El mundo de la música acaba de despedir a uno de los personajes más controversiales de su historia. La noticia del fallecimiento de Michael Jackson ha conmovido a millones de personas en el mundo y los medios de comunicación no cesan de lanzar detalles con respecto a su carrera, sus éxitos comerciales, sus extravagancias y su "inesperado" final, en medio de la expectativa que había generado tras anunciar una ambiciosa gira de despedida, después de varios años de silencio en los cuales se había convertido prácticamente en un mito, un nombre que se asociaba más a escándalos que a nuevos logros musicales.
Desde su brillante aparición en la escena norteamericana, a fines de los 60's, como voz principal de The Jackson 5, el pequeño Michael se ganó de inmediato la admiración del público por su talento desbordante y alegría infantil, que convirtió a aquel grupo de hermanos en uno de los actos más lucrativos del legendario sello discográfico Motown, cuna de verdaderas leyendas del soul y el R&B .
Una década después, separado de sus hermanos, sorprendió a todos con un disco de excelente factura, Off the wall (1979), inscrito en el lenguaje de la entonces popular música disco (pero exhibiendo una mayor profundidad en su sonido, producto de sus raíces apegadas a géneros como el soul y el funk), mostrándose como uno de los artistas negros de mayor proyección, poseedor de un estilo único para cantar y bailar. En los 80's se consolidó como el Rey del Pop gracias al exorbitante éxito comercial de su segundo álbum, Thriller (1983), que pasó a la historia como el disco más vendido de todos los tiempos. Aunque ya para ese momento se había practicado algunas cirugías en el rostro, nadie tenía la más mínima idea del infierno personal que lo consumía internamente. Sus siguientes dos álbumes, Bad (1987) y Dangerous (1991), lo mantuvieron en los rankings aunque no con la contundencia previa y a partir de entonces, su carrera musical enfrentó diversas oscilaciones y altibajos.
Pero la historia de Michael Jackson trasciende los linderos de lo que se puede recopilar en una crónica estrictamente musical, de los recuentos de sus éxitos o de las controversias en las que se vio involucrado. Resulta extraño que nadie intente profundizar acerca de lo que su muerte significa: la constatación de que nada puede reconstruir un espíritu que fue quebrado desde la más temprana infancia.
La angelical sonrisa del pequeñín que cantaba temas clásicos del sonido Motown como I want you back, ABC o I'll be there escondía el drama de un niño que fue maltratado de todas las formas posibles, generando una serie de traumas y sufrimientos que arrastró consigo día a día, convirtiéndolo poco a poco en una especie de monstruo, reflejado casi de manera intencional a través de las transformaciones físicas a las que se sometió, con la clara intención de desaparecer toda similitud con el causante de todas sus desgracias: su propio padre.
Los matices que envuelven su tragedia personal hacen difícil emitir juicios concluyentes. Resulta paradójico que una persona capaz de dar declaraciones totalmente alejadas de la realidad (como aquella vez que dijo no haberse practicado más de un par de operaciones, a mediados de los 2000) o que daba muestras de no considerarse a sí mismo un adulto, rodeado de niños y comportándose como uno de ellos, hasta el punto de desarrollar relaciones anormales que incluso terminaron en fundamentadas acusaciones de abuso infantil pueda haber llegado a alcanzar la admiración y el respeto de tanta gente en tantos lugares distintos y generar adhesiones y fanatismos de magnitudes sorprendentes. No importaban las dimensiones que pudieran alcanzar sus extravagancias, siempre recibía un respaldo multitudinario de sus seguidores.
Es innegable su talento y la importancia que su legado discográfico tiene para la historia de la música popular norteamericana. Una de las cosas más sorprendentes del fenómeno Michael Jackson es que a pesar de todos los denodados esfuerzos que hizo por dejar de ser físicamente negro, su música y su presencia nunca dejó de aparecer dentro del marco de la comunidad negra mundial. Siempre compartió el escenario con los más destacados artistas del R&B y del soul (desde Lionel Richie hasta R. Kelly) y jamás renegó de su familia a pesar de haber desgarrado al mundo del espectáculo con las revelaciones personales que hizo a mediados de los 90's, en que hizo de conocimiento público las múltiples desgracias que debió atravesar siendo niño.
Aunque oficialmente dejó de producir discos desde el año 2001, tuvo diversas apariciones públicas que lo mantuvieron de una u otra forma, vigente. Ese mismo año realizó un emotivo concierto junto a sus hermanos, celebrando los 30 años de aparición de The Jackson 5. En esas imágenes podemos apreciar una de las últimas versiones de su camaleónica apariencia, y una interesante demostración de esa combinación de talento y sensibilidad, enmarcada en el tormento permanente de su historia. Luego de eso se supo muy poco de él hasta la anunciada gira de despedida, cuyas localidades estaban ya completamente agotadas un mes antes de su inicio.
Michael Jackson fue un artista sumamente talentoso e influyente en toda una generación de cantantes afroamericanos que hasta hoy lo mencionan como referente, pero antes que eso fue un ser humano trastornado, un hombre con una psicología destruida que jamás pudo recomponer, a pesar de haber amasado una de las mayores fortunas imaginables. Es más, quizás fue ese éxito descomunal el que le abrió las puertas a la puesta en práctica de todas aquellas obsesiones nacidas de su cerebro enfermo, de su sensibilidad trastocada. Probablemente si no hubiese tenido a la mano tanto dinero, aquellas alucinadas extravagancias se habrían quedado en simples proyectos y sueños irrealizables.
El sufrimiento que ese ser humano famoso traía a cuestas es el mismo sufrimiento que millones de niños anónimos abusados sexualmente padecen y callan, en sus distintas situaciones y contextos, alrededor del mundo. En ese sentido la muerte de Michael Jackson no debería sorprendernos en absoluto. Era algo que se veía venir desde hace mucho. Y para él, fue prácticamente una liberación.