martes, 4 de octubre de 2011

¿PERÚ-PARAGUAY? ¿EN QUÉ QUEDAMOS?


Tras el tercer lugar en la Copa América, muchas personas sumamente críticas concedimos en el hecho que, gracias a la manija y la seriedad de Sergio Markarián podíamos hablar de una posibilidad, remota por supuesto, de que la selección peruana pudiera marcar la diferencia en las próximas eliminatorias mundialistas y sin abandonar los reparos que exige la realidad, miramos sin tanta acrimonia la cercanía del Perú-Paraguay de este viernes 7 de octubre.

Pero la realidad es siempre más fuerte. Siempre. Dos hechos (uno ligero y el otro muy grave) dan muestra de que el futbol peruano sigue siendo mediocre: primero, en un partido amistoso, Claudio Pizarro demuestra plenamente que sigue siendo inservible en la selección y la prensa, tetuda y argollera como siempre, le bate palmas porque hace gol de penal y hace crónicas entre lo barroco y lo huachafo acerca de sus inigualables "hat-tricks" en la Bundesliga. Después, dos semanas antes del inicio de las eliminatorias, un joven de 24 años es arrojado al vacío desde un palco del Estadio Monumental al final de u infame clásico entre Universitario y Alianza Lima. Lloran todas las pantallas de televisión con sendos reportajes con la inevitables musiquita melodramática y por unos días parece que efectivamente, la sociedad se ha sensibilizado. Cunden las manifestaciones de rechazo, el pueblo pide justicia, los dirigentes intercambian camisetas, los artistas componen una canción de homenaje.

Las autoridades políticas de este país anuncian la suspensión del futbol por un fin de semana y elaboran un protocolo de seguridad que, de no ser cumplido, obligará a los clubes de "julbo profesional" a jugar partidos sin público (es decir, sin taquilla). Y de repente, en medio de las entrevistas lloronas a los padres de Walter Oyarce anuncian la venta de 40 mil entradas para el Perú-Paraguay. ¿En qué quedamos? ¿no estaba el Perú de luto? ¿no era que habíamos llegado a la conclusión - dolorosa para algunos, increíble para otros, amenazante para la mayoría de interesados - de que el gran negocio del futbol había convertido a los estadios en recintos de violencia, que la prensa deportiva (o futbolera) se había acostumbrado al lenguaje bélico y azuzador, que los clubes eran un esperpento de corrupción, que los palcos son bunkers en donde se protegen los energúmenos con plata que hoy se arrejuntan con los lumpenes de construcción civil?

De golpe todo vuelve a ser como antes y la sociedad peruana se explaya en su enfermedad insolidaria: Movistar hace un comercial en el que una voz estúpida menciona elementos "positivos" de esa cultura del futbol que en este país es solo saludo de bandera y pretexto para las peores borracheras que potencialmente pueden terminar, todas, en accidentes de tránsito o asesinatos de toda clase. El público hace colas que compiten con las de Mistura y anuncian reventa por redes sociales y ponen en marcha nuevamente la maquinaria irracional del futbol como instrumento de "integración" mientras aun no se termina de decidir si el Monumental seguirá operando con esa paparruchada legal llamada "permiso por horas". Acampan en las afueras del Centro Cívico y se preparan para ver la transmisión del partido en cadena nacional. Y al cuerno el luto nacional y la familia Oyarce y las cadenitas solidarias por Facebook. "La selección está de vuelta... ¿estás tú?" pregunta el locutor de Movistar.

La masa, desde la que compra entradas en tribunas populares y llega en micro al estadio y hasta la que tiene palco - con sus botellones de whiskey amontonados desde hace semanas atrás - y llegan en camionetones, no comprende que lo mejor hubiera sido que las federaciones nacionales de Perú y Paraguay, instituciones que representan a países, a intereses comunes, hubieran dado un gran paso hacia una verdadera concientización jugando a puerta cerrada y que todos los que se enriquecen (medios de comunicación, empresas de publicidad, anunciantes y por supuesto, los mismos dirigentes de esas federaciones) sientan la pegada de perder sus inversiones en aras de una solución real a la extrema violencia generada por el futbol en el Perú. Nadie aprende nada. Nadie quiere sentir la responsabilidad y anteponen su derecho a "divertirse", a "alentar a la selección de todos" a una verdadera campaña que busque ajustar las tuercas de una maquinaria que solo produce frustración y tristeza. Ojalá gane Paraguay, aunque según como veo las cosas, con esta masiva demostración de insensibilidad el Perú, así gane ese partido, ya perdió. Por enésima vez.

2 comentarios:

revorg dijo...

imbécil...ojala gane paraguay!! ...como puedes decir semejante estupidez acaso no eres peruano personas como tu que piensan negativamente traen fracaso; el hecho que hayan ocurrido sucesos graves aquí en Perú, no quita el merito que todo el Perú quiere ver que su equipo en su estadio(de local) y que representa a todos nosotros gane; como sabrás el fútbol en nuestra sociedad es un sentimiento mas; y que por culpa de personas fanáticas y delincuentes hacen que se manchen estos eventos, como también diría que por el otro lado están de los negativos y pesimistas como tu que también manchan el orgullo de ser peruano.

Jorge Luis dijo...

Hola... una pregunta: ¿Por qué si ya habías puesto "Revorg" volviste a poner tu nombre antes de escribir "Ojalá gane Paraguay"?

El orgullo de ser peruano está en conocer y respetar a Chabuca Granda, los goles de Cubillas, el Himno Nacional, José María Arguedas, los que hablan quechua, los que hablan dialectos amazónicos, el cebiche, la sopaseca, el juane y la patazca, la guitarra de Avilés y la de Manuelcha Prado, la hombría de Grau y la valentía de Bolognesi, los versos de Vallejo, la cultura de Marco Aurelio Denegri, la pluma de César Hildebrandt, el nobel de Mario Vargas Llosa, la selección de 1978, Juan Gonzalo Rose, y cientos de cosas más que tú Imbécil Revorg, probablemente no conoces ni respetas...

El orgullo de ser peruano no está en validar tu derecho a saltar como mandril ante el ritmo de una pachanguera "canción" de Gianmarco auspiciada mpor Movistar y por la USIL ni en decir "son cosas separadas" porque eres incapaz de sensibilizarte por la muerte de un peruano, como tú...

Gracias por leer y un consejo: ve a Reniec y tramita tu cambio de nombre, no cuesta mucho...