de 8 veces más, cada vez que mi desesperado zapping pasaba por el canal de Fede, Gise y EEG. ¿Qué está pasando acá? ¿hasta dónde hemos llegado que los dueños de esta televisora no tienen más nada qué mostrar? ¿por qué un personaje de una comedia exitosa, independientemente de su mala calidad, está todo el día metido en las casas de cientos de miles de peruanos y peruanas? Revisar superficialmente su página de Facebook es de espanto. Más de 600,000 seguidores. ¡Debería fundar un movimiento político!
Para colmo de males, el día siguiente a las 8 de la mañana, repetí como un autómata la acción de encender la televisión en Canal 4 al despertarme y ¿qué vi? A Erick Elera nuevamente, en el resumen dominical, que era exactamente el mismo que el sabatino, que propala el programa matutino de América Televisión para "alegrar el desayuno dominical" de millones de compatriotas lobotomizados por este atropello al buen gusto, este remedo de programa cómico, esta novela insoportable que es ya todo un hito en la historia de nuestra caja boba.
Ahora que asistimos al momento más corrupto del espectáculo en nuestra política -digamos, por supuesto, que no es novedad ya que nunca se detuvo su avance- con presidente y primera dama, ministros, alcaldes y alcaldesas, exalcaldes, ministros y exministros, expresidentes, congresistas y excongresistas, asesores y "chupes", presidentes regionales y sus ayudantes metidos en esta danza mafiosa de robos, comisiones amañadas y sicarios, en donde, según ellos y sus prensas compradas, "la economía va bien aunque la política vaya mal", ha llegado el momento de que se imponga el verdadero liderazgo de lo popular, por eso creo que es un imperativo, señal de nuestros tiempos, que en plena era de la (des)información, Erick Elera asuma la responsabilidad de su arrolladora popularidad y nos gobierne.
De una vez. Que haya "internas" en el plató de AFHS a ver quién se le enfrenta para resultar ungido como nuevo líder de masas. Y si queremos un rival de fuste, que garantice una segunda vuelta electoral de infarto, que hagan lo propio en Esto Es Guerra, de repente Yaco Eskenazi o Nicola Porcella o cualquiera de los otros monos calatos de ese programa asqueroso compiten con Erick Elera por el trono en este reino que ya no es ni de tuertos ni de ciegos, sino de descerebrados y oligofrénicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario