jueves, 19 de marzo de 2009

MAESTROS DE LAS CUATRO CUERDAS II: STEVE HARRIS

En la amplia y variada historia del rock hay músicos que son indispensables dentro de un grupo. No importa que sea una banda estable en su formación o que por el contrario, sea uno de esos combos caracterizados por nunca tener una alineación fija, siempre hay un músico sin cuya presencia es imposible continuar.

Cuando Freddie Mercury falleció, Queen dejó de existir, y aunque Paul Rodgers lo hace bien, el espíritu de la reina se fue a la tumba con su cantante, pianista y líder natural. Del mismo modo ocurrió con The Doors o Led Zeppelin, pues las desapariciones de Jim Morrison y John Bonham fueron irreemplazables. En el caso de Genesis, la salida de Peter Gabriel significó la muerte de la banda y el nacimiento de otra, totalmente distinta pero con el mismo nombre. Y para tomar un caso actual, si el baterista de Coldplay falleciera o simplemente decidiera retirarse del quinteto inglés, este continuaría su carrera sin lugar a dudas, pero si eso sucediera con Chris Martin, Coldplay llegaría a su fin. Porque Coldplay es Chris Martin.

Como en los casos mencionados, Steve Harris es Iron Maiden. Durante sus 35 años de vida, la banda ha tenido dos bateristas, tres vocalistas y cuatro guitarristas pero siempre en el centro se ha mantenido, como columna vertebral, el cerebro detrás de cada idea desarrollada por el ahora sexteto, pionero y punta de lanza de la llamada Nueva Ola del Heavy Metal Británico (NWOBHM por sus siglas en inglés).


Tema Transylvania, alucinante instrumental del primer álbum, titulado Iron Maiden (1980)

Stephen Percy Harris tiene en la actualidad 53 años y su vitalidad sobre el escenario sorprende a propios y extraños. En cada concierto de la banda, Steve corre, salta, canta a gritos sin micrófono y recorre de punta a punta el escenario mientras lleva el peso, junto al metrónomo de los tambores de Nicko McBrain, de la vertiginosa música de Iron Maiden, que en su gran mayoría es compuesta, arreglada y producida por él.

Fundador y líder indiscutido del grupo, Harris maneja prácticamente todos los aspectos del desarrollo musical de la banda, y según los entendidos, con mano firme y dictatorial. Pero no es que se trate de un tirano. A decir verdad, Steve Harris posee el sino del perfeccionista, del jefe capaz de despedir a todos si no consiguen reflejar las visiones que extrae de su prodigiosa imaginación, producto de largas horas de estudio y de una amplia cultura histórica, mitológica y hasta bíblica, material que conforma el catálogo de letras de sus composiciones.

Sus relatos épicos y en algunos casos poéticos, se nutren de pasajes tanto reales como imaginarios. Por ejemplo The Trooper, clásico tema del cuarto álbum de Iron Maiden titulado Piece Of Mind (1983) está basado en la batalla de Balaclava, entre el ejército inglés y la armada rusa a orillas del Mar Negro (1854). Por otro lado, su personalidad en escena y su frenética forma de tocar el bajo lo convierten en uno de los personajes más carismáticos no solo del género del cuero negro, sino del rock en general.


The Trooper, clásica canción del catálogo Maiden, excelente videoclip (1983)
Harris, quien de niño quiso dedicarse al futbol profesional (llegó a jugar por el West Ham United durante su adolescencia) inició su carrera como músico a principios de los 70s como miembro de dos pequeñas bandas londinenses de poca trascendencia: Gypsy's Kiss y Smiler de la cual fue expulsado debido a que sus movimientos sobre las tarimas le quitaban protagonismo a los demás miembros. Entonces decidio formar su propio grupo y conformo en 1975 la primera versión de la "doncella de acero". El nombre de la banda proviene de un instrumento medieval de torturas que vio en una versión fílmica de The man in the iron mask de Alejandro Dumas.
Aunque en un principio el público se confundía ante su propuesta musical, inusitada y novedosa en comparacion con la violencia incontrolable de los grupos punk o los pesados riffs de bandas como Black Sabbath, poco a poco fue ganando una enorme legión de fanáticos y en poco tiempo, Iron Maiden se convirtió en un verdadero grupo de culto.

Además de las funciones ya descritas, Harris se encarga de los teclados, los arreglos, la producción y dirección de videos, tanto en vivo como en clips. Su estilo al tocar, conocido como "bajo galopante" es una especie de pulso acelerado que asemeja una estampida de caballos salvajes y en los últimos conciertos de la banda se le aprecia incluso realizando acordes completos, algo poco usual entre los bajistas de heavy metal.

Los conciertos de Iron Maiden están plagados de momentos claves, que producen algarabía en sus fans: desde las caracterizaciones del vocalista Bruce Dickinson hasta los cruces de guitarras, pasando por la impresionante puesta en escena que incluye recreaciones de lugares históricos, fuegos pirotécnicos y por supuesto, las apariciones de Eddie, la mascota de la banda. Pero uno de los momentos más característicos y esperados es cuando Steve Harris se ubica delante del público y dispara ráfagas de notas desde su bajo Fender, como si de una ametralladora se tratara. Y el público responde a este ataque con alaridos de agradecimiento y emoción. Bienvenido Harris The Great.


Iron Maiden en pleno, tocando Hallowed be thy name (en vivo, Rock in Rio, 2005)

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy buen post, entretenido, interesante, con videos de la mejor banda del mundo, lo tiene todo xD