jueves, 23 de abril de 2009

UNA VERDADERA MÁQUINA DE SONIDO


Miami Sound Machine... nunca antes este nombre le vino mejor a la super banda que acompaña a la diva cubana Gloria Estefan, quien después de 24 años vino al Perú a ofrecer un concierto como parte de su gira de despedida. La cantante y compositora, junto a 12 músicos, 3 coristas y 2 parejas de baile de primera línea, hizo bailar y cantar a más de 10 mil personas durante casi tres horas en una noche de ritmo, sabor afrocubano y fuertes dosis de pop, en la que es sin lugar a dudas la mejor performance del género denominado crossover (combinación de sonidos latinos y anglosajones), que ellos ayudaron a consolidar en la escena musical mundial desde el inicio de su camino discográfico.

Y ese amplio camino fue el que recorrió Gloria Estefan dejando satisfechos hasta a sus fans más antiguos con sorprendentes interpretaciones de temas como Dr. Beat, Conga y un potpourrí de baladas que incluyó Renacer, Regresa a mí y No será fácil, éxitos infaltables en las programaciones de las radios románticas de nuestra capital. Temas de fines de los 80s como Rhythm is gonna get you (con un pequeño homenaje a nuestros ritmos negros entre estrofa y estrofa que casi nadie advirtió), 1-2-3 y Get on your feet también formaron parte del repertorio. El inicio del show con la poderosa Oye levantó a los asistentes de sus asientos como si estuvieran impulsados por un resorte.

Los aportes de Gloria Estefan y su banda al desarrollo de la música latina son muchos y muy ricos. Para empezar, ella protege en cada uno de sus discos la identidad del acervo musical cubano devolviéndole la prestancia, la elegancia y la dignidad de sus raíces populares, alejándose diametralmente del concepto equivocado que asocia a los ritmos de esta parte del continente con la vulgaridad, la pobreza o el exhibicionismo barato. Nada de eso encontrará usted en un concierto de Gloria Estefan. Eso sí, muchos boleros, mucho son y mucha salsa, interpretada a la perfección por la Miami Sound Machine, dirigida por el incombustible Jorge Casas, bajista que trabaja junto a ella desde 1989, año de su despegue internacional.

Siempre bajo la atenta mirada de su esposo, el magnate de la industria discográfica Emilio Estefan, la diva y su tremenda orquesta dan la impresión de estar tocando en una fiesta familiar donde abundan las buenas vibraciones y la emotividad. El concierto tuvo de todo, desde las 100% latinas Mi tierra, Sí señor cómo no, No llores, Oye mi canto hasta las versiones de clásicos de la música disco Turn the beat around y Everlasting love, así como otros éxitos en su faceta pop como Corazón prohibido (la versión en español del conocido Heaven's what I feel), Party time y Let's get loud (composición suya popularizada por Jennifer López). Hasta sus seguidores más acérrimos estuvieron de plácemes con canciones como Santo, Santo (a dúo con imágenes del brasileño Alexander Pires) y Puedes llegar, poco difundidas en nuestro medio pero que fueron coreadas a voz en cuello por los más conocedores.

Los momentos más impresionantes del show vinieron de la mano de una niña, su hija, Emily. La pequeña dejó boquiabierta a la audiencia cuando empuñó la guitarra para tocar una intensa versión de Play that funky music de Wild Cherry, acompañada por la banda en pleno. Al final de la canción, Emily se sentó en la batería demostrando lo que ocasiona crecer en medio de tanto músico talentoso. A diferencia de las "megaestrellas" adolescentes de hoy (léase Hannah Montana, Lindsay Lohan y demás productos prefabricados), la niña no se presenta con actitudes impropias para su edad, sino todo lo contrario, lo cual dice mucho también de su entorno familiar y la filosofía de vida que la rodea.

Posteriormente llegaría el turno de Gianmarco, quien no perdió la oportunidad para aparecer junto a Gloria Estefan. Juntos interpretaron Hoy. La banda preparó una introducción basada en el huayno instrumental Iquitos del recordado colectivo de músicos peruanos Los Hijos del Sol, que enriqueció el tema mientras las pantallas proyectaban las imágenes del videoclip que la artista grabara en Macchu Pichu. Posteriormente interpretó la balada Tu fotografía, en memoria de su padre. Ambas canciones fueron compuestas por Gianmarco para su disco Unwrapped, publicado en el año 2003.

El concierto parecía no tener final. El público llamaba a la cantante cada vez que ella desaparecía del escenario y ella, solícita, regresaba. En total fueron cuatro las veces que respondió al llamado del público y el colofón de esta noche de reencuentro con su público limeño llegó con el tema Desde la oscuridad/Coming out of the dark, aquel agradecimiento en forma de canción que escribió para dirigirse a todas las personas que rezaron por su recuperación tras el penoso accidente que tuvo en 1990 y que por poco la aleja para siempre de los escenarios. Sin duda, la mejor contraparte que pudimos tener a los megaconciertos de música en inglés que hemos tenido la suerte de presenciar en los últimos meses.


EL LADO OSCURO


Del escenario pequeño y maltrecho del histórico CBGB, local al que acudían cientos de almas en pena a disfrutar de aquellos grupos nuevos que nadie imaginaba convertidos en los eternos clásicos del lado más oscuro y menos glamoroso del rock and roll, nos llegan dos de esas bandas que se han ganado un lugar en la historia en esa época de tránsito entre el monotemático punk de los 70s y el variopinto y a menudo confuso rock de los 80s.

New York Dolls y B-52s (que en sus épocas le anteponían a sus nombres el artículo "The" para estar acorde a la tendencia de entonces) están en este momento calentando motores para tocar por primera vez en Lima. Transgresores y agresivos los unos, fiesteros y relajados los otros, ambos grupos se ubican, hablando de estilos, géneros y rótulos, en la orilla opuesta a las oleadas de virtuosismo y espectacularidad de otros ilustres visitantes como Peter Gabriel, Iron Maiden y por supuesto, Kiss.

Nosotros, ajenos a esas diferenciaciones mezquinas que suelen hacer algunas personas que le restan valor al talento extremo por considerarlo impropio en el contexto del rock entendido como expresión libre, accesible a cualquier persona, celebramos que estén aquí y les damos las gracias por venir a nuestro país.

Es necesario decir que esos críticos de siempre se olvidan que al final de las cuentas, todos son músicos notables y que, en todo caso y les duela a quienes les duela, las mayores diferencias están precisamente en cuán buenos son en lo que hacen, en cómo lo interpretan. Por otro lado, distanciarse de unos y acercarse a otros también demuestra poca amplitud de criterio, cuando hablamos entre melómanos. Para el oyente común es simplemente cuestión de gustos. Y sobre eso, como sobre los colores, no han escrito pues, los autores.



New York Dolls en 1973 tocando Personality Crisis, David Johansen ya no luce así pero seguro la banda suena mucho mejor...



Excelente canción, excelente voces las de Kate Pierson y Cindy Wilson... en una de sus últimas tocadas en Montreaux, 2007

jueves, 16 de abril de 2009

LA MÁS CALIENTE DEL MUNDO...


El calor que producían las inmensas lenguas de fuego a cada lado del escenario llegaba hasta nuestros rostros y con cada explosión desaparecía la idea de que estábamos viviendo un sueño, uno de esos sueños que habíamos tenido más de una vez en los últimos veinte años. Era difícil distinguir entre la realidad y la fantasía, como una amiga me dijo al salir del recinto, presa de la euforia y con los acordes aún resonando en los oídos: era como si hubiésemos estado dentro de uno de sus clásicos videos, esos que veíamos sin cansarnos y alimentando la ilusión de verlos en vivo y en directo.

Y es verdad. El concierto ofrecido por Kiss en Lima tuvo todos los elementos que este incendiario cuarteto ha utilizado en cada una de sus presentaciones en los mejores escenarios del mundo: excelente rock and roll, arrasadora actitud y energía, fuegos artificiales, luces y un sonido intenso y ensordecedor. Como lo anunció Paul Stanley en su primer contacto con el público peruano, esa noche fue la noche.

El martes 14 de abril, el Estadio Nacional dejó de serlo por alrededor de dos horas y media para convertirse en el cuartel general de la banda y la masiva concurrencia de las huestes del Kiss Army limeño hizo exclamar al carismático showman que Perú se convirtió en el país número uno. "Hemos tocado en Buenos Aires, en Sao Paulo, en Santiago y déjenme decirles que esta noche Lima se ha convertido en la ciudad más ruidosa". Poco a poco, lo que hubo entre Starchild y las 40 mil personas dejó de ser un simple diálogo para convertirse en un romance apasionado, una fiesta de rock and roll, una combinación única entre lo infantil y lo prohibido para menores.

Después del inexplicable set de casi 40 minutos de Leusemia - sin faltarle respeto a Daniel F. y su y trayectoria en el esmirriado panorama del rock nacional, quedó evidente que no era necesario ningún telonero - el concierto comenzó cuando un inmenso telón negro con el clásico logotipo de la banda neoyorquina cayó y cubrió la tarima.

Las impresionantes columnas de parlantes lanzaban We won't get fooled again, clásico de The Who que vienen utilizando como introducción en esta gira denominada Kiss Alive 35, y sus 6 minutos de duración crearon el ambiente propicio para lo que iba a venir. La expectativa, las ansias de verlos por fin, la espera acumulada estaba a punto de terminar.

La sensualidad andrógina de Paul Stanley y la risueña oscuridad de Gene Simmons se apoderaron del público apenas rompieron los fuegos con Deuce, tema que usan para abrir sus conciertos desde hace ya varios años. Los desplazamientos de la banda, conocidos para los fans más acérrimos, hicieron delirar a las casi 40 mil personas que esa noche fueron testigos de un espectáculo único en su género, inigualable. Cada una de las canciones fueron coreadas sin descanso y los miembros hicieron de las suyas en reciprocidad, dando todo de sí y cumpliendo lo prometido.



Kiss vino y, contrariamente a opiniones desubicadas y reveladoras de una ignorancia monumental, le dio a Lima una enorme inyección de felicidad y buen ánimo, en medio de las tragedias cotidianas que nuestras autoridades nos ofrecen como forma de vida, una forma de vida incolora y carente de ilusiones, que algunos nos negamos rotundamente a aceptar como inalterable. Sin ponernos muy densos, podemos decir una vez más, que es lamentable comprobar que no podemos encontrar tranquilidad ni sana diversión entre los nuestros y que deben venir artistas consagrados, de un mundo al que jamás tendremos acceso como sociedad, digan lo que digan los estafadores y corruptos de siempre, a mostrarnos cuánto es posible lograr con talento, creatividad y amor por lo que se hace.

Paul Stanley cantó y tocó como en sus mejores tiempos. Sedujo al público con sus sugerentes bailes y posturas, voló por los aires hasta la mitad del campo e hizo añicos una hermosa guitarra delante del boquiabierto público. Gene Simmons señaló a todo el mundo, desplegó todo su catálogo de gestos y movimientos, escupió fuego, vomitó sangre y se elevó casi 30 metros sobre la multitud que aclamaba su nombre, mientras él la observaba de brazos cruzados y con rostro severo, graciosamente endemoniado. Tommy Thayer ofreció una muy convincente combinación del virtuosismo inspirado e intuitivo de Ace Frehley y la prolija técnica de Bruce Kulick (guitarristas previos del grupo) y tal como sucedía en los 70s, disparó potentes bombardas desde su Gibson. Y Eric Singer, curtido hombre de tambores, estructuró estremecedores solos de batería sobre una plataforma que, casi como una nave espacial, parecía despegar hasta el infinito en medio de una lluvia de fuego.

El repertorio estuvo conformado por clásicos de la primera época de la banda, aquella en la que sorprendieron a propios y extraños con ese sonido intenso, electrizante que dejaba la sensación de ser algo más que hard rock, algo más que glam. Kiss es un grupo de rock and roll y desde siempre se las arreglaron para componer canciones que golpeaban directo a la cara, lo suficientemente elaboradas para demostrar su calidad como músicos y a la vez, en dosis perfectas y accesibles para todo tipo de público. Pero eso sí, con altos niveles de volúmen y distorsión.

Así, pudimos escuchar Strutter, Watching you, Parasite, Black diamond, Got to choose, entre otras., demostrando una vitalidad a prueba de balas y de críticas. Para cerrar la primera parte, una tupida lluvia de papeles blancos le dio ambiente de fiesta a Rock and roll all nite, himno a la diversión y a la buena música, una canción para saltar y gritar, efectivamente, toda la noche. Luego vendrían algunos guiños a su trayectoria ochentera con I love it loud (cantanda por Simmons desde las alturas) y Lick it up, además de la esperadísima I was made for loving you, uno de los momentos cumbres de la noche. Finalmente, Kiss terminó de enloquecer al público con Shout it out loud, Love gun y Detroit rock city, en un cierre de concierto simplemente espectacular.



Sin lugar a dudas, este ha sido el mejor concierto que ha visto Lima, no solo por la espectacularidad de la puesta en escena, sin precedentes en la historia del rock mundial, sino por la actitud y el prestigio que estos cuatro músicos han sabido ganarse a través de los años con un trabajo coherente y constante, asumiendo retos en medio de la tiranía de las tendencias musicales y los gustos de la gente. Kiss se mantiene vigente porque tiene todos los ingredientes necesarios para seguir siendo una voz influyente en el mundo del rock: carisma, talento y fuerza.

lunes, 13 de abril de 2009

COMO EL PRIMER DÍA

Un poema hecho canción... un resumen de lo que un hombre puede llegar a sentir por una mujer... para todos aquellos que pueden sentirse mejor después de una melodía de 4 minutos... y desde luego, como celebración de una fecha tan especial para mí... saludos...

jueves, 9 de abril de 2009

JUSTICIA EN EL PAÍS DE LOS CIEGOS


En tiempos en los que la militancia y el abrazo a ideologías pertenecen al pasado, tiempos en que nadie demuestra tener la sensibilidad suficiente como para emprender y liderar una lucha colectiva en pos de ideales relacionados al bien común y que el individualismo promueve actitudes deshumanizantes ¿cómo podemos entender las reacciones destempladas de los seguidores de Alberto Fujimori tras conocerse “la sentencia condenatoria”? ¿O es que no es posible la justicia en el país de los ciegos?

Me atrevo a pensar que todas esas personas que agitan banderolas, gritan y lloran desesperadamente, se desmayan, insultan y amenazan con participar en masivas manifestaciones públicas no saben por qué lo hacen; asimismo, parecen no tener conciencia de la inutilidad de sus pancartas y protestas callejeras, salvo que tengan claro que la única beneficiada con todo ese desgaste de energías es Keiko Sofía, quien no dudó un segundo en lanzar su prematura campaña electoral a partir del resultado final del juicio a su padre.

Lo que se vive en estos días en el Perú s sencillamente insólito, suprarreal, bizarro. Como para novela de algún autor del boom de los años 60s. De otra manera no es posible comprender que personas que evidencian niveles culturales bajos, escasez de recursos económicos, abandono social, etc. se alcen en armas defendiendo a un presidente que hizo uso, y lo hace hasta ahora, de sus situaciones de extrema necesidad para conformar una portátil que termina comportándose de manera abyecta e insensible frente al dolor de sus semejantes, repitiendo consignas y dejándose llevar de las narices hacia el descrédito nacional. Me pregunto si Vladimiro Montesinos habrá imaginado en sus mejores sueños que el poder residual de su bien estudiada campaña de manipulación, embrutecimiento y compra de conciencias iba a ser tan fuerte.

¿Cómo se explica que en un país donde nadie es capaz de regalar uniformes para un equipo de fútbol de barrio, haya decenas de señoras vestidas con polos naranja, gorras naranja, paneles naranja, banderas, etc.? ¿Cuánto gana una señora de 50 años por prestarse a este infructuoso teatro, que se inscribe en las clásicas tácticas psico-sociales del Doc? ¿Quién paga el desayuno de ese niño de 10 años que aparece en las cámaras del Canal 4 cantando el mamotreto ese que compuso Carlos Raffo?

Todo este despliegue económico debería dejar en claro la naturaleza delincuencial del oncenio fujimorista, sin embargo todo este apoyo incondicional proviene, a nuestro entender, del engaño y la desinformación en algunos y de la conveniencia por conseguir un beneficio en otros, por mínimo que este sea. La pérdida de la dignidad a cambio de una dádiva de cientos de familias que anteponen la solución de sus urgencias más elementales a la construcción de una sociedad justa, que privilegie la honestidad y la solidaridad.

Independientemente de los giros que pueda tener el proceso judicial, habida cuenta de las diversas estrategias que el abogado César Nakazaki ya comenzó a desplegar (apelaciones en segunda instancia, aplicación de beneficios penitenciarios, cálculos sobre la base del tiempo que ya tiene en prisión, etc.), la sentencia de 25 años constituye una reivindicación de la administración de justicia en el Perú, tradicionalmente asociada a fallos discutibles y un precedente para que todos aquellos que quieran aprovecharse del poder para salirse con la suya y permanecer impunes, lo piensen dos veces antes de hacerlo.