martes, 26 de febrero de 2013

REVOCATORIA: MI VOTO ES VICIADO


Voté por Susana Villarán para la alcaldía de Lima hace un par de años. Escribí en este pequeño blog a su favor, discutí con algunas amistades sobre el por qué pensaba que tenía un buen perfil para el cargo. Me parecía una señora que, a pesar de ser parte de los políticos tradicionales (trabajó con Alfonso Barrantes en los 80s y con Valentín Paniagua en los 2000s), mostraba cierta empatía con las ideas de izquierda inteligente que, hasta hoy, yo defiendo. Incluso podría afirmar que, cuando asomaron los primeros intentos por revocarla, esto es casi al inicio de su mandato edil, yo estaba dispuesto a defender su permanencia. ´

Hoy, después de sus miles de ditirambos, su inacción frente a la corrupción del período anterior y sus millonarias campañas financiadas con dineros que eran dignos de mejores causas (la ciudad, por ejemplo), pienso totalmente diferente de ella, su equipo y quienes, sin tener ningún vínculo real con su círculo de amigos, la defienden a capa y espada como si algo fueran a conseguir de ello.

Los revocadores son una banda de hampones que, empezando por Alan García Pérez y Luis Castañeda Lossio, vienen urdiendo toda una serie de estrategias, intrigas y enjuagues para hacerse del poder nuevamente en este país de marcas (no las de Promperú, desde luego), realities excrementicios y prensa carcomida por la publicidad y el amarillismo. Jamás votaría por el SÍ porque me parece que sería ayudarlos a cumplir con sus planes barriobajeros de turba, negociado y cuello de corbata.

Me importa un rábano que las personas "más populares" de la televisión basura estén a favor del NO. Tampoco me convence (al contrario, me aleja más de esa opción) que artistas como Susana Baca (que tuvo un paso breve y triste por el Ministerio de Cultura) o boxeadoras como Kina Malpartida (que choca y fuga amparándose en que trae "lauros depotivos" al Perú) apoyen a Villarán. Total, lo más probable es que lo hagan por dinero y si no es así, igual me parece irrelevante que una manga de tarados como los de Al fondo hay sitio o personas que viven de espaldas a los padecimientos de la gente de a pie, vengan a decirnos que "Lima no puede parar" cuando hace décadas que está inmóvil, cuadrapléjica, atorada en el tráfico, plagada de ambulantes y ahora, como si no fuera el colmo ya, aterrorizada por pistoleros que aprenden las últimas técnicas para emboscar y disparar a quemarropa en las exitosas miniseries que cuentan la vida y milagros de delicuentes y que todo el mundo ve, alaba y reseña en sobremesas y medios de comunicación masiva.

La cédula es un tremendo planillón de 40 espacios para que los limeños "decidan" quiénes se quedan y quiénes no en los pasillos del Municipalidad Metropolitana de Lima, calentando sus asientos y llenando sus bolsillos. Lo absurdo de este sistema de revocación ha sido medianamente bien explicado por el sociólogo Pedro Francke - aunque malogra completamente su análisis con su activismo por el NO - en la última edición del semanario Hildebrandt en sus trece. Por eso y muchas cosas más, mi voto será VICIADO este 17 de marzo. Voy a trazar una enorme "equis o aspa" (como dicen siempre los tutoriales sobre cómo votar) que atraviese los 40 nombres, de los cuales conozco a lo sumo cinco o seis (estirando la cosa) y considero que eso, el VOTO VICIADO debería ser la opción más difundida por aquellos que se consideren ajenos a este sistema político desordenado, diseñado para que se repartan el poder entre iguales, caras opuestas de una misma moneda: la moneda de la ineptitud y el cálculo político; la moneda de la corrupción, se trate de la descarada de Alan García y Luis Castañeda o la camuflada en disfraces de inclusión y solemnidad de Luis Favre y sus millones en hoteles, sus millones en carteles y demás.

Votemos viciado y veamos quá cara ponen apristas y fuerzasocialistas, amarillos y verdes...

martes, 19 de febrero de 2013

TONY SHERIDAN (1940-2013): EL ELVIS DE LA CALLE REEPERBAHN


Hace unos días falleció en los Estados Unidos,a los 73 años de edad, el compositor cantante y guitarrista de rock and roll inglés Tony Sheridan, conocido como "The Teacher" ("el maestro"). Su nombre es parte de la historia de The Beatles pues fue el primer artista que grabó con ellos, a comienzos de la década de los 60s, cuando los Fab Four viajaron a la ciudad alemana de Hamburgo. En homenaje a este personaje capital en el desarrollo de los primeros años del rock and roll, ofrezco esta traducción del artículo The Elvis of the Reeperbahn, publicado por el periodista musical Alan Clayson en la edición No. 4 de la revista británica Vintage Rock (septiembre 2012).

EL ELVIS DE LA CALLE REEPERBAHN

Después de florecer momentáneamente en Oh boy!, Tony Sheridan encontró distinguida fama en Alemania y tuvo un papel esporádico en la historia de The Beatles. Alan Clayson tiene su historia.

Como la chica del coro que de repente consigue el estrellato en Hollywood, el guitarrista y cantante Tony Sheridan  fue elevado en 1959 de los polvorientos pasillos del 2i’s (*) a un puesto en el programa Oh boy! de ITV, después de su arribo desde Norwich como uno de los pocos rockeros ingleses a quienes se les podía reconocer talento. Otro de ellos fue Vince Taylor, la principal atracción de otro club vecino, el Top Ten, después del abrupto declive del 2i’s como lugar para pasarla bien. “Estaba empezando a caer cuesta abajo”, decía Ricky Richards, un rockero del norte de Londres ya fallecido. “Una noche estaba cantando en el 2i’s. Y a la siguiente estaba metido en el Top Ten. Desde entonces, toda la acción se producía allí”.

En ese momento, Ricky no podía saber hasta qué punto su vida se iba a entrelazar con la de Sheridan. “Hice siete ediciones de Oh boy! antes de que me despidieran por ser una molestia general”, dice Tony. “También circulaban vagos rumores de que yo me iba a unir a The Shadows y por poco, me convertí en el primero en grabar para Top Rank. Mi primer single fue Only sixteen. Esa clase de cosas no eran parte de mi estilo en absoluto, y Top Rank contrató finalmente a Craig Douglas, probablemente fue una decisión inteligente”.

Ricky Richards declaró que para 1960, Sheridan era el mejor guitarrista británico de rock; cuando Conway Twitty apareció, Tony fue contratado para tocar con él. Sin embargo, Sheridan estaba más interesado en funcionar como figura central en un trío junto a Brian Locking en el bajo y el baterista Brian Bennett, también voceado para convertirse en un integrante de The Shadows. Con un estilo inusual, él decidió no duplicar arreglos grabados de rock clásico. “Yo tomaba una canción y la forzaba hasta que terminaba en una versión ligeramente diferente”, dice. Cuando trabajó con Sheridan, Ricky Richards también tuvo algunas dificultades. “Él nunca tocaba tres acordes, como otros 10 podrían haber hecho. Cantaba con los ojos cerrados bajo una tremenda presión emocional”. Sheridan podía quedar hipnotizado mientras resolvía arriesgadas improvisaciones, intrínsecamente de la misma forma en que lo haría Jimi Hendrix, años después.

Pero los rasgos autodestructivos de Sheridan lo relegaron a una oscuridad producida por él mismo, que se reflejó, por ejemplo, en la cancelación de una aparición en Boy meets girls cuando, en palabras de su propio agente publicitario, Tony “fue un caos (no llegó a tiempo, apareció en el set sin su guitarra, etc.) – y una dedicación gratuita a satisfacerse a sí mismo en lugar de pensar en su público. “Nunca he estado detrás de esa clase de aceptación que proviene de “lograrlo”, encabezar los rankings”, reflexionó con candor de mediana adultez. “Todos mis deseos artísticos, por lo menos sobre los escenarios, fueron satisfechos en Hamburgo”.

Él – y Ricky Richards – habían estado dentro de una maleta de retazos llena de músicos londinenses contratados por Bruno Koschmider, el primer empresario alemán que se ocupó del “rock and roll inglés”. La escena rockera en Alemania consistía mayormente en grupos vocales solemnes y un ritmo a menudo casi marcial. Koschmider, quien inició su carrera como payaso de circo, se arriesgó con un intérprete que había sido descrito, por los visitantes extranjeros que llegaban a la zona roja de su pequeño distrito de Kaiserkeller en Hamburgo, como lo más sagrado del pop británico.

En el 2i’s, Iain Hines, un tecladista cuyo curriculum incluía algunas apariciones apoyando a Vince Eager y Tommy Bruce, respondió la solicitud de Bruno para buscar músicos y lo ayudó a transportarlos y cruzar el océano para conformar un grupo, The Jets, para sorprender a la raquítica escena de Kaiserkeller.

“Mis motivos para ir tenían una raíz muy profunda”, recuerda Tony Sheridan. “Mi madre siempre estaba fastidiando con una historia según la cual la mitad de la familia, incluido mi abuelo en 1917, había muerto por culpa de los Hunos. Supongo que, inconscientemente, parte de las razones por las que me fui a Alemania fue para hacerle daño”. Ricky Richards brindó una razón más mundana por la que Tony fue: huir de la policía por el robo de una guitarra, una Martin D-28. A pesar de ser un joven admirable en varios aspectos, Sheridan tenía una actitud apática hacia los reclamos por no pagar el alquiler o venta de ciertos equipos.

Ricky, una persona con los pies sobre la tierra, no se sentía acosado por objetivos financieros o psicológicos: “Nunca había viajado al exterior y estaba desesperado por irme”. Aunque era básicamente un cantante, sus acordes sirvieron para apoyar los solos de Tony, aunque como guitarrista había tocado antes en un álbum de Miki & Griff, uno de los primeros grupos británicos de “música dulce” del sello C&W.

El bajista Pete Wharton era más operativo que virtuoso – como lo fue Colin Milander, un guitarrista rítmico adicional, que fue incluido porque, según explicó Ricky, “Bruno no podía concebir una banda de baile que tuviera menos de seis integrantes”. También estuvo Del Ward, un multi-instrumentista a quien Koschmider designó como “el líder” de The Jets después que Hines no llegó a la estación de la calle Liverpool, el día que salían hacia Hamburgo.

Luego de ubicar al cargamento humano en su oficina, Bruno reflexionó en voz alta sobre su sensación de haber recibido menor peso total. ¿Dónde estaba Iain? Además, a The Jets les faltaba un baterista. Pensando con rapidez, sus ojos se fijaron en una batería anticuada marca Trixon que estaba junto a un armario detrás de él. Cualquier tonto podría tocar esa batería. Cada uno de ellos tuvo su turno para intentarlo, si a Bruno no le importaba usarla, a ellos tampoco.



Comunicándose entre sí a través de conteos, movimientos de cabeza y miradas, The Jets la tuvieron fácil a la hora del show. “El público se puso frenético”, dijo Ricky. “En lo que respecta a Sheridan y su guitarra, ellos nunca habían escuchado algo así”. El repertorio incluía una versión de What I’d say que terminaba con el colapso de Tony después de casi 30 minutos de intercambiar “heys” y “yeahs” con la multitud. “Los temas tenían distintas duraciones”, explicaba Ricky. “No sabíamos qué íbamos a tocar después”.

Así se daban las cosas: Sheridan era dado a lanzar canciones que no eran familiares para los demás. The Jets podían mantener el paso, pero una de las cosas que surgió en los años siguientes fue que empezaba el pánico a medida que una pieza degeneraba hasta convertirse en un caos absoluto. Incluso ellos y otros posteriores visitantes a Hamburgo se sentían honrados al escuchar los trucos de “The Teacher” después de aquella primera temporada, tras la cual el grupo original se hiciera conocido, aunque de manera informal, bajo el nombre Tony Sheridan & The Jets.

Después pasaron al club Top Ten, un lujoso local nocturno de la calle Reeperbahn, donde se creaba música continua “en vivo” por dos grupos separados tocando en espacios independientes: otro Tony Sheridan Trio, con Pete Wharton y un baterista local y una nueva formación de The Jets, que se armó luego de que Ricky Richards volviera de Londres trayendo a Iain Hines y Chas Beaumont (alguna vez guitarrista de The Worried Men, el trampolín que llevó a Adam Faith a ser una celebridad). Sin embargo, este plan quedó destrozado cuando el Volkswagen de la fiesta se salió de la carretera. Richards, la baja más seria de ese accidente, llevaría sus heridas hasta la tumba.

Nunca llueve pero sí cae rocío, y el asunto de la guitarra Martin D-28 cayó finalmente sobre Tony Sheridan: “La policía alemana me sugirió que regresara a mi país y arreglara todo. En Dover, dos tipos de civil se me acercaron y quedé preso en Brixton durante 10 días como detención preventiva. Al final, me dejaron salir”.

Que ambos grupos, The Jets y The Tony Sheridan Trio estuvieran en desorden no fue una buena razón para extender la estadía en el Top Ten. Cuando el contrato terminó, solo Colin y Tony optaron por continuar con la vida bohemia en Hamburgo, y hasta se casaron con chicas alemanas.

Durante el heroico retorno de Sheridan al Top Ten en la fría primavera de 1961, The Beatles, uno de los dos grupos que lo apoyaban, acompañaron a Tony a grabar su primer single 45, My Bonnie, y algunos temas más para un proyecto de LP con el sello Polydor. Lanzado en junio, My Bonnie ingresó a los rankings de twist de Hamburgo y también a nivel nacional. Este éxito fue la base para que Brian Epstein apareciera en el cuadro. Los fans de la música preguntaban por My Bonnie en el área de música del centro comercial donde Epstein era un aburrido jefe de ventas. Atraído por una sesión de The Beatles en el club The Cavern, el destino fatal de Brian quedó sellado. Y el resto, como todos dicen, es historia.

En cuanto a Sheridan, My Bonnie le produjo una prominente fama que él no habría podido garantizar según el curso ordinario de los hechos. Una repromoción del single, bajo el nombre de The Beatles with Tony Sheridan, supuestamente vendió un millón de copias para 1964. Décadas después, Tony aun participa de los conciertos de veteranos del rock en Hamburgo, y a menudo se le conoce como el Elvis de la calle Reeperbahn, recreando la magia de los años dorados. Rockeando tan fuerte como siempre, Tony Sheridan pasa de largo por los años transcurridos desde 1960 como una escobilla.


Tony Sheridan y su banda, tocando el clásico My Bonnie en el 2011.

martes, 12 de febrero de 2013

VAREKAI: ASÍ SON LOS SHOWS DEL PRIMER MUNDO


Desde mediados de los años 90s, había visto infinidad de veces en video a Cirque du Soleil y la sensación era siempre la misma: toda esta espectacularidad ¿era real o había ediciones, montajes, efectos especiales? Digo, más allá de los arneses y las amarras invisibles de los acróbatas. ¿Era posible que esos seres humanos se elevaran de esas maneras, eran reales esos personajes fantásticos, coloridos, o provenían de alguna fábrica de animaciones por computadora, tipo Dreamworks?

Pues sí, son reales. El elenco internacional de esta compañía circense que tiene ya más de 20 años sorprendiendo al mundo entero con sus perfectas actuaciones está conformado por verdaderos atletas. Hombres, mujeres y niños capaces de realizar increíbles proezas físicas, las cuales combinan con un impactante talento para la interpretación de sus personajes. Provistos de una seguridad y una precisión únicas, generan conmoción en el público con sus coreografías, tanto las acrobáticas como las de baile y nos convencen de que, efectivamente, no son seres humanos sino criaturas que habitan un bosque encantado. Las luces, el sonido, la extraordinaria banda de músicos y los cantantes, contribuyen a que el mundo mágico de Varekai se haga realidad, más allá de que sepamos que acá no hay magia sino años de trabajo, horas diarias de incesantes ensayos, perfeccionismo y respeto por el público. Algo que aquí no conocemos.

Caminando rumbo a la ubicación en el escenario circular, uno no puede dejar de mirar, boquiabierto, las maravillosas carpas de intensos azul y amarillo, brillantes y bien tensadas; las boleterías ordenadas, los puestos de venta de golosinas, los paneles que anuncian a los artistas. Mientras que aquí el público considera que mamarrachos patéticos como los que arman los "cómicos" nacionales y la gentuza de la farándula cada temporada de Fiestas Patrias merecen ser llamados "circos", el Cirque du Soleil, que nos visita por segunda vez, nos grita con su infraestructura que no deja cabos sueltos, su alto nivel de organización y por supuesto, la calidad artística que uno experimenta durante casi dos horas que el Primer Mundo, del cual ellos vienen, es quizás más inalcanzable que incluso el bosque ficticio que ellos recrean.

La explicación de qué significa Varekai, en qué se basa la historia y demás informaciones las pueden encontrar en diversas páginas web. No ahondemos en esos detalles hoy. Solo quiero decir que verlos en vivo, además de desterrar cualquier duda acerca de si los actos de acrobacia y malabarismo que desafían todas las leyes de la física son reales o no, confirma que sí es posible confiar en el ser humano todavía. ¿Cómo puede ser que un conjunto de artistas, con dedicación y talento, sean capaces de realizar algo de tanta calidad mientras acá sale cualquier hijo de vecino que se hace llamar"artista" sin hacer absolutamente nada que valga la pena? ¿Cómo puede ser que haya mentes prodigiosas a un tiempo que hay, en otros lugares, mentes retorcidas abiertas a las peores atrocidades y crímenes, o dispuestas a encumbrar a personajes que deberían estar en el último de los tachos de basura, no solo del Perú, sino del mundo entero? (estoy pensando en Esto es guerra, Combate y afines, por ejemplo).


jueves, 7 de febrero de 2013

COMUNICADO A MIS LECTORES

A los lectores de este blog QUIERO HABLAR (que son pocos, pero son): Google, a través de sus "anuncios publicitarios" viene insertando un video por el NO, al final de mi último post (Islas Ballestas: Una aventura extraordinaria), sin mi consentimiento. 
Eso constituye un atropello al derecho que tengo yo de colocar los anuncios que a mí me den la gana y de declarar mi opinión respecto a ese tema en particular, sobre el cual, dicho sea de paso, tengo una posición muy clara: NI EL SÍ (con sus Castañedas y sus Apristas), NI EL NO (con sus Favres y sus Cartelones dizque populares) VALEN NADA
Son dos caras de la misma moneda: la moneda de la incompetencia, la babosada politiquera y la corrupción, sea esta descarada o encubierta, comprobada o caleta. Estoy tratando de quitar esa publicidad indeseada Y NO PUEDO. Esta práctica de SPAM a través del Google Adsense ¿será otra estrategia del argentino-brasileño que cobra miles de dólares por twittear y empapela la ciudad con imágenes de personas de última calaña como los personajes de Al Fondo Hay Sitio?
Mil disculpas a todos ustedes por esta publicidad que ha sido sembrada, de la manera más desvergonzada, acerca de un tema sobre el cual pienso otra cosa. Me parece necesario hacer esta aclaración a quienes tienen la amabilidad de leer mis posts. En esta bitácora, herramienta de la modernidad tecnológica, soy director, redactor, editor y publicista de mis opiniones sobre diversos temas, incluida la política. Por eso me indigna que, a través de estos sistemas publicitarios - de los cuales jamás he recibido una retribución monetaria - se use mi página para difundir videos de una posición política QUE NO COMPARTO
Gracias por su comprensión y su lectoría.
Jorge Luis Tineo Rendón

ISLAS BALLESTAS: UNA AVENTURA EXTRAORDINARIA

Cuando una persona pasa más del 80% de su vida en la ciudad, la oportunidad de tener cualquier contacto con la naturaleza es algo que no debe perderse (gracias Noemí y Manuel por brindármela en esta ocasión). No hay necesidad de escapismos tecnológicos ni juegos que amenazan, silenciosamente, con sobredesarrollar nuestros dedos pulgares a costa de atrofiar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás o desactivar la imaginación. Sentir la brisa del mar, el calor del sol, la emoción de la vida animal alrededor resulta ser, sin efectos especiales ni 3D, un lujo indescriptible, una experiencia inolvidable, una aventura extraordinaria.

Las Islas Ballestas, en la península de Paracas, Ica, es uno de los lugares más bonitos que he visitado en mi vida. Es verdad que no he viajado mucho pero creo no equivocarme si digo que, hasta para quienes tengan largos kilometrajes recorriendo parajes exóticos y lejanos, visitar este reducto de aire puro, aguas cristalinas y hermosas especies animales es de aquellos viajes que lo dejan a uno sin aliento, absorto ante la monumentalidad de esas increíbles formaciones rocosas, testimonio de los siglos de vida de nuestro planeta y la pequeñez de nuestra existencia, cada vez más limitada por ambiciones pasajeras que solo generan desconexión con nuestra esencia espiritual y una profunda ignorancia respecto de qué y quiénes somos realmente.


El camino es tortuoso. El sol de Ica puede llegar a ser desesperante por lo intenso que es y, en una ciudad con pobreza estructural endémica – así los amables taxistas locales nos cuenten historias acerca del “crecimiento económico de Ica”, basado en las empresas de agroexportación de Keiko Fujimori - las altas temperaturas y el polvo son un verdadero martirio. El viaje desde el distrito de Huacachina hasta el muelle dura aproximadamente una hora, y mientras el guía lugareño nos hace el briefing acerca de lo que veremos en las islas, uno sigue refunfuñando por los sudores, los mosquitos y los 30 grados centígrados que se sienten hasta en el aire que corre por las ventanas. Luego, debido a las remodelaciones del embarcadero hacia el archipiélago, nuestro grupo – que se había levantado a las 5am. para llegar a tiempo a una excursión cuyo inicio anunciado era a las 8:45am. – recién pudo subir al bote motorizado a las 10:30am. Lo que siguió al abordaje hizo que nos olvidáramos de todas esas incomodidades.

Para todo hay una primera vez, dicen. Y por muy frase hecha que sea, es absolutamente cierta. Y en mi caso, era la primera vez que me dirigía hacia a una isla ubicada a cientos de kilómetros de tierra firme. Los colores cambiantes del mar, su fuerza para bambolear la pesada lancha, con la sensación de que puede voltearse en cualquier instante, la estela que se bifurca en tres haces de agua perfectamente blancos y simétricos. Cada detalle me mantuvo en alerta permanente. No sería capaz de perder el tiempo apretando el botón de una cámara o de un celular para intentar retener, en un limitado y desenfocado cuadro de 5x5 cm, el cuadro inenarrable e irrepetible del mar que pasa delante de mis ojos.


 Antes de llegar a las Ballestas, nos detuvimos unos minutos ante el Candelabro, un dibujo en bajo relieve en una de las dunas de la península de Paracas. Según el guía, hay quienes dicen que fue José de San Martín quien ordenó su trazo, como homenaje a la Orden Masónica a la que pertenecía. Yo prefiero la historia según la cual esta imagen, al igual que las Líneas de Nazca, fue hecha por los antiguos pobladores de esas arenas incandescentes y que quedó impresa en su superficie gracias a la sedimentación, la brisa y la dirección del viento. Una maravilla de la historia y de la naturaleza.


Unos diez minutos después, arribamos a las Islas Ballestas, las cimas de una cordillera que existió hace millones de años y que poco a poco fue sumergiéndose en el mar. Las formaciones rocosas que simulan portales, grutas y caminos escalonados son un espectáculo para los ojos de todo ser humano con algo de sensibilidad. Cada matiz de la piedra, cada hendidura significa algo. El guía adorna sus explicaciones con expresiones de sorpresa para evitar entrar en detalles científicos que quizás no conozca a profundidad. Y que, ciertamente, no deben importarle a los adultos, más preocupados en tomar fotos y videos de pésima calidad, y a los niños, fascinados por los dueños de casa.


Y, ¿quiénes son los dueños de casa? Pues algunas de las especies animales que más orgullo deben darnos, porque son peruanas como nosotros. Las gaviotas, piqueros, guanayes y las diversas clases de cormoranes (aves capaces de producir toneladas de guano) vuelan alrededor de nuestras cabezas en alucinantes bandadas y se posan en las islas casi como si estuvieran contemplando nuestra visita desde lo alto. Por su parte, los pingüinos de Humboldt, en pleno cambio de plumaje (el guía nos informa que en ese período no comen durante 25 días), también miran con curiosidad a las dos o tres lanchas que coinciden en cada paseo.

Quienes no parecen percatarse de nuestra presencia son las verdaderas estrellas del paseo: los lobos marinos. Las enormes comunidades de estos mamíferos anfibios se distribuyen por todas partes, a veces mimetizándose entre las rocas, otras asomando sus simpáticas caras mientras disfrutan de las frías aguas del Pacífico. La mayoría de ellos, hembras, machos, jóvenes o viejos, se dedican a una sola cosa: dormir. Tumbados sobre las enormes piedras de la isla, estos personajes recuestan sus lustrosos y gigantes cuerpos (los machos alfa pueden pesar hasta 300 kilos) y las aletas cuelgan al sol, en posición de descanso ininterrumpido. Y como si eso no bastara para sorprendernos, mientras los machos líderes tienen un área de la isla para reunirse y conversar a gritos, las hembras se dirigen a la llamada Isla de la Maternidad, cuando están a punto de dar a luz, tras 11 largos meses de gestación. Y, ¿qué creen? Frente a nosotros nació una cría de león marino. Un momento mágico, sin lugar a dudas.

Veinte minutos después del recorrido de regreso, la triste realidad. De vuelta al muelle, la desorganización de la especie humana hizo de nuevo su aparición, atrevida y deslenguada. El bote no tenía cuándo descargarnos, los conductores se peleaban entre sí para ver quién entraba primero a atracar, en la capitanía no había nadie que pusiera orden, el inclemente calor hacía desaparecer a la reparadora brisa marina, y en lugar de aire puro, aromas a comida “Marca Perú” e infaltables olores humanos pasaban por mis fosas nasales recordándome que el paseo a las Ballestas había terminado. Soy urbícola y me gusta vivir en la ciudad, pero a veces quisiera tener la suerte de esos lobos marinos y no tener absolutamente nada que hacer más que descansar en medio del océano.