jueves, 27 de agosto de 2009

SILVIO Y YO EN EL PATIO DEL COLEGIO


Hace unas cuantas horas declaraba, en conversación privada, que atravesaba por una ausencia de motivos para escribir. Circunstancias múltiples de las cuales prefiero no hablar - contraviniendo el título y la naturaleza de esta bitácora - hacen que los temas vayan y vengan de las mientes cuales traviesas olas en mar picado. Para seguir con la metáfora, ideas volátiles y espumosas golpean los cascos terrosos de mi cerebro y luego se pierden para dar paso a otras, a veces más fuertes, a veces más débiles... Al final, una resaca que es a un tiempo plácida e inconsistente me sume en un confuso sopor y termino aceptando que no puedo escribir nada.

Sin embargo y como siempre, llega la música para salvarme de la sensación de que probablemente no tenga nada que decir. Y como va quedándome cada vez más claro, llega también para asegurarme que jamás me abandonará. La pasión que siento por la música será, al final de mis días, la única que no me dejará solo. En este mundo cada vez más despersonalizado, en el que de un momento a otro las personas que más quieres pueden sorprenderte con sus decisiones, o las que la vida toma por ellas, sentarse a rumiar pensamientos y concatenar recuerdos en torno a una (o varias) melodías, es un verdadero bálsamo de paz y alegría.

Caminar pensando en alguna canción puede llegar a distraerme tanto que podría asegurar que los problemas desaparecen de un momento a otro, y a pesar de tener la certeza de que eso no es posible, considero que es una suerte el poder refugiarse en las notas que fueran arpegiadas con maestría desde alguna insomne barraca de soldados cubanos revolucionarios o en los dúos afiatados y grabados meticulosamente en aquellos idealistas y turbulentos años 60s, en medio de las siempre convulsionadas y entonces artísticamente efervescentes, calles de New York.

De vez en cuando la vida nos gasta algunas bromas pero mientras haya buenas melodías que escuchar, siempre habrá puentes que nos ayuden a cruzar las aguas turbulentas, siempre se abrirán las puertas y saldrás de las sombras... hasta la próxima...





domingo, 16 de agosto de 2009

40 AÑOS DE WOODSTOCK

En el post anterior hice mención a una "cruzada musical" que terminó convirtiéndose en una fiesta personal, cuyo principal regalo fue una condecoración de Palacio de Gobierno para un cantante y compositor que posee un ego demasiado sobredimensionado como para darse cuenta de que ya no le cae bien a todo el mundo. La intención era devolverle la esperanza a un pueblo hecho pedazos, pero no fue más que manipulación sensiblera y autobombo. Hace 40 años, artistas de talento extraordinario, que recién iniciaban sus carreras en el rock, se unieron dejando atrás todo para ofrecer su música como instrumento de lucha ante la barbarie de la guerra. Woodstock se convierte una vez más, en el centro de la noticia artística mundial, más allá de gustos, preferencias y modas pasajeras, porque extrajo lo mejor de cada uno de sus participantes. Cuatro décadas después, con todos los cambios producidos en la industria musical, no cabe ninguna duda de que para estas cosas, todo tiempo pasado sí fue mejor...

http://quiero-hablar.blogspot.com/2008/08/woodstock-slo-queda-la-msica.html







sábado, 15 de agosto de 2009

MILES DE MILLONES


Hoy se han cumplido dos años del terrible sismo que dejó en ruinas a una de las ciudades más representativas y queridas de nuestro país. La simple mención de su nombre nos remite a uno de los bastiones de nuestra identidad, tan maltratada por aquellos que pretenden que la rica diversidad que nos distingue como país, en medio de esta región escindida por arcaicos e inútiles apetitos individuales, se pierda en conceptos mal concebidos de modernidad y aldeas globales de quinta categoría. Anteponer las novedades de la tecnología (celulares per cápita, twitters y demás artilugios que terminan siendo vacíos si carecen de trasfondo) a las reales urgencias del "pueblo" y preferir los cocteles entre empresarios de cuello y corbata o los insólitos homenajes a artistas populares antes que hacer lo necesario para que las cosas mejoren es una de las constantes que definen el porqué parece que el infausto 7.9 hubiese sido hace dos días.

Hace 24 meses, la cálida provincia de Pisco quedó reducida a escombros y los encargados de reconstruirla se la pasaron mirándose las caras, mientras miles de personas esperaban la ayuda que, según ellos, llegaría cuanto antes. Desde los grandilocuentes discursos de siempre, elaborados con melodramáticas músicas de fondo para las cámaras de televisión hasta las oportunistas cruzadas musicales que terminaron con sendas condecoraciones a su principal organizador y millones de soles dormidos en una cuenta del Banco de la Nación a la espera de la "orden de ejecución de los planes estratégicos de reconstrucción", cada uno de los movimientos de los actores directamente responsables de la recuperación frente al desastre fueron, en el mejor de los casos, un rotundo fracaso de administración y en el peor, un flagrante abandono intencional en pro de los suculentos botines en los que acaban convirtiéndose las donaciones, tanto las nacionales como las extranjeras.

La campaña de publicidad estatal "Sabía usted...", que aparece en dos avisos de tercio de página de algunos diarios importantes de la capital es especialmente risible, si no indignante, un día como hoy, cuando vemos el escenario derruido de las plazas, calles, barrios e iglesias pisqueñas que alguna vez fueron orgullo de sus habitantes. Miles de millones por aquí, miles de millones por allá... debería haber sido suficiente un porcentaje de todos esos "logros" para haber, por lo menos, avanzado con el renacimiento de esta ciudad azotada por la naturaleza, a la cual reprochamos en ocasiones como éstas, su falta de capacidad para seleccionar sus objetivos.

A pesar de la ola de solidaridad civil que vivimos en aquel terrible 15 de agosto de 2007 (aun recuerdo el preciso momento del terremoto, aquí en Lima, en el quinto piso de un edificio y me imagino la angustia que se experimentó en el epicentro), las dimensiones del ataque de la tierra eran tan grandes que exigían una actitud inteligente e inmediata de parte de nuestros gobernantes. Dos años después, la inoperancia - o la insanía - explota en los rostros desencajados de aquellas familias que hasta hoy pasarán la noche protegidos por un techo de plástico o una estera a medio caerse, mientras el tristemente célebre gestor del Pisco 7.9 es ahora ministro.

Por eso, cada vez que abra su periódico favorito y vea una columna enmarcada en rojo, con el título "Sabía usted..." y que contiene más números que letras, hágale un favor a la dignidad del país y no lo vuelva a comprar. Nunca más.

sábado, 1 de agosto de 2009

CUANDO GENESIS ESTUVO EN ROMA


Recuerdo que las primeras informaciones al respecto anunciaban un retorno del quinteto original, aquel que había registrado excelentes álbumes de rock progresivo como Foxtrot (1972), Selling England by the pound (1974) o The lamb lies down on Broadway (1975). De hecho, la noticia completa decía que la banda se iba a reunir para salir de gira tocando este último título, aquel cuento indescrifrable que selló el final de la era dorada de Genesis para dar paso a una segunda etapa, mucho más larga y exitosa, que terminó por dividir a sus fans alrededor del mundo.

Mientras unos se estancaron en las complejas y extravagantes suites músico-teatrales lideradas por Peter Gabriel y exhibieron un total desprecio por lo que hicieron tras su salida del grupo, otros reconocieron en Phil Collins a un prodigioso talento que llevó a la banda por caminos que probablemente hayan sido más convencionales y amigables con el sonido pop-rock de mediados de los 80s, pero que al mismo tiempo mantuvieron un status por encima del promedio, tanto en composición melódica como en capacidad de interpretación.

Sin pertenecer necesariamente a ninguno de los dos bandos, debo reconocer que me desilusioné un poco al enterarme que el ambicioso proyecto de sacar de gira The lamb... en pleno siglo 21 quedó trunco debido a diferencias en la agenda de Peter Gabriel y Steve Hackett, los disidentes miembros de aquella primera época de disfraces, melodía extensas y letras enigmáticas. Por consiguiente, no me entusiasmó mucho la idea de ver nuevamente a Phil Collins, Mike Rutherford y Tony Banks (los tres restantes) juntos en concierto. La noticia no me dejaba el sabor de una reunión en términos estrictos, si pensamos en las grandes reuniones que se vienen produciendo en el mundo del rock and roll en los últimos años (Pink Floyd, The Police, etc.). Más bien me parecía que no había mucho misterio en volver a ver en vivo esta versión de Genesis.

Gravísimo error de subestimación. Porque lo ofrecido por la banda en esa gira fue simplemente sorprendente, como puede apreciarse en las imágenes de When In Rome 2007, que registran el concierto gratuito que dio la banda en la explanada del portentoso Circus Maximus ante más de 500,000 personas. Este recital cerró el espectacular tour de 40 shows por diversas ciudades de los EE.UU. y Europa, el primero de Genesis tras 15 años de separación, en el cual hicieron un recorrido selecto por su vasta discografía y una puesta en escena de lujo, con sistemas de sonido, iluminación y proyección de video de altísima calidad.

Como todo buen seguidor de Genesis sabe, Roma es una ciudad particularmente especial dentro de su carrera musical. En momentos en que la prensa británica los acusaba de ser demasiado pretensiosos y sobreactuados (en la primera mitad de los años 70s aproximadamente), el público italiano los recibió con los brazos abiertos y los encumbró a la categoría de banda de culto, iniciando a partir de allí la conquista de los demás países europeos y posteriormente, de los EE.UU. Collins, Banks y Rutherford rindieron así un homenaje y agradecimiento a esta ciudad, que respondió con una asistencia masiva al espectacular concierto.

Junto a ellos, Daryl Stuermer (guitarra y bajo) y Chester Thompson (batería), miembros habituales del grupo cada vez que ha salido de gira desde 1977 (recordemos que el trío nunca requirió de sus servicios en los estudios de grabación), le dieron forma a un repertorio que incluyó desde clásicos de la era Gabriel como In the cage, The cinema show, I know what I like (in your wardrobe) o Firth of fifth hasta canciones de la etapa "más comercial" de Genesis como I can't dance, Hold on my heart o Land of confusion, con inclusiones de temas de su época intermedia como Ripples (cantada por Collins en casi 3 tonos por debajo de la versión original, lo cual, en lugar de ir en desmedro de la canción, le otorga un aire mucho más místico y envolvente), Afterglow o Follow you follow me.

Además, en las entrevistas que conceden durante el documental Come rain or come shine incluido en el DVD, si bien es cierto dejan en claro que pensar en el Genesis con la dupla Gabriel-Hackett y el Genesis actual es pensar en dos cosas totalmente distintas, casi irreconciliables, queda claro después de ver el concierto que esa otra reunión es todavía una tarea pendiente, que muchísimos fans alrededor del mundo agradeceríamos profundamente.

Para muestra, tres botones: Los endos (en dos partes), tema instrumental que comienza con Chester Thompson y Phil Collins haciendo un dueto de baterías, primero tocando sobre dos asientos de cuero para pasar gradualmente a sus instrumentos, el medley In the cage/The cinema show/Duke's travels/Afterglow (también en dos partes) y la mencionada Ripples. Que los disfruten...