lunes, 28 de febrero de 2011

SYMPHONICITIES EN LIMA: STING Y LA OSN


La música es, de todas las artes, la única capaz de hacer que momentos efímeros se vuelvan inolvidables, eternos. Una melodía de cinco minutos puede quedar inscrita en nuestra memoria durante años y conectarnos con una realidad superior, alejada del mundano e intrascendente día a día. Cuando los músicos están inspirados y desbordan talento pueden transportar a los oyentes a otras latitudes, pasar de un continente a otro sin necesidad de abandonar el escenario y hacerles recuperar la confianza en las manifestaciones más elevadas del género humano. De eso se trató Symphonicities, el sofisticado espectáculo con el que Gordon Matthew Sumner, más conocido como Sting, está recorriendo el mundo entero desde mediados del 2010 y que el pasado miércoles 23 presentó en el Estadio Monumental, acompañado por nuestra Orquesta Sinfónica Nacional.

El cantante y bajista británico, recordado como líder de la mítica banda The Police, hace tiempo trascendió las fronteras del género musical que lo llevó a la fama y esta aventura sinfónica no hace más que confirmar su status como una de las personalidades más importantes de la música popular. La noche del Monumental, el experimentado compositor demostró ser un artista consumado, maduro, con un catálogo lo suficientemente amplio y diverso para ensamblar un espectáculo de extremada calidad y que se siente cómodo en un formato ajeno al de su imagen más recordada de rockero extravagante y desenfadado. Sting, que aun conserva esa voz y estilo inconfundibles que dejaron una huella imborrable en el mundo del rock, llegó a nuestro país en la versión más refinada de sí mismo.



Los arreglos para cuerdas y vientos fueron interpretados de manera impecable por los integrantes de la OSN, que ensayaron y estudiaron las partituras diligentemente con un mes y medio de anticipación. Bajo la supervisión de su director Pablo Sabat, nuestros músicos no tuvieron ningún problema en adaptarse a esta clase de material, ajeno a sus quehaceres habituales en el universo de la música clásica. Como todos sabemos, en otras partes del mundo son más comunes este tipo de eventos en los que artistas populares de fama mundial se unen a ensambles sinfónicos para interpretar todo tipo de géneros pero en nuestro país este es un hecho sin precedentes. Por tal motivo es doblemente meritorio el óptimo resultado obtenido por la OSN y merece ser resaltado en especial en un medio como este, generalmente tan hostil hacia las manifestaciones culturales.

Si bien es cierto Sting y su excelente banda – Dominic Miller (guitarra), Ira Coleman (bajo), Jo Lawry (voz), David Cossin (batería, percusión) y Rhani Krija (percusión) – son los artistas que generan mayor atención, es necesario felicitar el trabajo de la orquesta en general y de sus solistas, como es el caso de Luis Enrique Vargas Guevara, clarinetista principal de la OSN, que desarrolló de manera solvente una de las líneas instrumentales más reconocibles del catálogo de Sting: el solo de clarinete de Englishman in New York, uno de los temas más esperados de la noche. Asimismo, la violinista (concertino) María Foust interpretó una romántica introducción en el tema Whenever I say your name, la cellista Sammada Cigüeñas Rodríguez hizo lo propio en Straight to my heart y el trompetista Franco Carranza Cárdenas abrió la elegante pieza de bossa nova All would envy, que Sting compusiera en 1999 pero que recién vería la luz en el 2004 como parte del DVD Inside sacred love.



La dirección de la orquesta estuvo a cargo de Steven Mercurio, músico ítalo-norteamericano que viaja con la banda como un integrante más y que además escribió los arreglos para los temas que forman Symphonicities. Mercurio parecía conocerse desde siempre con los músicos peruanos, a pesar de haber trabajado juntos solo un día antes del evento. Incluso como parte del show, la sección de vientos se animó a realizar algunas coreografías como suele verse en otros conciertos de esta naturaleza, acompañando con palmas y bailes los enérgicos movimientos del director.

El concierto, que duró más de dos horas, tuvo varios momentos musicalmente fuertes como la impresionante pieza de introducción de Russians, el rock sinfónico de Next to you y el jazz vanguardista de Moon over Bourbon street. Pero sin lugar a dudas, fueron las melodías más introspectivas y enigmáticas de la discografía del inglés las que sonaron notoriamente enriquecidas por las elegantes adaptaciones para orquesta. Entre ellas destacaron Shape of my heart, Fields of gold, Fragile y Desert rose, durante la cual su percusionista marroquí Rhani Krija tocó el djembe. Además, el repertorio incluyó algunas clásicas de The Police como Every little thing she does is magic, King of pain, Every breath you take y Roxanne.



Sting, cuyo recital es fácilmente uno de los mejores que se han presenciado en los últimos años, se despidió del público peruano con una versión acústica de Message in a bottle y los músicos de la OSN abandonaron el escenario en medio de una larga y cerrada ovación, en una noche que seguramente nunca olvidarán.




SYMPHONICITIES: LA HISTORIA
A inicios del año pasado, Sting se embarcó en un ambicioso proyecto musical, continuando una línea que inició con los álbumes Songs from the labyrinth (2006) e If on a winter’s night (2009) asociada al prestigioso sello de música clásica Deutsche Grammophon. Mientras que en el primero grabó música renacentista y barroca del compositor inglés John Dowland (1563-1626) y en el segundo plasmó fascinantes melodías navideñas de ese mismo período clásico, esta vez el cantante, bajista y ex líder de The Police decidió grabar una selección de composiciones suyas de diversas épocas de su carrera junto una orquesta sinfónica.

El resultado se llamó Symphonicity (en referencia al último álbum de estudio de The Police titulado Synchronicity, 1983) y fue lanzado al mercado en junio del 2010. Los arreglos orquestales estuvieron a cargo de David Hartley, Robert Matthes y Steven Mercurio y el disco se grabó en los estudios Abbey Road con la prestigiosa Royal Philharmonic Orcherstra de Londres. El álbum fue un éxito absoluto y trajo consigo una gira mundial que comenzó en Canadá y ha recorrido hasta el momento gran parte de los EE.UU., casi toda Europa, Japón y Australia.
. Asimismo, se lanzó al mercado un DVD titulado Sting: Live in Berlin que cuenta con la participación de la Royal Philharmonic Orchestra y de músicos invitados como el clarinetista Branford Marsalis.

El cantante se presenta junto a la orquesta sinfónica de cada ciudad que visita, lo que convierte a la gira en una experiencia nueva permanentemente. Los músicos reciben las partituras con anticipación y se reúnen con Mercurio para el ensayo general un día antes del show.

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