jueves, 15 de enero de 2009

QUE TRIUNFE LA PAZ EN EL 2009...


La paz. Uno de los deseos más comunes entre nosotros y a un tiempo, más difíciles de alcanzar. En sus distintos niveles - en lo personal, familiar, nacional o mundial - la paz aparenta ser una de esas cosas inasibles en su máxima expresión. Podemos gozar de breves momentos de paz, o podemos trabajar muy duro para conseguir un estado de cosas en el cual estemos rodeados de tranquilidad, una sensación de seguridad y bienestar que es particularmente frágil, y que se ve constantemente amenazada por los vaivenes comunes y corrientes del día a día.

Pero ¿qué significa realmente para el común de las personas la paz? ¿Cómo hacer para que esas tres letras recuperen la grandeza de su significado, en un mundo dominado por la superficialidad, la impostura, el gobierno de la imagen y la manipulación del pensamiento colectivo? Hablar de paz se ha convertido, con el correr de los años, en algo más bien fatuo, y su profundo sentido ha sido utilizado indiscriminadamente en canciones, slogans y hasta ridiculizado en actividades propias de la vacía sociedad moderna en la que vivimos.

Desear "la paz mundial", por ejemplo, se asocia inmediatamente a la respuesta de una aspirante a reina de belleza, una señorita incapaz de elaborar pensamientos más abstractos. Asimismo, es propio de políticos y líderes mundiales ávidos de ganarse el favor de las grandes mayorías de votantes, poner como fondo de sus videos de campaña aquel mantra compuesto por John Lennon en 1969... escuchar "All we are saying... is give peace a chance" como cántico de corruptos es realmente un absoluto contrasentido.

Aún así, es posible hablar de paz en el contexto actual. No como aquel estado ingrávido de ensonación y absoluta tranquilidad, o como sinónimo de una existencia plácida, aislada de toda preocupación y sufrimiento. Por el contrario, los grandes activistas por la paz han vivido en carne propia los mayores dolores y angustias, y quizás sean esas personas, que atraviesan sus vidas en medio de situaciones extremas de dolor, buscando aliviarlo, quienes mejor representan este anhelo característico de la naturaleza humana.

El 2009 comenzó con una noticia que azotó las primeras planas de diarios y cadenas de televisión del mundo entero: el terrible bombardeo del ejército israelí sobre la población palestina que vive encerrada en las murallas que rodean la Franja de Gaza. Hasta el momento en que escribo este post, la ofensiva genocida ha pulverizado cientos de calles y casas de civiles. Más del 45% de las personas fallecidas son ancianos, mujeres y niños, ajenos al movimiento extremista Hamas, a quienes las huestes lideradas por Ehud Olmert dicen querer erradicar de su territorio.

El desigual ataque ha motivado la aparición de una de esas personas que, dejando de lado ideologías y nacionalidades, se ha propuesto luchar por aplacar el intenso dolor producido por las explosiones y sus devastadores efectos. Mads Gilbert es un anestesiólogo noruego que trabaja incansablemente como voluntario en Al Shaifa, único hospital al que llegan las víctimas de la barbarie del ejército hebreo. Gilbert, asociado a diversos movimientos de izquierda de su país y reconocido activista político desde la década de los 70s, ha denunciado públicamente la insanía de esta guerra y el abandono que sufren al no contar con lo necesario para dar solución a los casos extremos de damnificados, heridos y mutilados que recibe, en medio de la desesperación y la muerte.

Las principales cadenas noticiosas estadounidenses - como CNN y Fox News - no dudaron un minuto en tildar a Mads Gilbert de "apólogo del terrorismo" para acallar su importante labor y continuar con su campaña de desinformación. Los líderes israelíes se empeñan en afirmar que están protegiendo a su pueblo del flagelo terrorista pero no consiguen convencer a una indignada opinión pública. Ver al doctor Gilbert expresando su indignación frente a los niños heridos es una imagen que no admite discusión: ¿puede alguien creer que esta persona apoya actos terroristas cuando expone su vida con el loable propósito de salvar otras?

Quizás el Dr. Mads Gilbert no lleve la paz a Gaza, pero su humanidad y su valor lo convierten en uno de esos héroes que luchan abiertamente contra el dolor de los más débiles. La historia, que en nuestros tiempos se registra e inscribe en las pantallas de televisión y los archivos del youtube, lo habrá de reconocer como uno de esos seres humanos excepcionales, capaces de dedicar su vida entera a la búsqueda de la paz mundial y su ejemplo debería servirnos a todos para reflexionar acerca del valor de la paz en nuestra sociedad, tan golpeada en el pasado por la violencia terrorista. Parece que el Premio Nobel de la Paz del 2009 ya tiene su primer candidato: el Dr. Mads Gilbert.


Declaraciones del Dr. Mads Gilbert a BBC News

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