jueves, 24 de mayo de 2012

¿"LA PRENSA" ES UNA INSTITUCIÓN?


¿Por qué cuando una persona pública, independientemente de quien sea, reacciona ante el acoso de un reportero gráfico (fotógrafo o camarógrafo) y se defiende, de inmediato salen al ruedo casi todos a decir que se trató de un ataque "a la prensa"? ¿acaso cuando un abogado es golpeado se habla de agresiones "al derecho"? ¿la pareja de ebrios influyentes que insultaron y patearon en el rostro a un policía agredieron a la Policía Nacional?

Sin ánimo de tomar partido por la ex congresista Nancy Obregón y su reciente conato de pleito con el fotógrafo de Perú21 que motiva este breve post, me parece un tema que debe ser reflexionado, tanto por los periodistas en general como por el público consumidor de noticias. Desde la famosa y clásica escena del acoso periodístico a la protagonista de La dolce vita - filmada hace 52 años - hasta la muerte de Lady Di, los reporteros gráficos han demostrado serios problemas de urbanidad y buenas costumbres y hoy están plenamente convencidos de que tienen todo el derecho del  mundo a lanzarle esos contundentes armatostes, las cámaras, a las narices de ´ropios y ajenos y de hacer oídos sordos a la negativa de ser retratados que muchas de sus víctimas declaran, por las buenas o por las malas.

No es normal que el gremio periodístico salga a defender a estos abusivos reporteros gráficos cada vez que rompen con la tranquilidad de una persona, y si esta además es de carácter irascible, producen reacciones que después convierten en noticias y comentarios dirigidos a pintar a la persona en cuestión como si fuera un salvaje, que de repente arremete contra el indefenso fotógrafo o camarógrafo. Todo eso solo cobra sentido si forma parte de una estrategia, maquiavélicamente concebida, diseñada para generar precisamente ese arresto de violencia y con esto, la andanada de titulares en respaldo al verdadero agresor.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Plenamente de acuerdo contigo Jorge. Sentí lo mismo cuando vi el acoso de este reportero a la ex congresista. La libertad de prensa no da derecho a que se cometan estos excesos y abusos, que por cierto no lo hacen con todas las personas. ¿Has visto algún/a periodista que se meta con los Romero o los Benavides?. Russela