domingo, 16 de diciembre de 2007

HOMENAJE A PEDRO INFANTE


Este año que ya casi termina, se cumplieron 50 de la muerte de uno de los ídolos más importantes de México y América Latina: Pedro Infante. Figura máxima de la Época de Oro del Cine Mexicano, fue recordado con honores por ese pueblo al cual representó, al cual le cantó con su melodiosa y cálida voz, al cual hizo reír y llorar con sus personajes, todos ellos reivindicaciones de la humildad, la bonhomía y el valor del ser humano sencillo y no por eso menos digno. En esta su segunda colaboración con el blog, el camarada freak Alfonso González Vigil hace una pequeña "enfermérides" acerca del charro más representativo de todos los tiempos. Gracias Alfonso...

"Una leyenda imperecedera
por Alfonso González Vigil

En esta ocasión quisiera detenerme en una de las tantas efemérides que se recordaron sentidamente en el presente año que se nos va.

Pedro Infante (1917-1957), conocido como “el ídolo de Guamúchil” y que destacó en el rubro de la actuación y el canto; formó parte de la Época de Oro del Cine Mexicano y murió a causa de un accidente aéreo a la edad de 39 años. Una de sus aficiones era la de volar y, quién diría, aquella fascinación le costó la vida.

El domingo 15 de abril de 2007 se conmemoró su cincuenta aniversario luctuoso. Actuó en más de 60 films y grabó aproximadamente 431 canciones. En lo referente al Pedro actor, debo manifestar que derrochaba simpatía y carisma. Asumió el rol de galán en varias oportunidades; pero no se limitó a cumplir sólo esa función en el séptimo arte, se trazó la meta de componer diversos papeles y por ello consiguió ser prolífico en su filmografía. Interpretó a militares, curas, mujeriegos, charros, a un vagabundo, a un boxeador, al indio Juan Diego, etc. Ismael Rodríguez fue uno de los directores con quien más laboró, alguna vez Rodríguez afirmó que él no era responsable del profesionalismo de Infante y lo resumía en la siguiente declaración: “Yo no hice a Pedro Infante; él se hizo con los personajes que yo le encontré, ellos hicieron a Pedro”. Aparte de su simpatía, también debemos señalar que sus dotes histriónicas eran producto de la naturalidad, por lo que se le reconoció siempre como un artista intuitivo. Las clases populares mexicanas lo adoptaron a la manera de un héroe urbano o como sobreviviente de la clase trabajadora.

Sus grabaciones originales, concebidas en discos de vinilo de 78 rpm y editadas siempre por el sello Peerless, constituyen uno de los compendios más logrados del cancionero popular mexicano de la llamada Época de Oro. Boleros, rancheras, corridos, valses y canciones para niños que han sido inmortalizadas por la cálida voz de este genuino ídolo del pueblo. Actualmente son innumerables las recopilaciones en formato digital de este clásico definitivo de la música en nuestro idioma, entre las cuales la más lograda quizás sea la colección de 5 CDs “Mis 125 éxitos”, lanzada por el sello Warner hace ya algunos años. Dentro de las cientos de canciones interpretadas por Pedro, podemos rescatar: “Amorcito corazón” (composición de Manuel Esperón), “Historia de un amor”, “Maldita sea mi suerte”, “¿Qué te ha dado esa mujer?”, “Angelitos negros”, “Bésame mucho” y mi preferida, “Flor sin retoño”.

Compartió escena con las principales divas del cine charro : María Félix, Sara García, Libertad Lamarque, Marga López, Silvia Pinal, Irma Dorantes, Carmen Sevilla, Silvia Derbez, Katy Jurado y Sarita Montiel. Asimismo trabajó al lado de señores de la talla de Fernando Soler, Jorge Negrete, Luis Aguilar, Antonio Aguilar (también fallecido este año), Joaquín Cordero, entre otros. Entre los títulos más reconocidos de su extensa filmografía podemos mencionar: “Los tres García” (1946), “Vuelven los García” (1946), “Nosotros los pobres” (1947), “Ustedes los ricos” (1948), “Angelitos negros” (1948), “Los tres huastecos” (1948, ahí interpretó tres personajes distintos), “La oveja negra” (1949), “No desearás a la mujer de tu hijo” (1949), “El seminarista” (1949), “A toda máquina” (1951), “Dos tipos de cuidado” (1952), “Pepe el toro” (1952), “El mil amores” (1954) y “Tizoc” (1956, gracias a ella ganó en el Festival de Berlín el Oso de Plata a la mejor actuación).
Pedro El Grande (así lo denominan sus fans) vino al Perú en la década del cincuenta y el periodista Eloy Jáuregui rememora que se presentó en una serie de cines de la capital, entre ellos el Primavera de Surquillo. Además en una sabrosa crónica Jáuregui sentencia: “Infante triunfó aquella noche en Surquillo y todas mis hermanas quedaron embarazadas con su recuerdo”. Unos meses después de esa visita, Pedro falleció. Mi padre me contó que en su casa de la calle del Quemado sus hermanos y demás familiares lloraron la muerte del ídolo. La noticia se difundió rápidamente y un mito acababa de nacer."
Hasta la próxima...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Que buen inmemorian a un Gran Idolo, tengo casi todas su peliculas son un gran admirador de este gran hombre, estuvo por surquillo ? no lo sabia, se que vino a peru se hospedo en el hotel bolivar y canto y encanto con su musica y ocurrencias en diferentes teatros de barrios altos y lima cercado, Saben si hay algun grupo de personas que se reunen a escuchar su mucsica, a ver sus peliculas., remembrar todo del Perico ?? comuniquense conmigo..se lo agradesco de antemano....
Roberto, desde Lima Peru
r_lima_b@hotmail.com