viernes, 16 de noviembre de 2007

LAS TIENDAS DE DISCOS (parte 1)


Una vez, hace muchos años, la mujer de mi vida me contó que había leído una entrevista de Elton John en la que aseguraba que de no haber sido músico, su máxima aspiración habría sido trabajar en una tienda de discos. Evidentemente, lo que el famoso cantante, pianista y compositor quiso dar a entender es que vivir rodeado de discos, para un amante de la música, es algo parecido al paraíso. Lamentablemente en nuestro país eso está muy lejos de parecerse a ese ideal.

Desde mediados de los 90s, con la llegada de la tecnología digital y el boom de los establecimientos de servicios, centros comerciales y supermercados, trabajar en una tienda de discos se convirtió en una especie de condena, un sub-empleo que contaba, y cuenta, con la pasiva complicidad de enormes cantidades de jóvenes que, atraídos por la posibilidad de estar en contacto permanente con la música que les gusta (además de la necesidad de trabajar), terminan aceptando condiciones laborales en empresas con horarios asfixiantes, sueldos ínfimos, tratos desconsiderados y una serie de desordenes que impiden el desarrollo personal, que anulan la vida social, que no ofrecen línea de carrera, etc...

El disco (de carbón en los años 30s, de vinilo entre los 40s y 80s, los CDs actuales) como producto, siempre causó fascinación porque combinaba dos aspectos marcadamente diferentes, pero complementarios para efectos del desarrollo de la industria discográfica: la música como expresión artística y el soporte en el que venía almacenada, un objeto concreto, manufacturado, producido en serie. El valor de un disco no sólo estaba determinado por la obra de arte que contenía sino también por cómo venía presentada. Hoy en día, que las expresiones musicales son cada vez más en cantidad y en diversidad y que conceptos como valor artístico, calidad musical, trascendencia, moda, fama, comercialidad, etc. se han relativizado y entremezclado hasta más no poder, la oferta de productos musicales es inmensa y a primera vista, da la impresión de ser un negocio realmente fascinante, tanto para empresarios como para trabajadores. Y lo es, por supuesto que sí. No en nuestro país.

Pero ¿por qué digo eso? ¿de dónde saco esa conclusión? El negocio de la música involucra - como en la descripción que hice del disco - dos aspectos a menudo contrapuestos: a) la subjetividad que tiene que ver con la naturaleza artística de la actividad musical, sea cual sea su género o procedencia y b) la objetividad que rige en todo negocio comercial y sus variables, tales como tendencias, modas, atractivos, proyecciones, estrategias de marketing, etc...

Por ende, así como lo ideal para un estudio legal es estar manejado por abogados, para un medio de comunicación estar al mando de un comunicador/periodista, para un hospital ser dirigido por un doctor en medicina o para un restaurante tener como jefe a un maestro de cocina; para una tienda de discos lo ideal es contar con la dirección de personas que además de dominar el campo de los negocios, y que - atendiendo a las tendencias actuales - posean dotes de facilitadores, tengan una sensibilidad y una pasión especial, fuera del promedio, por la música.

Lamentablemente eso no ocurre. Cuando no existe una combinación equilibrada de ambos aspectos, se produce la desnaturalización del negocio en cuestión y se comienza a distribuir mal las prioridades, convirtiendo a un negocio como el de la venta de música, tan rico en matices y en posibilidades de desarrollo tanto comerciales como culturales, en un simple y llano puesto de mercado. En un mundo laboral como el nuestro, tan carente de oportunidades, en el cual el 80% de empresas que ofrecen empleo son informales o que siendo formales, viven obsesionadas con optimizar sus ganancias invirtiendo lo menos posible, lo cual los lleva a no poner énfasis en importantes aspectos como la capacitación del personal con el que cuentan, o de exigir características en el personal nuevo que captan que los obligaría a ofrecer sueldos más altos, los empresarios peruanos dedicados a la venta de música de los últimos 15 años han mantenido sus tiendas sobre la base de una dinámica bastante pobre, sin llegar nunca a posicionarse como establecimientos comerciales ligados al mundo del arte, de la cultura, del entretenimiento.

Los empresarios actuales de nuestras tiendas de discos no responden necesariamente al perfil del empresario moderno, que podríamos ejemplificar con la figura de Gastón Acurio y sus constantes manifestaciones de respeto por sus públicos (interno y externo) y que posee una visión integral, humanista, de lo que una empresa debe hacer para tener un desarrollo homogéneo y exitoso. Constituyen más bien una suerte de jefes gamonales, con los ojos siempre puestos en cuánto van a recibir y cuánto se van a ahorrar, que miden su éxito única y exclusivamente en su capacidad de ventas mas no en su impacto social como rubro que atrae a fuerza de trabajo joven, debido a la naturaleza de los productos que vende.

Esto puede verse, por ejemplo, en la concentración de beneficios que obtienen los dueños - siempre en aumento en algunos casos - frente a las estáticas condiciones laborales del personal de las tiendas, sin importar ni su producción, ni sus capacidades individuales, ni sus años de experiencia. Por ejemplo en la actualidad, aproximadamente un 80% de las personas que trabajan vendiendo discos en las tres únicas empresas legales que quedan (Phantom, Two Music y Via Music) provienen de Discocentro, empresa emblemática de tiendas de música, que "quebró" en 2003 y que fue la principal cadena musical de Lima durante más de 40 años.

Sin embargo, y a pesar de los cambios que ha experimentado la industria discográfica y los lazos cada vez más cercanos que tiene con los medios de comunicación, actividades artísticas y culturales, etc. (que dicho sea de paso, siempre los ha tenido), muchas de estas personas se encuentran realizando las mismas labores que realizaban cuando empezaron a trabajar en Discocentro (esta última generación de vendedores de discos comenzó a trabajar en Discocentro a mediados y fines de los 90s, casi todos en sus primeros veintes). Es complicado detallar en espacios cortos los motivos de esta situación por la cantidad de matices que tiene, tanto en lo que respecta a actitudes empresariales (desde las épocas de Discocentro) como a las propias dificultades de los trabajadores, de manera que poco a poco trataré de ir desenredando esos asuntos. Hasta la próxima...

14 comentarios:

javier dijo...

Cuando empece trabajar en la vente de discos mi conocimiento de música era poco o casi nada, mis conocimientos solo se basaban en ranking anuales de conocidas radios locales lease “mas mas” o lo “mejor de lo mejor”. Al entrar a este mundo de la venta de discos entendi que la musica es mas de lo que una radio podía entregarte .Fue asi que en mis largas horas laborales les dije: “mucho gusto en conocerte………………a Caetano Veloso, Arturo Sandoval , Bebo Valdes, Andre Rieu, Yo Yoma etc. etc. por mencionar a algunos grandes de la música cada cual en su genero que para mi eran hasta ese momento desconocidos, pero al final tuve que hacer reverencias ante sus obras de arte, mis conocimientos en música fueron creciendo también gracias a que tuve la suerte de trabajar con grandes conocedores que esta el dia de hoy siguen trabajando en phantom music y es que trabajar en la venta de música tiene UN ENCANTO que a veces no logro entender por que a pesar de las horas esclavizadas a pesar de lo mal remunerado que pueda ser y a pesar de los empresarios desconsiderados uno siempre vuelve alo mismo.digo esto por que cuando la ya liquidada disco centro dejo en la calle ala totalidad de trabajadores aparecio phantom music a reclutar a ex disco centro y creo hoy sin equivocarme tienen el 80 % de su personal que salio de esa empresa, entonces a pesar de lo difícil que es trabajar en una tienda de discos uno siempre esta ahí
Para mi en esta vida trabajar en una tienda de discos fue algo si como: TE ODIO MI AMOR

Saludos
El trucha

Anónimo dijo...

Uno de los aspectos más llamativos de este mundillo tiene que ver con eso:

Mucha gente termina auto-capacitándose por el día a día, y entra en contacto con el amplio, rico y complejo mundo de la música, pero este aprendizaje siempre termina siendo a consecuencia de la inercia y la convivencia laboral obligatoria, ya sea con los discos mismos o con otras personas con conocimientos amplios sobre el tema, en muchos casos adquiridos de la misma forma.

Este aprendizaje nunca ha sido dirigido o liderado por los empresarios, que de alguna forma se han malacostumbrado a que sus trabajadores "aprendan" solos (lo cual desde ya produce limitaciones y no viene acompañado por una mejora integral de las personas)y terminen estando muchísimo más enterados y conectados con la naturaleza del arte musical que los mismos dueños, a menudo incapaces de captar los aspectos subjetivos de la industria, de las preferencias del público, de las tendencias, las modas, etc...

Gracias por leer y comentar...

rictineo dijo...

Al margen de todo lo leído (soy absolutamente neófito y me limito a disfrutar el diálogo entre 02 melómanos que compartieron el mismo vía crucis de las malas condiciones laborales en el país)debo hacer un odioso comentario optimista en el sentido que "de lo peor que uno experimente hay que sacar lo bueno" ... el alimento recibido por sus oídos y el interés que despertó en ustedes la historia de la música, el contexto en que se produjo, la trayectoria personal y profesional de sus ejecutantes y compositores, así como la capacidad de percibir con más facilidad que el promedio la música buena de la música mala, todo eso, es un balance favorable de su paso por el purgatorio de la venta de discos...eso no convierte en buenas personas a la patronal, pero lo bailado por ustedes nadie se los quitará..
saludos y felicidades hermano por esta nueva etapa de tu vida, y nunca te desvincules de tu herencia musical.
Ricardo

Anónimo dijo...

Bueno... es un tema complejo y en todo caso, quizás está mal que yo lo diga pero quienes me conocen desde niño saben que mi conexión con la música fue siempre anterior al hecho de trabajar en una tienda de discos (un caso que se da mucho por lo demás), por lo cual desde luego hubo una ganancia inmensa y subjetiva... precisamente a eso apunto con este tema - que pienso desarrollar más - a que muchas veces, esa ganancia tiene que ver con la casualidad pero no es algo que persigan los dueños, motivo por el cual anulan - quizás por ignorancia, quizás por desidia - algo que probablemente sea lo único bueno dentro de la configuración actual del trabajo en tiendas de discos en nuestra ciudad: escuchar de todo, aprender y volverse experto... hay quienes empezaron sin saber nada y terminaron siendo conocedores, hay quienes aumentaron los conocimientos que ya poseían... ninguno de los dos casos figura dentro de las inexistentes políticas de desarrollo de personal de los dueños a los que me refiero (claro, no es bueno generalizar, hay algunos que quizás quisieran hacerlo pero no pueden...) de eso se trata... saludos y gracias por entar...

rictineo dijo...

esa última frase es chévere, pero imagino que muy pocos directivos - en todos los sectores - tienen interés, capacidad o intención de implementar una POLITICA DE DESARROLLO DEL PERSONAL...sólo miremos a nuestro alrededor,... mas bien cuando haya más interés, capacidad e intención, seguidos estos tres aspectos de la acción concreta, las cosas empezarán a mejorar, y esa mejora no sólo será estadística, sino que será perceptible a simple vista.
saludos
Ricardo

Anónimo dijo...

Definitivamente ese es un problema de todos los sectores... precisamente por eso es que no hay solución a la vista... todo este desorden es tan aceptado como "normal" que hablar de políticas de desarrollo de personal - que a pesar de todo, algunas cuantas empresas sí implementan - termina siendo algo impensable para la mayoría... además hay algo que es peor: esa utópica y "chévere" política de desarrollo (de) personal habría que aplicársela en primer lugar, a los dueños de las empresas, para que después ellos la puedan aplicar a quienes dependen de ellos... en fin, me estoy desviando, ya después sigo... saludosss...

luis castro dijo...

pues la verdad que si...hace pocos meses descubri que trabajar en una tienda de discos aqui era solo una antigua fantasia mia que no se parecia mucho a la realidad. Justamente estoy de acuerdo con todo lo que dices: sueldo infimo, una sensacion de que el empleado es la ultima rueda del coche, etc etc...pero sigo afanoso en abrirme un lugar dentro de cualquier cosa que tenga que ver con la musica (ya no creo que ventas).

saludos y un abrazo
Luis.

Anónimo dijo...

Hola Luis... gracias por leer y comentar... yo trabajé diez años en diferentes tiendas de discos y es un mundo fascinante... cuando uno realmente disfruta escuchando y conversando música es bueno... pero lamentablemente los dueños siempre son los menos identificados con la onda... ahora resulta que se llevan de paseo a la selva a sus allegados - sus "amigos" - para después seguirles dando con palo... cuando hay necesidad se suelen aceptar cosas indignas... en fin... ¿en qué tienda trabajaste? saludos y gracias de nuevo...

luis castro dijo...

hola Jorge Luis, he visto que has respondido mi comentario, he regresado a este blog de mucho tiempo. Bueno yo trabaje solo 1 mes en Phantom Music, en diciembre por campaña navideña y estoy en otras cosas ahora, tengo un blog un poco descuidado pero una pagina web que siempre actualizo en donde publico mi listado personal de canciones semanal: www.todamimusica.galeon.com
Cualquier cosa: cjc1979@gmail.com
La musica es mi vida, escribo comentarios, colecciono desde niño y creo que tengo que desarrollarme en eso. Tu trabajaste 10 años en tiendas de discos...que estas haciendo ahora? Algo relacionado o absolutamente diferente?

Saludos!
Luis Castro

Anónimo dijo...

Hola... te agradezco que ingreses a este blog y que comentes en él... en todo caso, tuviste suerte de salir de Phantom antes que eso te absorbiera tanto que dejaras pasar las injusticias que allí se cometen por la necesidad de trabajar y el placer de trabajar escuchando música... en fin. Ahora estoy en otra cosa, pero la música sigue siendo mi combustible, de otra forma la vida no sería igual... saludos y gracias otra vez...

luis castro dijo...

si pues la verdad acepte el trabajo principalmente por el hecho de que se trataba de la musica, (claro necesitaba el dinero) lo cual me facilito todo ya que en un par de dias conocia la tienda como si hubiera estado meses, eso es lo bueno de estar relacionado con algo y considerarlo tan parte de ti, me dio penita dejarlo cuando termino la campaña, sin embargo fue un alivio a la vez porque no tenia vida alguna aparte de ese trabajo, 12 horas diarias de lunes a domingo con un dia libre entre semana o sea como te explico!?!!
bueno tiempo despues me llamaron para regresar pero tuve que decir no a lo mismo otra vez...

Anónimo dijo...

Alguno de ustedes trabajo en Phantom Music de Plaza San Miguel entre 2008 y 2012 ?

Jorge Luis dijo...

Hola... tengo por política no contestar "Anónimos", de todas formas gracias por comentar y por el interés... No trabajo en discos desde el año 2006 ¿por qué la pregunta?

Saludosss

Unknown dijo...

Que tal flaco como vas; bueno tu blog lo estoy leyendo recien hoy porque el dia de mañana tengo una entrevista para phantom y lo encontre buscando experiencias laborales o sueldos; pero muy aparte de todo eso queria saber como es el ambiente. Yo escucho mucha musica desde muy joven y siempre senti esa sensacion de tratar de experimentar lo que es realmente trabajar en una tienda de discos. Para serte sincero ya algo me intuia que este rubro no era muy valorado, pero necesitaba comprobarlo no?... Aun asi a pesar de lo negativo que se puede leer siento esa curiosidad..