viernes, 10 de mayo de 2013

DÍA DE LA MADRE: PUBLICIDAD INVASIVA Y DESNATURALIZADORA


"Todos tienen una madre, ninguna como la mía" canta la voz edulcorada de Leo Dan. "Esa flor que está naciendo... todo eso se parece a mi mamá" entona Palito Ortega, el personaje más nefasto de la cultura musical argentina y latinoamericana, según Daniel Ripoll, editor de la mítica revista argentina de rock, Pelo. En las radios de música en español nos embotan con Amor eterno (Juan Gabriel), Madre (Pimpinela & Maradona ¿¿¿???), y otros títulos más, en donde la madre es enaltecida hasta niveles sobrenaturales. 

En la televisión nos saturan de imágenes con fondos rosados, madres ultra nice que sirven desayunos opíparos, que llaman por teléfono a sus hijos en la universidad, que se emocionan al recibir un carro, una tablet, un pantalla plana, como regalos. Todo por su día. Los canales de cable anuncian películas que giran en torno a la madre, novelas, capítulos de series cómicas, etc. Mientras tanto la realidad, como siempre cuando se trata de publicidad dirigida a aumentar las ventas de todas las tiendas y productos imaginables durante mayo, es totalmente diferente:

Hay madres que abandonan niños de tres días de nacido en los pasillos de INABIF. Hay adolescentes que, desesperadas, tiran a los hijos que no quisieron tener en basureros. Hay señoras que, en contextos de supuesta "normalidad", exponen a sus retoños al peligro dejándolos en manos de desconocidas, encargándoles su crianza para que ellas puedan seguir yendo al "gym". Los embarazos no deseados, el abuso infantil infringido de madres a hijos(as), los crímenes por envenenamiento, la irresponsabilidad de tener hijos por doquier que terminan convertidos en delincuentes infantiles o muertos, víctimas de un incendio del cual no pudieron escapar por estar encerrados, las adolescentes que se caen de borrachas en las discotecas de Asia mientras su jóvenes y sofisticadas madres comen sushi en San Isidro es el otro pan de cada día desde Las Casuarinas hasta San Juan de Lurigancho, desde Ventanilla hasta San Borja. ¿A esas madres también hay que cantarles todo eso? ¿también hay que darles una tablet para que trabajen menos y se vacilen más, como dice el comercial protagonizado por ese odioso personaje de Al fondo hay sitio?

No tengo nada en contra del Día de la Madre pero sí me rebela profundamente la huachafería y el irritante consumismo que cada año se apodera de nuestra sociedad en fechas como esta. Particularmente porque este es un país en el cual los ejemplos de madres buenas son cada vez menos, a ambos espectros del entramado socioeconómico: desde los tristes casos de madres solteras o menores de edad que, carentes de información y apoyo, se deshacen de sus hijos impunemente hasta las enormes cantidades de mamás Marca Perú que, insertas en el boom económico ilusorio, pretenden que tener hijos es como tener un Smartphone nuevo o que el ideal es que su hijo tenga Twitter y miles de seguidores (como la tarada de Shakira), la distorsión promovida por la publicidad y la angurria comercial es desnaturalizadora e invasiva.

Prefiero recordar que también hubo madres dulces (como la mía) y que por ahí están, incapaces de exigir un televisor de 40" en su día. No está mal querer hacer regalos, el problema es cuando te hacen creer que tu felicidad - o la valoración de tu cariño - dependen de ello. Y eso es lo que consiguen todos estos mercachifles marketeros. Y prefiero escuchar canciones como esta:


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