La inmediatez de las informaciones y el reduccionismo característico de la modernidad impiden que la gente se detenga a pensar y entender de qué se trata cuando hablamos de un pionero. Hoy, que las vertientes musicales se han disparado en una escalada que acepta la mescolanza como sinónimo de fusión, y que la tecnología permite al usuario promedio enterarse de prácticamente todo sin alcanzar un mínimo grado de reflexión, hablar de Jean-Luc Ponty corre el riesgo de ser igualado a hablar de Vanessa Mae o de las chicas Bond. Sin desmerecerlas, Ponty no es lo mismo. El violinista francés fue el primero que integró un instrumento tan difícil de interpretar como el violín al universo del pop y del rock de manera notable en términos de calidad y de éxito comercial. Ponty es un verdadero pionero de la evolución musical contemporánea y su próxima visita es más que un concierto, es un acontecimiento cultural de primerísimo nivel.
Digo todo esto porque parece que, como siempre, los medios convencionales pasarán por alto este evento que debería concitar mayor atención. El mundo de los melómanos se pone de cabeza de solo pensar que aquel músico que revolucionó el uso de las tres cuerdas como miembro de The Mothers Of Invention o The Mahavishnu Orchestra - dos de las bandas de jazz rock más desafiantes de la historia - o que ensambló una banda de rock progresivo en torno a él, un violinista de formación clásica que venía de sorprender a la comunidad académica con sus extraordinarias interpretaciones de composiciones de Miles Davis o John Coltrane, siguiendo el legado de su maestro Stephane Grappelli pisará nuestro país para ofrecer un concierto, después de más de cinco décadas de carrera musical y de haber dado pie a que el pequeño instrumento amplíe sus capacidades expresivas de modo exponencial.
Ponty, que además toca piano, saxofón y clarinete, se enredó en el mundo del jazz prácticamente desde que salió del conservatorio parisino en 1960 y desde entonces su creatividad y talento lo catapultaron a las más altas esferas del mundo musical, en las cuales aun permanece con un brillo y vigencia notables. Su destino comenzó a cambiar gracias a Frank Zappa, quien luego de componer íntegramente la música para uno de sus discos como solista titulado King Kong (1969), lo invitó formalmente a unirse a su banda, con la cual salió de gira hasta 1973. A partir de ese momento y con el movimiento del jazz-rock en plena efervescencia, las inquietudes musicales de Jean-Luc lo establecieron como animador de la escena musical, tanto como colaborador de artistas de jazz como el pianista George Duke hasta íconos del pop como Elton John, con quien trabajó durante la grabación del álbum Honky Chateau (1972). Luego de recorrer el mundo como miembro de la banda del guitarrista inglés John McLaughlin, con la cual editó los clásicos discos Apocalypse (1974) y Visions of the emerald beyond (1975), el sonido del violín eléctrico de Jean-Luc Ponty concitó la atención de los círculos más entendidos que reconocieron la naturaleza innovadora de este músico, que actualmente tiene 69 años de edad.
A diferencia de Grappelli, cultor de un jazz más tradicional y que se nutrió del vaudeville y el folklore, Ponty capturó el violín y lo convirtió en un instrumento de rock progresivo, alternando sus desarrollos improvisadores con un filo casi guitarrístico, amén del indiscriminado uso de la electricidad y la distorsión en sus grabaciones. Álbumes como Aurora (1975), Imaginary voyage (1976) y Enigmatic ocean (1977) - su trilogía definitiva en los gloriosos años setentas - son claras muestras de ello. Pero la innovación no solo se manifestaba en el sonido del violín, pues Ponty extendió también el rango tonal del instrumento al utilizar violines de cinco y hasta seis cuerdas (conocido como Violectra, inventado en los 60s) y combina su digitación clásica con pedaleras wah-wah, cajas de distorsión, efectos y más rfecientemente, conexiones computarizadas a sistemas MIDI y demás artilugios que convierten su violín en un sintetizador multifuncional.
Con más de 40 álbumes (desde sus primeras grabaciones de jazz de 1964 hasta su último proyecto discográfico titulado The Atacama experience, en el que muestra un sutil retorno a las formas musicales que desarrollaron su estilo, tras años de experimentación con sonoridades africanas y asiáticas, Jean-Luc Ponty se presentará en Lima, como parte de su gira mundial denominada The Atlantic Years, acompañado de excepcionales músicos como William Lecomte (teclados), Jamie Glaser (guitarra), Baron Browne (bajo) y Rayford Griffin (batería). El nombre de la gira hace presumir una velada repleta de clásicos de su período dorado (1975-1980), además de un recorrido por su extensa discografía, una de las más sorprendentes de la historia de la música contemporánea. La cita es este sábado 26 de noviembre en el Auditorio del Pentagonito.
Aquí en el Festival Zappanale 2010 en Alemania, interpretando Twenty small cigars.
En 1976, como solista, tocando con su banda conformada por Tom Fowler (bajo), Daryl Stuermer (guitarra), Allan Zavod (teclados( y Steve Smith (batería) todos reconocidos músicos de aquel entonces.
New country, quizás su melodía más reconocible, en vivo en 1988.
Acompañando a Return To Forever - Chick Corea, Stanley Clarke, Lenny White y Frank Gambale - en el 2011.
Nuevamente en vivo interpretando Nostalgia (del disco Individual choice de 1983) y Desert crossing de su último disco The Atacama experience.
LO MEJOR DEL AÑO DE LEJOS!"!!!!!
ResponderEliminarAllí nos vemos!!!!
ResponderEliminarlastima que me lo perdi, pense que era mas adelante! :`(
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