Mensaje a la Nación... flamante Presidente del Congreso (que hace unos meses apareció sentado en la banca de un parque durmiendo una resaca)... Desfile Militar plagado de pompas y circunstancias... Cumbia a todo volúmen y animadores borrachos gritando publicidad de diversas cervezas en los principales canales de TV... Cebiches en clave Record Guinness, Día de la Comida Peruana, Día del Pisco... Te Deum con golpeadita de pecho y discurso anti-aborto y anti-divorcio inmediato cortesía de Cipriani... ¿qué más? ah... Decenas de accidentes en las carreteras, miles de muertos y heridos, extrema pobreza en el interior del país, extremo frío en el sur... como música de fondo el Cholo Soy Peruvian Chillout... como todos los años, los homenajes a la patria se diluyen en "arrumacos y amabilidad" como diría Enrique Bunbury... pura cáscara, sin nada adentro...
El Perú está de cumpleaños y, otorgándole capacidades que no tiene porque evidentemente no es un ser vivo, lo imagino sentado en un rincón de la fiesta en la cual todos se divierten menos él. La clásica celebración en la que los pelagatos de siempre te andan esperando para reventarse y "celebrar", a costa tuya, el día en el que más cariño y atenciones deberían dedicarte. Las manifestaciones patrióticas son difíciles de decodificar en el ciudadano comun, de a pie, que vive y sufre día a día las inclemencias de nuestro país.
También es difícil de entender en esos cientos y miles de compatriotas que se largaron apenas pudieron para encontrar "una vida mejor" en el extranjero - lugares predilectos: EE.UU., España, Italia - sobre todo cuando las imágenes, en su abierta desfachatez, nos muestran que esa "vida mejor" consiste en replicar las medianías en las que se regodeaban aquí, claro, trabajando mucho y ganando más dinero quizás, pero comportándose como si se encontraran todavía en el "rico Barrios Altos" que dejaron atrás (desde luego hablo de esa mano de obra no calificada que emigra porque acá no puede mantener a su familia y que allá mejora, pero sólo económicamente...)
Pero en quienes no es nada difícil detectar la hipocresía, el figurettismo y las ganas de darle trasfondo a un asunto más bien superficial es a todas esas autoridades, gentes de la farándula y buitres que andan por allí buscando establecer en el cerebro de la población - de todas las edades y posiciones socio-económicas - que la "diversión", la juergaza de fin de semana largo o las tradiciones que carecen de sentido cuando no vienen acompañadas de intenciones realmente buenas y dirigidas a cambiar las cosas que andan mal (¿podemos creer la contrición del rostro de Alan García, de Luis Alva Castro, de Antero Flores Araoz, de Juan Luis Cipriani?) forman parte de nuestra idiosincracia y que es haciendo alguna de estas cosas realmente demostramos amor por nuestro país...
Quiero mucho a mi tierra. Me gusta su comida, admiro su historia y sus héroes. Respeto sus colores y aunque termine renegando siempre, soy hincha de la selección cada vez que le toca jugar. La mitad de mi familia es peruana y (...). Me emociono cuando escucho un vals bien cantado (Gianmarco o Fabiola de la Cuba abstenerse), un huayno en cualquiera de sus formas (no Dinas ni Abencias ni Sonias por favor), una marinera de aquellas y me siento orgulloso de conocer la obra de Nicomedes Santa Cruz. Admiro a Mario Vargas Llosa, a José María Arguedas y a los escritores nuevos que andan por allí llevando el nombre del Perú muy lejos...
¡FELIZ 28!
Hasta la próxima...
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