Desde que el avión inicia el descenso, ya se siente calor. Veinte minutos después, sales a la explanada del aeropuerto Coronel FAP Francisco Secada Vignetta y te caen encima, cual pirañas de La Parada, compadres que, según ellos amablemente, quieren jalarte a sus mototaxis -acá les llamas "Motokares" así, con "k"- casi a empujones. Se empujan entre sí y te empujan a ti para llamar tu atención. Eso sí, ninguno deja de decirte "buenas tardes, señor" a gritos, como si con eso le bajaran el tono a la inmensa falta de respeto y atropello al espacio vital que en ese momento cometen. No importa si estás llamando por teléfono a alguien, acomodando tus papeles o simplemente, respirando hondo para aguantar los chifones de aire caliente -de 25ºC para arriba- que te aturden de entrada. Entre la maraña de camisas azules surje un taxista. Será el último que verás porque aquí en Iquitos, los taxis no existen.
En primera, el taxista que hace servicio en el aeropuerto te dice que tengas cuidado porque la mayoría de mototaxis son "piratas" y está entre sus costumbres robar, secuestrar y "marcar" a sus clientes. Felizmente, no tengo cara de extranjero ni cargo gadgets costosos que revelen mi "status" de persona "asaltable". Así que, si llegaste a Iquitos y pasaste del aeropuerto a tu hotel (sea cual sea) en un automóvil, apunta al toque el teléfono y si es posible, hazte amigo del taxista para que él mismo te lleve cuando tengas que embarcarte a Lima. De lo contrario, puedes sufrir un terrible mal rato a la hora de regresar a la civilización.
Ya ubicado en el medio de la ciudad, con tus cuatro cosas instaladas en el hotel -si vienes en plan de trabajo, de hecho traes pocas cosas, para dos o tres días- cuesta acostumbrar los sentidos al ambiente selvático, esa atmósfera recargada de humedad que abochorna, hace sudar y por último, desespera hasta al más paciente. Si es lunes, los pocos restaurantes y bodegas que existen, abren a partir de las seis de la tarde. No hay puestos en las esquinas ni tiendas ni supermercados en los alrededores de la Plaza de Armas-de los conocidos- salvo que camines hasta la quinta cuadra de la avenida Próspero (el nombre resulta terriblemente paradójico) que es una especie de Av. Perú pero de un solo carril, pensando en carriles para autos. Por ese único carril, zigzaguean amenazantes decenas de "motokares" rojas y azules -las que brindan servicio de transporte- que se entremezclan con "motokares" privadas y motos lineales de personas naturales, trabajadores, estudiantes, mensajeros, etc.
En cada esquina de la ciudad de Iquitos, enjambres de mototaxis hacen carrera para conseguir pasajeros. No gritan, como los insoportables cobradores de nuestros microbuseros y combis, pero sacan los brazos y te señalan para saber si vas o no vas. Casi todos van con lentes oscuros, de manera que es casi imposible hacer reconocimiento de intenciones mediante la observación del rostro del chofer, y chalecos naranjas, quizás lo único que los identifica como "formales" (además del registro de empadronamiento que, según los expertos, ubican junto a la placa de rodaje aquellos "motokares" que podríamos considerar legales). Este es el único medio de transporte público disponible... miento, hay también algunas líneas de microbuses de madera, que literalmente circulan desde el siglo 19 (les cambian el motor a las carrocerías y listo) pero se ven tan destartalados y viejos que da miedo subirse. Además, con los 32ºC que hace, la sola idea de sentarte en un micro que anda repleto y avanza como tortuga, esquivando motos que parecen avispas, es suficiente para no hacerlo. No te queda otra, tienes que usar los mototaxis.
Y tienes que usarlos porque, por muy cortas que sean las distancias que vayas a recorrer, si las acometes caminando tendrías que cargar contigo un maletín repleto de kleenex perfumados, pañuelos, papeles higiénicos, desodorantes y desinfectantes de toda marca y color. "No hay manera" como diría alguien por ahí, una variación del huachafísimo "no hay forma". Y cuando te acostumbras, hasta refrescantes son. Sin puertas ni ventanas, son el pretexto perfecto para que algo de aire fresco te golpee la cara. Un par de cuadras en uno de esos mototaxis, después de caminar un poco bajo el sol, puede ser hasta reconfortante. Y como de todas maneras no hay otra forma de movilizarse, lo que queda es resignarse y vivir la experiencia.
Este es mi segundo día en Iquitos y no he vuelto a ver un taxi más, aparte del que me sacó del aeropuerto hacia el centro. Y al cual llamaré mañana cuando deba regresar a Lima. Entiendo que es el sistema de transportes por antonomasia en nuestra olvidada amazonía -solo recordada para las fotos de Marca Perú en lugares turísticos y en las bellezas naturales que, ciertamente, no forman parte del día a día en sus principales calles- pero algo debería hacerse para que no produzca esta sensación de caos, desenfreno y peligro permanente. No conozco datos estadísticos respecto de cuántos están o no empadronados, si cuentan o no con licencias, si cumplen o no con cuestiones mínimas de seguridad pero, de cada diez personas, siete me comentan que son riesgosos y muchos de ellos han ocasionado diversos accidentes de tránsito, algunos mortales. Una revisión a los principales telenoticieros locales basta para darse cuenta de ello.
La infraestructura de Iquitos, como siempre en el interior de nuestro país, es de llorar, y los periodistas locales -los más antiguos sobretodo- lidian a diario con las corruptelas de los gobiernos locales y regionales y detestan al actual presidente del Congreso, representante de Loreto, Víctor Isla. Quizás haya cosas bonitas que ver en Iquitos, -pienso en el Amazonas, en las reservas naturales que tanto les gustan a los videomakers de PromPerú- pero por lo menos yo no las he visto en esta visita de carácter urbano y laboral. Las calles y comercios rezuman pobreza, el alumbrado público es insuficiente, las pistas no están asfaltadas, las conexiones a Internet son lentísimas.
Sin embargo, no faltan las discotecas, los conciertos de Marisol, los polos bamba de la Marca Perú, las ofertas de "diversión nocturna" y las gigantografías de Cristal anunciando su campaña de "la fiesta de 28 de julio, como se debe", todo esto sin mencionar el maldito secreto a voces del comercio sexual de toda clase, incluido el infantil, una de las razones más escabrosas -y comunes- que impulsan el turismo a esta tierra golpeada por el inclemente clima selvático, que valida el crimen y estimula una de las actividades criminales más execrables del mundo. La juerga y la cochinada son las únicas cosas que conectan a Iquitos con la modernidad. En lo demás parece que siguiéramos en la era del caucho. Mientras tanto, siguen diciendo que al Perú le va bien económicamente. ¿Al Perú o a Lima? ¿a Lima o a una parte de Lima?
Sin embargo, no faltan las discotecas, los conciertos de Marisol, los polos bamba de la Marca Perú, las ofertas de "diversión nocturna" y las gigantografías de Cristal anunciando su campaña de "la fiesta de 28 de julio, como se debe", todo esto sin mencionar el maldito secreto a voces del comercio sexual de toda clase, incluido el infantil, una de las razones más escabrosas -y comunes- que impulsan el turismo a esta tierra golpeada por el inclemente clima selvático, que valida el crimen y estimula una de las actividades criminales más execrables del mundo. La juerga y la cochinada son las únicas cosas que conectan a Iquitos con la modernidad. En lo demás parece que siguiéramos en la era del caucho. Mientras tanto, siguen diciendo que al Perú le va bien económicamente. ¿Al Perú o a Lima? ¿a Lima o a una parte de Lima?
Buen post Jorge.
ResponderEliminarHola Jorge,soy César de Headbangers. Lo que cuentas es espantoso pero tan frecuente en las provincias. Yo creo que salvo Arequipa y un poco Trujillo y Piura, el resto del Perú aún transita por comienzos del siglo XX. Es abismal la diferencia y eso que Lima es en sí un infierno (Lima Hell como le dicen los metaleros extremos). El atraso es infame, yo conozco Pucallpa y la ciudad como tal es demolible. ¿Cómo hemos permitido que nuestro país se vuelva eso? Es necesario generar indignación local y que eso se convierta en un motor para el cambio, tiene que ser más, obviamente, pero hay que empezar con algo.
ResponderEliminarSaludos
@césar tienes mucha razon , Pero tambien debemos de pensar en aquellas personas que se ganan la vida en sus mototaxis.
ResponderEliminarGracias César (Headbanger) por leer y comentar...
ResponderEliminarHola Notas Curiosas... sin duda debe haber quienes se ganan la vida con eso de los mototaxis y como digo en mi nota, es el único medio de locomoción en la selva. Pero algo debería hacerse para que no sea tan inseguro, como de hecho es, y apresar a todos esos que no se ganan la vida sino que lo usan de fachada para asaltar, violar, etc...
El mototaxismo es subempleo, si empezamos a proteger el subempleo el subdesarrollo nos seguirá devorando. Es necesario crear las condiciones para que haya una mejor calidad de empleo. En un Perú mejor no hay lugar para las mototaxis, salvo como pincelada turística de manera muy limitada. Debe haber taxis, como en todo el mundo. Eso implica cambios, claro, sobre todo mejoras, pero a ellas debemos aspirar.
ResponderEliminarHola señor Tineo; Soy Pedro y vivo enIquitos mas de 20 años. Parece que usted no ha vijado por el paìs. Le digo, Iquitos es una ciudad unica. Tiene sus particularidades, tiene alegria, hospitalidad y todo tipo de problemas como toda ciudad del mundo.
ResponderEliminarCreo que los peruanos, debemos hacer esfuerzos para mejorar la vida en nuestros pueblos. Yo estuve en Miami, Nueva York, por citar, pero todos tienen lo suyo. Iquitos con sus motos y motocar e lo mñaximo.
Llamas a Lima ¿Civilización?. No me hagas reir... Se puede recibir criticas a nuestra ciudad; pero de ahi a llamarnos incivilizados, es una total falta de respeto a todos los que vivimos en Iquitos. Es una perdida de tiempo tratar de discutir contigo.
ResponderEliminarSu percepción de Iquitos tiene algo de verdad. Sin embargo decir que los que viven en Iquitos no forman parte de la civilización denota su pobreza cognitiva de lo que es el Perú. He vivido 12 años en Lima y tiene también sus zonas feas y cochinas. No podría concluir que por ello los que viven en Lima sean sucios como escuché decir a mucha gente sobre Lima y los limeños.
ResponderEliminar1° El aeropuerto es un caos total. Los administradores (AdP) dejan que los choferes generen desorden. La cosa está mejorando, pero siguen acosando al viajero.
ResponderEliminar2° Los choferes, especialmente los que están uniformados en el aeropuerto, están empadronados. Por ese hecho son rastreables, pero se las dan de héroes protectores de turistas. Está bien informar al recién llegado, pero esta info debe ser imparcial, pero el chofer (taxista o mototaxista), "vende" una idea de que todos los demás mototaxis en Iquitos son inseguros para ganarse al viajero. Según estadísticas, en Iquitos es muuuuy raro que un mototaxi secuestre, robe o viole a su cliente. Los robos son mayormente al paso (carteristas) como en el Barrio Chino en Lima. No se dan cogoteos, secuestros, asaltos con navaja. Ahora último se escuchan de "balaceras" y asaltos a mano armada, pero estos son dirigidos a funcionarios que transportan más de S/. 10 mil soles, no a iquiteños comunes o turistas.
3° Hacer caso al chofer del aeropuerto es pérdida de tiempo. Siempre tiran agua para su molino desinformando. Te llevan a hoteles y tour operadores buenos o malos de acuerdo al monto de comisión (no se preocupan por el requerimiento del viajero). La mayoría que empresas que viven de dar comisiones a los choferes suelen ser mediocres.
4° La civilización se encuentra en todas las urbes. Cada uno con su cultura. Si las provincias se ven abandonadas es porque gracias a las GRANDES LEYES EMANADAS DEL EJECUTIVO y EJECUTIVO, los procesos de regionalización y transferencia de funciones a los departamentos se hizo sin planificar... No hay grandes requerimientos para ser funcionario público de en el congreso, gobiernos regionales ni municipalidades... Y lo peor que nos AFECTA A TODOS: la CORRUPCIÓN PÚBLICA tiene INMUNIDAD, lo que hace difícil que malos funcionarios paguen sus delitos y robos contra el pueblo, al contrario, nuestras leyes les facilitan repetir el plato, ¿no es cierto?
La gran Lima tiene buenos periodistas que investigan de verdad. En provincias la mayoría de periodistas son comprados por los dueños de la región que roban a montones y no hay quien los pare.
Conclusión: la corrupción es el origen de la inseguridad ciudadana, la poca planificación urbana, el subdesarrollo, del subempleo y de todos los demás "subs" negativos.
Mientras el marco legal (que LIMA genera) no castigue fuertemente a funcionarios corruptos, la situación no cambiará. QUE SE APRUEBE LA MUERTE CIVIL.
Si Iquitos se vería como en la época del caucho como dices sería una maravilla. Iquitos tenía facilidades y comodidades que incluso en Lima ni se soñaban, únicas en el continente. Ahora, nosotros mismos, los iquiteños, vemos cómo la ciudad se ha vuelto caótica y se ve abandonada, a diferencia de Tarapoto, Cusco y otras provincias peruanas.
me da pena el comentario del Sr. jorge, habla de la ciudad de iquitos como un civilizado, primero tiene que definir bien o buscar en un diccionario que significa la palabra taxi, para empezar no es el carro o auto!.
ResponderEliminarSi le aburre el calor primero se hubiese informado el grado de temperatura que alcanza la ciudad y tendría que bañarse por lo menos dos o tres veces al día y no estar andando con su desodorante o pañitos húmedos que eso no baja el calor!
ahora lo de los asalto o robo a los pasajeros que vienen de otras ciudades, eso lo dicen los choferes para ganarse al pasajero.
La ciudad de iquitos sigue siendo tranquila, con personas amables, aunque en algunos casos llegan delincuentes de otras ciudades o países cercanos.
en conclusión cada ciudad tiene su encanto, miremos por el lado positivo, porque iquitos aun olvidada por las autoridades, todavía es parte del Perú!!