sábado, 29 de diciembre de 2007

SE ACABÓ EL 2007...


Aunque en el post anterior dejé entrever que ya no escribiría nada hasta el próximo año - osea hasta dentro de tres días - no podía dejar de ejercer el derecho a mi sesión de catarsis findeañera... este 2007 se ha pasado rapidísimo (da la impresión de que cada año dura menos... ¿no?). En términos personales, debo decir que no estoy muy conforme con las cosas que me han pasado (el cambio de trabajo no entra al recuento porque fue prácticamente al final del año). Por otro lado, los últimos doce meses han sido particularmente intensos en cuanto a acontecimientos, noticias y dando una mirada ligera - "a ojo de buen cubero", prometo un post sobre esta conocida expresión - creo que la algarabía de las celebraciones serán coherentes si se deben única y exclusivamente al deseo generalizado de que el año que viene sea, efectivamente, mejor que el que se va, porque francamente no veo muchas razones para decir que el 2007 fue un buen año...

No dispongo del tiempo ni de las ganas de hacer un recuento pormenorizado de qué cosas pasaron cada mes, como seguro lo harán gran cantidad de colegas (periodistas y bloggers) pero mencionaré sólo aquellas que me vengan a la memoria en este momento aciago (así hago algo...). Ojo, el presente listado no responde en modo alguno a ningún orden cronológico ni de importancia o preferencias personales... es un simple ejercicio de memoria... So riesgo de ser considerado un "Don Pésimo" aquí va mi pequeña lista de hechos notables - y lamentables - del 2007:

- El asesinato de Benazir Bhutto, valiente mujer pakistaní que estaba próxima a convertirse en autoridad de su país. Imperturbable ante las amenazas, decidió quedarse y murió en pie, víctima del extremismo y la intolerancia...

- La firma del TLC que alegra a un magro 25% de peruanos, entre los cuales se encuentra, cómo no, el gran humanista José Chlimper, representante nacional de la novísima corriente filosófica del cinismo mediático, cuyo principal axioma es "maldiga primero y pida disculpas públicas a través de un medio de comunicación"...

- La relativización y reducción de frases como "¿Por qué no te callas?" del Rey Juan Carlos de España o "Soy inocente" de Alberto Fujimori a simplones ringtones para teléfono en lugar de servir de piedra de toque para comprender aspectos como la absurda existencia del sistema monárquico y todas las potestades que da o el insólito nivel de cinismo que, en nombre de esa abstracción llamada "estado de derecho", tenemos que aguantar los peruanos...

- La desapercibida muerte de genios de la música como el compositor alemán de música experimental Karl Heinz Stockhausen, el tecladista de jazz-rock Joe Zawinul, el pianista de jazz Oscar Peterson, el saxofonista Michael Brecker, entre otros. En contraposición, la fama infame de un ser humano tan decadente como Deyvis Orozco, capaz de cimentar su "carrera musical" sobre los huesos de su padre, trágicamente fallecido en carreteras argentinas...

- Las revelaciones de la frivolidad e irresponsabilidad del seleccionado peruano de football en su conjunto, que constituye un resumen a pequeña escala de todos los vicios de nuestra atolondrada, ignorante y autocomplaciente sociedad. En esta frivolidad no sólo cae todo el entramado del julbo (jugadores, entrenadores, dirigentes, prensa deportiva, etc.) sino también gobernantes, periodistas destacados y comediantes, todos aceptando y ayudando a la relativización de algo que debería quedar borrado de cualquier medio masivo...

- El terrible terremoto de agosto que sacudió no sólo a Pisco y alrededores, sino a todo el Perú con las demostraciones de carroñería, ineptitud y oportunismo (ladronzuelos, gobierno, Laura Bozzo respectivamente)...

- La antipática actitud de Gianmarco, alabada por todos los mandilones de siempre, que hizo de todo para que le dieran la Orden del Sol y hasta ahora no hay evidencias de que el dinero recaudado haya llegado a donde debía llegar... además en cada concierto que hizo se las arregló para meterse en las canciones de sus invitados (desde el espectacular Juan Diego Florez hasta los enormes Juan Luis Guerra y Alejandro Fernández)...

- La atosigante publicidad de Claro (llegué a contar hasta tres comerciales distintos en la misma tanda comercial) en la cual, dicho sea de paso, también aparece Gianmarco...

- Y un larguísimo etcétera, etcétera, etcétera...

* NOTA: También hubo cosas buenas: la elección de Machu Picchu como una de las maravillas del mundo moderno, la extradición de Fujimori, la solidaridad de los peruanos de a pie con los damnificados del sur, los conciertos de Roger Waters, Björk, Toto, Serrat-Sabina y Soda Stereo, la visita de John Stiglitz, la sub-17, y si me olvido de alguna (buena o mala), hágamenlo saber...

Feliz Año Nuevo!!!

sábado, 22 de diciembre de 2007

FELIZ NAVIDAD


Faltan dos días para la Navidad... antes que se me pase, quiero desearles a todas y cada una de las personas que, conociéndome o no, leen este blog, que pasen muy bonitas fiestas junto a sus familiares, amigos, parejas, etc... y que por encima de cualquier clase de parámetro - ser muy creyente o no, ser católico o no, ser indiferente o no, tener demasiados problemas, no tener regalos, etc... no dejen de dedicarle unos minutos a la reflexión...


No a la de los golpes en el pecho y los balances autocomplacientes de lo que pasó y lo que no pasó durante el año, sino a la simple y llana evaluación de cuán bien nos sentimos con nosotros mismos y con lo que generamos a nuestro alrededor... sea cual sea el resultado, lo importante es reconocer y aceptar las cosas como vienen y saber afrontar cada momento con sinceridad, con respeto por los demás y sobre todo, sin dejar de tener en cuenta que después de todo, estamos vivos y mientras eso sea así, nada puede ser tan malo ni tan bueno como para cegarnos del todo... saludos a todos y hasta el próximo año...


Salud!!!

DIEZ COSAS QUE LE PEDIRÍA A PAPÁ NOEL (si existiera)


La Navidad es reflexión, es compartir buenos sentimientos con la familia y los seres queridos (amigos, pareja, compañeros de trabajo) sobre la base de la esperanza que nos trae el cumpleaños de Jesús. Pero también es juego, ilusión infantil, alegría y buen ánimo (de eso se trata el espíritu navideño). Cuestiones como el tráfico, las compras, los excesos publicitarios, etc., conspiran para hacernos perder la noción de lo que realmente importa. En medio de eso, quiero hacer uso de "ese niño que todos llevamos dentro" para elaborar una lista de regalos y buenos deseos para el 2008 y pasársela vía blog al inexistente Papá Noel. Dicen que soñar no cuesta nada y que la fe mueve montañas (creo en ambas cosas por si acaso), así que allá va:

1. Que la palabra "cholo" deje de ser un insulto y se convierta en un orgullo nacional...
2. Que el 25% de empresarios, políticos y pensadores "exitosos" que llenan las CADE todos los años entiendan que el Perú no termina en la puerta de salida de sus oficinas...
3. Que el 75% restante entienda que ser pobre no debe ser sinónimo de desorden e informalidad...
4. Que desaparezca la criollada, la vulgaridad de la televisión, la falta de solidaridad, los claxons...
5. Que cancelen el programa Así es la Vida de una vez...
6. Que el 1 de enero de 2008, Carlos Raffo se despierte y descubra que, de un momento a otro, se volvió mudo...
7. Que el football peruano sea desafiliado de la FIFA...
8. Que deje de sonar el reggaetón...
9. Que la gira Zappa Plays Zappa venga a tocar a Lima...
10. Que me vuelva a querer y me diga que sí...

Hasta la próxima... JO JO JO !!!

viernes, 21 de diciembre de 2007

WILFREDO ARDITO: "LA FIESTA DE LA NUEVA FE"


Como preámbulo a la Navidad quisiera compartir con ustedes este interesante artículo del abogado - en mi post anterior dije periodista, perdón por la errata - Wilfredo Ardito Vega, miembro del IDL y Jefe del Área de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de APRODEH (Asociación Pro Derechos Humanos), que aparece en un link de la página web de esta institución llamado "Reflexiones Peruanas". Asimismo, algunos artículos suyos son publicados de cuando en vez en el portal de Agencia Peru (http://www.agenciaperu.tv/), sí, la de La Ventana Indiscreta. "La fiesta de la nueva fe" nos invita a reconocer la equivocada forma de entender la Navidad en la actualidad... a reflexionar:

"LA FIESTA DE LA NUEVA FE
Wilfredo Ardito Vega


Las transnacionales también se equivocan. Hace unas semanas, en el óvalo de la Universidad de Lima, la empresa Nestlé instaló, a manera de árbol de Navidad, un gigantesco cono verde, del cual colgaban latas de leche, chocolates y helados, así como enormes bolsas de comida para perros. Muchos vecinos de Surco y La Molina protestaron por la profanación del espíritu navideño y Nestlé debió retirar sus productos y reemplazarlos por unas bolas azules.

Sin embargo, su desatinado cono me parecía a mí una excelente muestra del actual “espíritu navideño”, que tiene tan poca relación con la Navidad o con el espíritu.

Frente a quienes sostienen que la sociedad peruana está cada vez más secularizada, yo plantearía más bien que en los últimos años se viene experimentando una masiva conversión religiosa: la exitosa nueva fe es el consumismo, con sus propias fiestas de guardar (el Día del Niño es una de las últimas en establecerse), imágenes y animales sagrados. Tiene también numerosos centros de peregrinación, desde Gamarra hasta los modernos centros comerciales, donde los devotos pueden cumplir sus obligaciones rituales.

Mientras algunas iglesias evangélicas solicitan el diezmo a sus fieles, el consumismo consigue extraerles hasta el dinero que no tienen. Resulta curioso que, las mismas empresas que hace algunos años amenazaban o sobornaban a los dirigentes sindicales incómodos, ahora, para neutralizarlos, les ofrecen pagarles sus deudas con Ripley o Saga Falabella.

La religión consumista tiene la habilidad de no oponerse al cristianismo de manera abierta, sino de aprovechar sus celebraciones. La “campaña navideña” se ha vuelto así más visible que los austeros rituales del Adviento y se ha logrado convencer a muchos cristianos que las ofertas, los regalos y las aglomeraciones son parte de la Navidad. La Nochebuena, en que supuestamente se recuerda el nacimiento de un niño pobre, se ha vuelto una ocasión para cenar hasta el exceso. San Nicolás, un obispo que pregonaba la solidaridad con los necesitados, ha sido deformado para convertirlo en Papá Noel, cuya función es enseñar a los niños a anhelar regalos.

Paulatinamente, la mayoría de tradicionales símbolos cristianos van siendo desplazados por los símbolos del consumismo: renos, trineos, duendes, gorros rojos, nieve, todos elementos ajenos al clima veraniego que existe en diciembre en gran parte del Perú.

A esta religión no le hacen falta impartir clases de catecismo: sus mejores predicadores son los medios de comunicación, gracias a los cuales, miles de pequeños devotos exigen juguetes, marcas, tamaños y colores. Mientras los estresados padres intentan complacerlos, quizás recuerden cuando eran niños y se limitaban a esperar ingenuamente alguna sorpresa.

Las imágenes oficiales de felicidad familiar que ofrece el consumismo generan también a muchos niños frustración e inclusive sentimientos de culpa, porque sus padres se han separado o alguno ha tenido que migrar al extranjero.

La deformación de la Navidad por el consumismo es más chocante en el Perú que en otros países, puesto que coexiste con tanta pobreza o, inclusive, con la explotación: en algunas instituciones públicas, quienes deben colocar los ostentosos adornos navideños son las personas que reciben los peores sueldos o están confinados por años a la condición de SNP.

Este también es el tiempo en que algunas personas bienintencionadas organizan para los niños pobres chocolatadas y repartos de juguetes, a veces obligando a un sufrido individuo a sudar bajo el disfraz de Papá Noel. A mí me preocupa si estas actividades no afianzan en los supuestos beneficiarios sentimientos de mayor frustración. En todo caso ¿no sería preferible promover ayuda más solidaria y permanente como atención médica o nivelación educativa?

A pesar que para algunos economistas, el consumismo es el motor de la economía, yo creo que está muy lejos de generar una sociedad más justa y equitativa. Es más, ni siquiera creo que haga mejores o más felices a las personas. Sin embargo, tampoco creo que la conversión al consumismo sea un camino sin retorno.

Un miércoles por la tarde, hace cuatro meses, la tierra tembló y en un instante la nueva religión pasó al olvido. Los supermercados y los centros comerciales fueron abandonados en segundos por multitudes desesperadas. Las paredes de los edificios más nuevos se rajaban. Los celulares más lujosos no servían para comunicarse con los seres queridos. Volvieron los rezos, los rosarios, las invocaciones y en pocos días, como nunca se había visto, se manifestó una solidaridad sin precedentes hacia los damnificados.

Como sucedió durante esos días, también se puede vivir una Navidad libre del consumismo, aprovechando la oportunidad para expresar afecto a los demás y no necesariamente adquiriendo objetos. Podría, inclusive, ser una celebración más bien austera, sea pensando en la precariedad en que actualmente viven tantos compatriotas o en el recuerdo de cómo pasaron José, María y Jesús la primera Navidad... sin ninguno de los productos que colgaban del cono verde de Nestlé y sin bolas rojas, muñecos de nieve o tarjetas de crédito".

Hasta la próxima...

miércoles, 19 de diciembre de 2007

LOS VILLANCICOS


La Navidad está a la vuelta de la esquina. La avalancha de publicidad y el mantenimiento de una serie de "tradiciones" que más bien son distorsiones configuran el concepto de lo que significa la Nochebuena en el mundo moderno. Algunas de estas distorsiones han sido excelentemente descritas y desmenuzadas por el periodista Wilfredo Ardito en un artículo titulado "La fiesta de la nueva fe" que publicaré aquí como próximo post.

Pero entre todas esas cosas que se alejan tanto de lo que realmente significa la celebración de la Navidad, entendida como la celebración del nacimiento - en medio de una pobreza y una humildad que actualmente viven en carne propia cientos de miles de seres humanos - de Jesús (con toda la trascendencia histórico-religiosa que tiene ese acontecimiento), entre todas esas tradiciones que se confunden con las imposiciones del consumismo, los despilfarros y las incongruencias de una festividad netamente comercial, los Villancicos o Canciones de Navidad permanecen entre nosotros llenando el ambiente de una alegría infantil, esa ilusión que nos conecta con aquellas cosas inocentes cada vez más extraviadas en los pantanos farragosos en los que se encuentra sumergida nuestra sociedad.

Hay Villancicos en español y en inglés, en francés y en alemán, en quechua y en checo. Los hay en ritmo de rondas infantiles, en cumbia, en rock, en jazz y hasta en chill out. Cantados por niños, por dibujos animados, por Frank Sinatra, por Luis Miguel y un larguísimo etcétera - mientras Jaime Cuadra no haga un CD de Navidad todo está bien - pero ¿qué es un Villancico? Hasta hace poco yo hacía diferencias entre los Villancicos y las Canciones de Navidad. Me explico: cuando escuchaba a los niños del Coro del Colegio José Pardo de Chiclayo - gran parte de ellos deben ser ya unos abuelos - cantando Los peces en el río decía que era un Villancico pero cuando escuchaba a la orquesta de Ray Conniff tocar Winter wonderland decía que era una Canción de Navidad. Y argumentaba que el "villancico" provenía de España o de Latinoamérica mientras que los otros eran temas compuestos para la Navidad en algún otro país europeo o en los EE.UU, pero no se les podía llamar "villancicos". De hecho esa explicación no la inventé yo, sino que la escuché durante mi niñez en algún lugar. Pero la verdad es que estaba en un error tan grande como el espectacular árbol de Navidad que todos los años adorna el Rockefeller Center de Nueva York.

Si bien es cierto la palabra "villancico" sirve en la actualidad para denominar a todas aquellas melodías alusivas a la Navidad, ya sea desde el punto de vista estrictamente religioso (como las que hablan del nacimiento de Jesús, de Belén, de los Reyes Magos, etc...), desde las construcciones que se hacen a partir de ciertos símbolos relacionados a la Navidad (el árbol, el trineo de Papá Noel, los regalos) o desde la reflexión (la felicidad de la época, la unión, el clima, etc...) su origen no está necesariamente ligado a esta celebración católica cristiana...

Originalmente, el término "villancico" surge para denominar las canciones comunales entonadas por los "villanos" - ojo, no estoy hablando de los malvados personajes de una película o de una novela - es decir, los habitantes de las villas de la Europa medieval, y cuyos temas eran más bien de tipo contumbrista, celebratorio mas no necesariamente religioso. En España, antes de llamarse "villancicos" a estas canciones se les conocía como "villancetes" o "villancejos". Es en países como Alemania, Francia y Alemania que se comienzan a asociar las canciones de las villas a los temas religiosos y así fue como, poco a poco, el villancico se fue convirtiendo en lo que actualmente es, sinónimo de canciones alusivas a la Navidad.


En inglés, el término equivalente es "carol", un galicismo proveniente de "caroler", que en nuestro idioma refiere al acto de bailar en grupos organizados en círculos (como las "rondas" de los niños). Los carols, ciertamente más contemporáneos que los villancicos clásicos, tienen la particularidad de enfocar sus temas hacia aspectos más lúdicos y fantasiosos de algunos símbolos navideños, como por ejemplo la famosa canción Rudolph the red nose reindeer (Rudolph el reno de la nariz roja), popular composición basada en un cuento de Robert L. May escrito en 1939. Compuesta por Johnny Marks, cuñado de May, la historia encierra, además del mensaje navideño filtrado en los personajes, una enseñanza: Rudolph, el reno más pequeño del trineo de Santa Claus, es una especie de freak, un fenómeno cuya nariz tiene un intenso brillo rojo. Los demás renos se burlan de él pero Santa Claus lo reivindica poniéndolo al frente del trineo, para que lo guíe con su extraño talento en la oscura noche de Navidad.


Uno de los villancicos más populares y antiguos es Noche de Paz, cuyo título original es Stille nacht, heilige nacht y data de comienzos del siglo XIX. La letra fue compuesta por Joseph Mohr, párroco de un pequeño pueblo de Austria y la melodía, por Franz Gruber, profesor de música de la villa. Otro tema clásico del cancionero navideño es Joy to the world, basado en una de las partes del famoso oratorio El Mesías de George Friedrich Haendel. La lista de villancicos es larguísima así como la cantidad de versiones, instrumentales y cantadas, que existen de cada uno de ellos. Algunos de ellos se han convertido en verdaderos clásicos de la música a nivel mundial y están fuertemente internalizados en el imaginario colectivo como infaltables dentro de cualquier reunión navideña.
Es cierto que el espíritu de la Navidad se ha perdido entre tarjetas de crédito, tráficos estresantes, ofertas y frenéticas olas de campañas publicitarias, pero también es cierto que si uno se aísla por un breve instante de todo el bullicio consumista y se pone a escuchar unos bonitos villancicos - que a larga también son accesorios, aprovechados por algunos oportunistas para vender discos, por ejemplo - ese espíritu infantil, sencillo y humilde vuelve a llenar el ambiente gracias al maravilloso poder de la música.

lunes, 17 de diciembre de 2007

( OTRO )

En julio, una voz proclamaba a todo volúmen en el cierre del Corso en Miraflores: "Wong NUNCA dejará de ser peruano!!!" y el público aplaudió rabioso porque consideró que así quedaban zanjados los rumores. Hoy todos los titulares anuncian la venta de Wong - el 100% de sus acciones! - a un consorcio chileno de supermercados...

Claudio Pizarro, con su ahora clásica sonrisita de autosufuciencia y metrosexualidad, pasa raudo por los pasillos del aeropuerto diciendo "¿Ustedes creen eso que están comentando? ¿ustedes están creyendo eso?". Eso es lo que ahora todos sabemos ya de memoria. Santiago Acasiete - a quien alguna vez, uno de esos "líderes" de la opinión deportiva osó llamar "el Franco Baresi peruano" - negó todo lo que ya se había confirmado...

En el banquillo de los acusados, Fujimori grita a voz en cuello: "¡Soy inocente!" y se la pasa afirmando que no sabe nada de Montesinos ni de su pasado, ni de Colina, ni de leyes militares, ni de estrategias antiterroristas paralelas e ilegales... dentro de poco va a decir que él no sabía que Montesinos estaba a su costado en la famosa conferencia de prensa con corbatas igualitas... mientras tanto Carlos Raffo se pasea por cada lugar en el que, cómplicemente, se lo permitan, diciendo estupideces y falsedades...

"Chemo" dice que no sabía nada y que todas esas cosas no son más que especulaciones, que él mismo se va a encargar de investigar y que nunca descalificará en público a un jugador, por más jugador que éste sea, mientras un consenso de mandilones le venden la idea a la gente que el entrenador es un "gran profesional del fútbol"...

Me cuentan historias y cosas que sé que no son verdad... que compruebo periodísticamente, en unos casos leyendo la prensa, en otros investigando yo mismo... y me alejo de mi tradicional actitud cuestionadora y me la creo, o no hago notar que no me la creo para evitar malos ratos, dolores excesivos, ensombrecimientos de esta temporada que, sea como sea, siempre es de buena voluntad y buena onda...

En el mes de la Navidad ¿será que el cinismo se ha puesto de moda?

Hasta la próxima...

domingo, 16 de diciembre de 2007

HOMENAJE A PEDRO INFANTE


Este año que ya casi termina, se cumplieron 50 de la muerte de uno de los ídolos más importantes de México y América Latina: Pedro Infante. Figura máxima de la Época de Oro del Cine Mexicano, fue recordado con honores por ese pueblo al cual representó, al cual le cantó con su melodiosa y cálida voz, al cual hizo reír y llorar con sus personajes, todos ellos reivindicaciones de la humildad, la bonhomía y el valor del ser humano sencillo y no por eso menos digno. En esta su segunda colaboración con el blog, el camarada freak Alfonso González Vigil hace una pequeña "enfermérides" acerca del charro más representativo de todos los tiempos. Gracias Alfonso...

"Una leyenda imperecedera
por Alfonso González Vigil

En esta ocasión quisiera detenerme en una de las tantas efemérides que se recordaron sentidamente en el presente año que se nos va.

Pedro Infante (1917-1957), conocido como “el ídolo de Guamúchil” y que destacó en el rubro de la actuación y el canto; formó parte de la Época de Oro del Cine Mexicano y murió a causa de un accidente aéreo a la edad de 39 años. Una de sus aficiones era la de volar y, quién diría, aquella fascinación le costó la vida.

El domingo 15 de abril de 2007 se conmemoró su cincuenta aniversario luctuoso. Actuó en más de 60 films y grabó aproximadamente 431 canciones. En lo referente al Pedro actor, debo manifestar que derrochaba simpatía y carisma. Asumió el rol de galán en varias oportunidades; pero no se limitó a cumplir sólo esa función en el séptimo arte, se trazó la meta de componer diversos papeles y por ello consiguió ser prolífico en su filmografía. Interpretó a militares, curas, mujeriegos, charros, a un vagabundo, a un boxeador, al indio Juan Diego, etc. Ismael Rodríguez fue uno de los directores con quien más laboró, alguna vez Rodríguez afirmó que él no era responsable del profesionalismo de Infante y lo resumía en la siguiente declaración: “Yo no hice a Pedro Infante; él se hizo con los personajes que yo le encontré, ellos hicieron a Pedro”. Aparte de su simpatía, también debemos señalar que sus dotes histriónicas eran producto de la naturalidad, por lo que se le reconoció siempre como un artista intuitivo. Las clases populares mexicanas lo adoptaron a la manera de un héroe urbano o como sobreviviente de la clase trabajadora.

Sus grabaciones originales, concebidas en discos de vinilo de 78 rpm y editadas siempre por el sello Peerless, constituyen uno de los compendios más logrados del cancionero popular mexicano de la llamada Época de Oro. Boleros, rancheras, corridos, valses y canciones para niños que han sido inmortalizadas por la cálida voz de este genuino ídolo del pueblo. Actualmente son innumerables las recopilaciones en formato digital de este clásico definitivo de la música en nuestro idioma, entre las cuales la más lograda quizás sea la colección de 5 CDs “Mis 125 éxitos”, lanzada por el sello Warner hace ya algunos años. Dentro de las cientos de canciones interpretadas por Pedro, podemos rescatar: “Amorcito corazón” (composición de Manuel Esperón), “Historia de un amor”, “Maldita sea mi suerte”, “¿Qué te ha dado esa mujer?”, “Angelitos negros”, “Bésame mucho” y mi preferida, “Flor sin retoño”.

Compartió escena con las principales divas del cine charro : María Félix, Sara García, Libertad Lamarque, Marga López, Silvia Pinal, Irma Dorantes, Carmen Sevilla, Silvia Derbez, Katy Jurado y Sarita Montiel. Asimismo trabajó al lado de señores de la talla de Fernando Soler, Jorge Negrete, Luis Aguilar, Antonio Aguilar (también fallecido este año), Joaquín Cordero, entre otros. Entre los títulos más reconocidos de su extensa filmografía podemos mencionar: “Los tres García” (1946), “Vuelven los García” (1946), “Nosotros los pobres” (1947), “Ustedes los ricos” (1948), “Angelitos negros” (1948), “Los tres huastecos” (1948, ahí interpretó tres personajes distintos), “La oveja negra” (1949), “No desearás a la mujer de tu hijo” (1949), “El seminarista” (1949), “A toda máquina” (1951), “Dos tipos de cuidado” (1952), “Pepe el toro” (1952), “El mil amores” (1954) y “Tizoc” (1956, gracias a ella ganó en el Festival de Berlín el Oso de Plata a la mejor actuación).
Pedro El Grande (así lo denominan sus fans) vino al Perú en la década del cincuenta y el periodista Eloy Jáuregui rememora que se presentó en una serie de cines de la capital, entre ellos el Primavera de Surquillo. Además en una sabrosa crónica Jáuregui sentencia: “Infante triunfó aquella noche en Surquillo y todas mis hermanas quedaron embarazadas con su recuerdo”. Unos meses después de esa visita, Pedro falleció. Mi padre me contó que en su casa de la calle del Quemado sus hermanos y demás familiares lloraron la muerte del ídolo. La noticia se difundió rápidamente y un mito acababa de nacer."
Hasta la próxima...

viernes, 14 de diciembre de 2007

( UN PARÉNTESIS )

"La verdad duele, pero no ofende" dice el dicho. ¿Y la mentira? La mentira duele y ofende en particulares circunstancias. Duele si la mentira viene de alguien en quien uno confía, duele si la mentira atenta contra la paz mental o espiritual de quien la recibe, o quien la descubre, según sea el caso. Si la mentira viene de alguien que no es gravitante en la vida de uno, simple y llanamente, esa mentira resbala, no importa, no existe.

¿Y ofende? sí, pero no en el sentido tradicional, por llamarlo de alguna manera. Ese "sentido tradicional" se refiere a que una persona se ofenda porque se ha dicho de ella algo que no es cierto. Algunos psicoanalistas afirman incluso que el ofenderse cuando alguien dice de otro alguien, algo que no es cierto (perdón por la cantinflada) es señal de que aquello que se ha dicho tiene algo de verdad. Claro, ese rollo de ponerse a la defensiva agresivamente puede ser tomado como que, en efecto, al verse en evidencia, la persona asume una postura sobre-indignada que, contrario sensu a sus intenciones, desnuda la veracidad de aquello por lo que se ofendió.

Pero hay un sentido en el que la mentira SÍ OFENDE. Ofende cuando uno descubre a través de esa mentira, la posibilidad de que la persona que mintió - que además cumple con el requisito necesario para que su mentira duela, es decir, es alguien en quien uno confía - tiene un concepto pobrísimo de la inteligencia de uno. Claro. Porque la mentira es tan obvia que si la persona se atreve a decirla, es porque asume que su interlocutor es un perfecto candidato al retrasado mental del año.

Me explico: alguien que cree que una persona es perceptiva, inteligente, perspicaz, etc. ¿se atrevería a decirle cosas increíbles, so riesgo de ser cuestionada, puesta en duda, descubierta?. No. Se abren dos caminos, como siempre y como en todo: a) o la persona que miente piensa - como ya dije - que su interlocutor es muy tonto o b) a la persona que miente le interesa un soberano rábano que su interlocutor lo descubra o no, lo cual habla también del nivel de consideración que esa persona tiene hacia su desafortunado interlocutor. En el primer caso la mentira ofende y duele. En el segundo, duele y ofende. En ese orden...

Desde luego, hay otras opciones: las mentiras blancas, las mentiras piadosas, las medias mentiras, etc... pero explicarlas haría que este paréntesis fuera demasiado largo, lo cual está lejos de ser mi intención...

¿Cómo actuar ante una situación como esa? en el caso del pueblo peruano que vive engañado por sus autoridades o en el caso de la hinchada furiosa por los embustes de sus héroes de cartón, la técnica del "perdón y olvido" parece ser la norma establecida. En asuntos personales no es tan fácil, pero aspectos que tienen que ver con no caer en lo mismo que la persona que mintió, con demostrar ciertos niveles de respeto y nobleza, con asuntos meramente etéreos y que a la larga no le traen nada de provecho al "mentido", hacen que "hacerse el cojudo" sea lo más recomendable, lo más sano, lo único que queda...

Hasta la próxima...

martes, 11 de diciembre de 2007

LAS TIENDAS DE DISCOS (parte 3)

Luego de algunas semanas, me vuelvo a ocupar de este tema, por el cual tengo una fascinación particular como se habrán podido dar cuenta aquellas personas que lean con ligera frecuencia este humilde blog (si es que las hay). Después de todo, ser adicto a la música y haber trabajado una década completa en las empresas más conocidas dedicadas a vender CDs en Lima me provee de cierta autoridad sobre el asunto. Hoy quiero hablar - para darle uso al título del blog - un poco sobre uno de los personajes más importantes, y a la vez más dejados de lado, del submundo de las tiendas musicales: el vendedor.

El vendedor. Cuando pensamos en un vendedor lo primero que nos imaginamos es un joven enternado, verborreico, saltarín, dispuesto a quitarte sólo cinco minutos de tu valioso tiempo para explicarte acerca de las bondades de... cualquier cosa: libros de autoayuda, cursos de inglés o de lectura veloz, recetarios de Gastón Acurio, calculadoras que hablan, etc., etc., etc... Pero luego de esa primera asociación de ideas podemos pensar en variedades de lo más disímiles y bizarras: la gritona vendedora de papas del mercado, el canchero vendedor de carros o seguros, el clandestino vendedor de celulares robados, el pobre vendedor de caramelos y de nuevo, etc., etc. etc... Y como cierre del ejercicio mental, se nos viene a la cabeza la infinita recatafila de anuncios de la sección Empleos de El Comercio de los domingos, que pueden consignar títulos que van desde el sincero y directo "SE BUSCA VENDEDORES" hasta los más engañosos y rimbombantes: "Asesores de Salud Personal", "Ingeniero en Relaciones Interpersonales", "Colaborador en Negocios Caseros".

En ningún catálogo de vendedores se habla del "vendedor de discos" y creo que es necesario hacerlo. Porque a pesar de que se trata siempre de lo mismo (vender), una persona que vende discos tiene - o debe tener - cualidades diferentes. Y en nuestro medio muchos tienen esas cualidades, pero a sus jefes jamás les ha importado eso. Me refiero a los dueños de empresas grandes como (antes) Discocentro o (ahora) Phantom, que teniendo presupuesto para hacer cosas interesantes en pro de la mejora y la especialización de sus vendedores "estrella", los tienen ahí estancados, y se recuestan sobre los afanes de superación que sólo algunas personas poseen y que buscan aprender más y especializarse, lo cual termina siendo aprovechado por las empresas sin que eso represente una mejora de la calidad de vida de los que, por mero esfuerzo individual, se destacan por encima de los demás. Y eso - el destacar por encima de los demás - tampoco es reconocido ni estimulado.


Pero ¿cuál es esa diferencia de la que tanto hablo? puede preguntar alguien... "Saber de música" - frase de común uso entre quienes viven dentro de una tienda de discos - es un talento particular, que no todo el mundo posee. Inducir a una persona a que "sepa de música" amplía sus horizontes, afina su oído, educa su apreciación artística, uno se convierte en experto. Y ser experto en algo toma tiempo y trabajo. Debería tener un valor en sí mismo. En especial cuando ese talento, ese conocimiento que supera al promedio no ha sido brindado por nadie más que por la misma persona poseedora de esa característica. Las tiendas de discos de la Lima actual están repletas de expertos auto-didactas, gente que ingresó muy joven a trabajar, algunos con conocimientos bastante amplios (porque eran fanáticos de algún género en particular) y que estando dentro de la tienda los ampliaron de manera exponencial - unos más, otros menos - pero que al final de cuentas, nunca fueron ni capacitados ni reconocidos según ese atributo especial, ese atributo que además las empresas solicitan desde sus anuncios para convocar personal nuevo: "se buscan melómanos".


En otras palabras, los empresarios de este negocio buscan ahorrarse el trabajo, el tiempo y el dinero que les costaría dar formación en conocimientos musicales a la gente joven que quieren contratar. Superficialmente parece hasta lógico, les pongo un ejemplo: un periódico busca gente que sepa escribir, jóvenes que hayan pasado por alguna escuela de periodismo ¿cierto? Cierto. El detalle: a quien escribe mejor, le pagan más, le encargan los temas más interesantes. Más aún si además de escribir bien tiene una cultura amplia y maneja recursos expresivos diferentes a los demás, o si domina un tema en especial. Porque se preparó para eso y su nivel profesional exige un trato y una remuneración acorde a la calidad de lo que ofrece como trabajador.

Eso mismo lo podemos aplicar a cualquier profesión u oficio. Los vendedores de discos entran a las tiendas a trabajar y sea cual sea su nivel de conocimientos previo, hacen siempre lo mismo. Y si en el camino unos aprenden más que otros, tampoco importa. Lo único que importa es que lleguen temprano, que no se quejen por salir cada vez más tarde y que no pidan permisos de vez en cuando ni medio-tiempo para poder estudiar y superarse. Es ahí que el vendedor de discos, un experto en el arte de la música, su historia, sus medios de producción, sus principales géneros y exponentes, sus tendencias y un largo etc., se transforma en un obrero, en mano de obra barata, en objeto intercambiable a conveniencia del empleador. No hay capacitación ni estímulos, no hay premiaciones ni posibilidad de obtener mejoras personales (estudios, buenos ingresos). Es más, en algunos casos ni siquiera cuentan con los beneficios sociales que impone la ley!!! (no ocho horas de trabajo, no horas extras, no seguro social, etc.). Es entonces que el vendedor de discos auto-capacitado (con las limitaciones que produce el hecho de auto-capacitarse, sin método, sin guía, sobre la marcha) se convierte en un trabajador de segunda categoría, en un sub-empleado, debido a esa política empresarial según la cual los "nuevos" llegan sabiendo y lo que no saben, lo aprenden como sea, en el camino. Los dueños de las empresas "grandes" de Lima - en realidad sólo hay una en este momento - no saben o no quieren saber del enorme potencial humano que desperdician.

¿Qué pudieron y debieron haber hecho los empresarios con esas promociones de expertos, formadas hace 10 ó 15 años, por las que no se hizo nada cuando todos andaban en sus 20s, tenían naturales ímpetus juveniles y no tenían hijos ni esposas que mantener? y ¿qué podrían y deberían hacer ahora para que las nuevas promociones no tengan el mismo camino, aprendiendo por su cuenta, dependiendo únicamente de lo que traen de sus casas o de sus carreras a medio terminar, y que ven que sus vidas se consumen en horarios exageradamente amplios - "horario de tienda" le dicen - y se convierten en una sub-existencia únicamente animada por la música que tanto adoran y de la que, en la mayoría de los casos, es tan difícil separarse? Se podrían hacer muchísimas cosas y esas cosas podrían venir empaquetadas en un producto muy actual, muy cool, muy fashion, a la medida de cierto gurú del marketing que debe estarse frotando las manos porque por fin le rebajaron los impuestos a los espectáculos y que va a seguir llenándose de plata mientras la gente que depende de él laboralmente, lo maldice - entre dientes - cada vez que él les sonríe. ¿Cómo se llama eso? RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL...

Continuará en la parte 4... No se la pierdan!!!

Hasta la próxima...

... A juzgar por la cantidad que marca mi contador de visitas, debo suponer que hay personas que me leen pero casi no comentan... comenten pues... gracias por leer...

domingo, 9 de diciembre de 2007

MURIÓ KARL HEINZ STOCKHAUSEN

Pionero de la música electrónica y considerado como uno de los personajes más importantes en el desarrollo de la música experimental desde mediados de los 50s, el alemán Karl Heinz Stockhausen deja tras de sí un legado sonoro que ha merecido la admiración de gente como Paul McCartney, Miles Davis, Frank Zappa y Björk, quienes frecuentemente lo han citado como uno de sus referentes al momento de componer melodías complejas, profundamente calculadas, de naturaleza matemática y cerebral. El compositor falleció el 5 de diciembre último a los 79 años, en su casa ubicada en Kuerten-Kettenberg, localidad de la ciudad alemana de Colonia. Será enterrado en el cementerio de Waldfriedhof, previamente la capilla con sus restos estará abierta para recibir el adiós de sus seguidores, familiares y amigos cercanos. En su web oficial - http://www.stockhausen.org/ - se anuncia un concierto especial con su música, a llevarse a cabo en el Sülztalhalle de Kuerten, aunque no está definida la fecha todavía. Para que lo conozcamos un poco más, les paso la breve biografía que aparece en http://www.allmusic.com/:
"Karl Heinz Stockhausen surgió como una de las voces más influyentes y únicas del movimiento musical europeo vanguardista post-Segunda Guerra Mundial y su prominencia continuó a lo largo del resto del siglo 20 e incluso en los inicios del 21. Combinando una clara sensibilidad para las realidades acústicas con las ilimitadas posibilidades del sonido, sus rigurosos y sofisticados métodos de composición expandieron la corriente del serialismo integral con una innovadora teatralidad y un gusto declarado por lo místico. La personalidad musical de Stockhausen sigue siendo una de las más innovadoras del último siglo.
Karl Heinz Stockhausen nació en 1928 cerca de Colonia. Huérfano desde su adolescencia, se sumergió voluntariamente en el universo del arte y mostró temprano talento como escritor y músico. Tomó clases en la nueva escuela de música de Darmstadt con Theodor Adorno antes de mudarse a París, donde estudió con Oliver Messiaen y conoció a gente como Pierre Boulez y Pierre Schaeffer. Estos encuentros, así como sus estudios de fonética y comunicación, tuvieron una influencia crucial en su subsiguiente trabajo en estudios de música electrónica de Colonia. Para mediados de los años 50 ya tenía asegurado un lugar principal en la vanguardia de los movimientos de la música electrónica y del serialismo integral.
Durante la siguiente década forjó relaciones con algunos de sus contemporáneos más prominentes, como Kagel, Ligeti y Cage, liderando las creaciones de la escuela de Darmstadt y siendo mentor de prometedores compositores más jóvenes como Cornelius Cardew y La Monte Young. Su influencia se extendió a la cultura popular, lo cual queda demostrado con su aparición como uno de los personajes de la famosa carátula del álbum Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band de The Beatles.
Stockhausen cumplió con gran cantidad de compromisos durante los siguientes años y continuó dictando seminarios de verano a los cuales asistían importantes compositores modernos. Las composiciones más influyentes de Stockhausen varían en cuanto a sus estilos y medios, y comprenden el amplio rango de intereses del compositor, que incluye temas como la tecnología, la religión, la cosmología y el misticismo.
Sus diversas obras instrumentales y vocales - más de 360 - de las décadas de los 50s, 60s y 70s exploran varias formas de extrapolar los métodos seriales y las estructuras matemáticas, tales como las series de Fibonacci hacia el dictado de notas, ritmos, articulaciones y estructuras formales más grandes. La influyente pieza grabada en cinta Gesang der jünglinge (1955) combina los fonemas entrecortados de un texto bíblico con un elaborado esquema de separaciones metódicas. En Hymnen (1966) mezcla diversos himnos nacionales con complejas estructuras de sonidos electrónicos. En Stimmung (1968), un grupo de cantantes entonas varios nombres místicos sobre una armonía compuesta de series de notas superpuestas.
Desde los 70s en adelante, todos los esfuerzos de Stockhausen se centraron en Licht, un ciclo operático configurado sobre la base de diversas mitologías religiosas, en particular extraidas del libro de Urantia, una colección de escritos supuestamente entregado a nuestro planeta por extraterrestres".
Hasta la próxima...

... Y VOLVIERON



De primer nivel. La enorme expectativa que se despertó en nuestro país hace tres meses tras el anuncio de la visita de la banda argentina Soda Stereo, con motivo de su gira Me verás volver, se vio plenamente colmada y superada la noche de ayer, sábado 8 de diciembre, en el concierto que el trío ofreció frente a un público aproximado de 50 mil personas en el Estadio Nacional. Hoy, el grupo volverá a deleitar a una cantidad similar de gente, convirtiendo a Lima en la segunda ciudad de Sudamérica, aparte de Buenos Aires (donde cerrarán la gira el 21) y después de Santiago, en la cual se programó más de una presentación.

DIFÍCIL DE CREER: Llegué, por esas casualidades de la vida, con una entrada que un amigo me consiguió pocas horas antes del concierto, para la zona denominada Signos. Eran casi las 6 de la tarde y ya las inmediaciones del estadio estaban repletas de fanáticos que iban llegando por todas partes. A pesar de haber visto algunos videos por Internet de otros conciertos de la gira, no me esperaba algo tan sorprendente como lo que vi anoche. Si bien es cierto no soy fan acérrimo de Soda Stereo y no compartí la algarabía provocada desde finales de septiembre (las colas inmensas en Teleticket, las entradas agotadas a la semana), sabía que me esperaba un reencuentro con muchas canciones que fueron parte de mi ingesta diaria de música durante la adolescencia. Pero el concierto fue más allá de eso. Los argentinos demostraron que poseen una fuerte vigencia sonora dentro del panorama del rock mundial y un estándar de calidad que hace de sus conciertos un espectáculo de primer nivel.

LUZ... CÁMARA... Y ACCIÓN: Luego de la kilométrica cola que tuve que hacer para entrar, que llegaba hasta la Av. 28 de Julio - dicen que durante esa hora tocó el Dúo Ayacucho (¿?) - me ubiqué frente a una de las dos enormes pantallas instaladas a ambos lados del escenario. Casi a mi costado, una tercera pantalla ubicada al centro estaba dispuesta para mostrar los detalles del concierto al público de las tribunas, que poco a poco iban dejando sin espacio al José Díaz. Como a las 8:30 un ridículo video - sin duda lo peor de la noche - de unos "comediantes" argentinos hizo reír a algunos sectores del público, acostumbrados a la pobrísima noción del humor del llamado "estilo Videomatch". A las 9 en punto, las luces se apagaron y las notas de Algún día - notable versión del tema Some day one day de Queen, que los Soda grabaran en 1997 para un álbum tributo al grupo de Freddie Mercury - anunciaron que el concierto, por fin, estaba a punto de comenzar.

LA CIUDAD DE LA FURIA: Como en otras ciudades de la gira, Gustavo Cerati (guitarra, voz), Héctor "Zeta" Bossio (bajo, coros) y Charly Alberti (batería) abrieron con Juego de seducción, uno de los temas más populares de su primera época. Cerati, el indiscutible líder de la banda, salió a escena con una guitarra color azul eléctrico, muy parecida a la que utilizaba en los tiempos de los peinados new wave y la onda pop que los caracterizó en los 80s. Veinte años después, los argentinos suenan mucho mejor que antes. Apoyados por un sistema de iluminación impecable, de altísima resolución, el trío creaba atmósferas distintas para cada tema y a medida que avanzaba el recital, el público se entregaba cada vez más a los éxitos que se sucedían uno tras otro. Los solos de Cerati en temas como Imágenes retro (de su segundo álbum Nada personal, 1985), Texturas (del enigmático Dynamo, 1992) y Hombre al agua (del Canción animal, 1990) mostraron un potente filo rockero y una madurez musical que llegó a uno de los primeros clímax del show durante el tema En la ciudad de la furia, que hizo saltar a la multitud reunida.

NOS VAMOS DE PIC-NIC: Con esa frase, la banda presentó el tema Pic-Nic en el 4to. B uno de los surcos más populares del álbum Doble vida (1988) y las seis pantallas ubicadas detrás de los músicos (dos detrás de cada uno, mostrando los detalles de su performance individual, al estilo de aquel video de la canción Only time will tell de Asia (1982), mostraban intermitentemente las palabras "Pic Nic" al público. Al final del tema, el cantante y guitarrista incluyó el coro de la canción And she was de Talking Heads, para sorpresa de quienes pudimos darnos cuenta de ello. Siguieron clásicos como Signos (con una intro realmente alucinante), Persiana americana, Corazón delator, Final caja negra, entre otras. Inmediatamente despues de Zoom (del álbum Sueño stereo, 1995), el trío tocó Cuando pase el temblor, proyectando las imágenes que usaron para grabar el video clip en 1985. Al final del tema, Cerati gritó "¡Fuerza Perú!" lo cual ha sido asumido como una alusión al terremoto que devastó las ciudades del sur chico en agosto último.

EN REMOLINOS: Definitivamente, temas como Tele-K, Sobredosis de TV, Danza rota, entre otros, suenan remozados en las versiones presentadas en esta gira y son, sin duda, las más celebradas por la mayor parte del público, pero Soda Stereo no se olvidó de su catálogo más "serio" y desplegó un segmento lleno de psicodelismo y distorsión conformado por temas de sus álbumes Dynamo (1992) y Canción animal (1990). Tras un segundo de silencio, el cantante solicitó que apagaran las luces de todo el estadio y le dijo a la gente: "¿Porqué no encendemos nuestras luces?" refiriéndose a los celulares y así, en medio de la oscuridad aparecieron miles de pequeños resplandores, creando el ambiente propicio para la etérea balada Fue (con notables juegos de iluminación y un sonido casi floydiano). Siguieron En remolinos y Primavera 0 del primero y Sueles dejarme solo, En el séptimo día y Un millón de años luz del segundo. Asimismo, una excelente versión de No existes (del clásico tercer disco, Signos de 1986). Antes de retirarse por primera vez del escenario, el trío hizo saltar a todo el mundo con De música ligera, sin lugar a dudas la canción más popular de toda la discografía de Soda Stereo.

SOBREDOSIS DE VITAMINAS: Ante el grito "Soda no se va", y luego del show aparte protagonizado por el público en su afán por crear olas que emocionaran a los músicos, Cerati, Zeta y Charly regresaron para tocar Disco eterno - en la cual el guitarrista se lució con una Gretsch roja de diseño clásico - Cae el sol (con una mención final a la melodía de Here comes the sun de The Beatles) y Prófugos, tema que el público venía reclamando minutos atrás. Posteriormente, y como segundo regreso, la banda interpretó El rito (otra vez la psicodelia rodeó el escenario) y para despedirse, dos clásicas más, en excelentes versiones con arreglos más fuertes y contemporáneos: Nada personal y Te hacen falta vitaminas. Esta última, con una ligera variación de tiempos, sonó mucho más sólida que la escuálida primera grabación en clave de ska, uno de sus primeros éxitos de 1984.


FINAL CAJA NEGRA:
Junto a sus músicos de apoyo, los conocidos Tweety Gonzáles (teclados), Leo García (guitarra) y Leandro Fresco, Soda Stereo se despidió del público peruano, un público que demostró durante las 2 horas y 40 minutos que duró el show, ser uno de los más conectados con la carrera de la banda. Los músicos no dejaron en ningún momento de agradecer y de decir que Perú es uno de los países más importantes para ellos - "¿Cuál es el público más caliente de Latinoamérica? ¡Vamos Perú!" - fue su saludo inicial - y lo demostraron dejándolo todo en la cancha. Fue un concierto realmente bueno y definitivamente, el de esta noche no va a ser menos que eso. Hasta la próxima...

http://www.youtube.com/watch?v=o-gwd2g7ALs (En la ciudad de la furia, Lima, 8-12-2007)

http://es.youtube.com/watch?v=NBl_lTA5qgk (Imágenes retro, Lima, 8-12-2007)

http://es.youtube.com/watch?v=bl056WBovqk (Fue, Lima, 8-12-2007... la mejor del concierto)

sábado, 8 de diciembre de 2007

EL USO DEL CELULAR 2

Comentaba hace unos posts el caso de la estudiante de psicología que fue expulsada de la San Martín por permitir que su teléfono celular sonara en medio de una clase y decía que el mismo, más allá de sus particularidades, podría sevirnos para reflexionar sobre las distorsiones ocasionadas por el uso desproporcionado y en muchísimos casos, innecesario, de este adelanto tecnológico, para muchos indispensable en la actualidad. Sigamos con el asunto:
Yo tengo 33 años y la siguiente pregunta la dirijo a mis contemporáneos: ¿no les parece jalado de los pelos ver a un niño/niña en edad escolar hablando por celular en la calle? Osea, en lo particular me resulta extraño ver la ciudad plagada de celulares de todos los colores, formas y sonidos pero el caso de los niños y adolescentes que, sin tener trabajo - porque un celular se paga mensualmente ¿no? - andan con el aparatejo para arriba y para abajo, en posturas y actitudes que no corresponden a la edad que tienen, es realmente preocupante.
Mi extrañeza la extiendo hacia los estudiantes universitarios, "el futuro del país" como reza una de las frases hechas más famosas, que son capaces de escribir mensajitos de texto a la velocidad de la luz en una combi en movimiento pero que no pueden contestar dos o tres preguntas básicas sobre su carrera utilizando un lenguaje claro, que deje ver sin ambages que estamos dialogando con un profesional en ciernes, es decir con un joven fresco, inquieto, juguetón, pero de pensamientos organizados, de reflexiones abstractas, de manifestaciones que demuestren que lee, que estudia, que se está preparando. Claro, hay excepciones, pero, como dice otra famosa frase hecha, son mínimas en comparación a la regla.
Las empresas que venden celulares les dicen a los padres que tienen hijos entre 11 y 18 años que les regalen uno "para estar más comunicados", "para saber dónde están". Como argumento de venta esto constituye una absoluta falacia, porque parte de la premisa que al llamar, el adolescente le va a decir a sus padres dónde y con quién está. En todas las épocas los hijos hemos buscado burlar la vigilancia de los padres, sea que nuestra mayor travesura no pasara de escaparse del colegio para mataperrear por ahí o para desarrollar actividades ligadas a un promisorio futuro como delincuente juvenil. Sin embargo, antaño - "allende Galicia" como decían los antiguos - había una sensación de que los padres eran capaces de oler nuestros movimientos, una especie de poder mental según el cual la autoridad de la casa podía enterarse de cada movimiento que hacíamos, con el correspondiente castigo que seguía a la transgresión.
Ahora los adolescentes tienen en el celular la herramienta perfecta de despistaje de esta vigilancia tácita. Con una llamada, una quinceañera puede decirle a su mamá que está tranquila en casa de "sus amigas" a la vuelta, cuando en realidad podría estar en un fiestón reggaetonero, en un paraje desolado del sur con amigotes mayores que ella (porque en este tema no tiene nada que ver el segmento social de los involucrados) o sabe Dios haciendo qué. Y no me digan que no. Si estás en una fiesta, sales un rato, te alejas del ruido delator y listo. En una casa, más fácil, bajas los volúmenes y se acabó el asunto. Como los más avispados podrán inferir, de esta situación se desprenden una serie de peligros ligados al uso del celular por menores de edad que únicamente traen como consecuencia el aumento de problemáticas sociales: secuestros, violaciones, robos, y toda la larga lista de etcéteras que la modernidad nos ha impuesto.
No quiero decir que antes no pasaran estas cosas, pero es evidente que tener una población infantil y adolescente cada vez más creciente y que cada vez asume de manera más fácil e incontrolable actitudes de personas adultas, conlleva a situaciones disparatadas y perfectamente evitables. Esa supuesta libertad de acción que hoy tienen muchos niños y adolescentes (porque ni siquiera podemos llamarlos jóvenes todavía) produce efectos nocivos en conceptos como la autoridad, la normatividad, el respeto a lo establecido según las realidades innegables del desarrollo mental y emocional de los seres humanos (un niño puede saber cómo funciona el último celular con cámara, acceso a Internet, mp3 y demás yerbas pero al final de cuentas, sigue siendo un niño inexperto, inseguro e irreflexivo) pero antes de ahondar en aguas más profundas, permítanme volver al caso de la San Martín.
La joven estudiante expulsada tiene 21 años. Lo más probable es que tenga celular desde los 15 ó 16. Ha llegado a la mayoría de edad creyendo que es normal tener un celular a esa edad. Su caso es el botón de muestra de toda una generación, esa que vemos en la calle con los celulares en ristre deformando el idioma con sus metalenguajes extraños o caminando distraidos con el aparato pegado a la oreja. Esa generación a la que también pertenece la señorita reportera del Canal 4, la cual, con la arrogancia de su juventud, increpa al Decano - que no es santo de mi devoción por lo demás y lo digo como egresado de la Facultad que él dirige desde hace tanto tiempo - por no haber disculpado el involuntario olvido: "¿acaso a usted nunca le ha pasado que se olvidó de apagar su celular en una reunión?" le pregunta a Leuridan y Leuridan, que pasa los 70 años - y es belga de nacimiento - le contesta impertérrito: "a mí ni se me ocurre ingresar con mi celular a una reunión importante".
No sólo es generacional el asunto, es una contraposición de mentalidades. Para un estudiante universitario, una clase es lo equivalente a una de las reuniones importantes del Decano - porque de esas clases depende su formación, su desarrollo profesional, su futuro en este mundo a cada hora más competitivo - y por ende, no debería ni ocurrírsele ingresar al salón con el celular encendido. No se trata de decir que los celulares son malos ni nada de eso. Se trata de que cada cosa tiene su lugar y su momento adecuado. Si el celular es para aquellos niños, adolescentes y jovenes (como la señorita expulsada) simplemente un juguete, debería estar desactivado mientras duren sus clases. Una vez fuera de la universidad, nadie les va a impedir que sigan viviendo de acorde al signo de sus tiempos, aunque a algunos no nos parezca lo más adecuado.
En todo caso, para estos momentos la acción de amparo presentada por la señorita Liz Ayvar, estudiante de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la Universidad San Martín de Porres ya le ha permitido el reingreso a las aulas. Repito, la sanción fue desproporcionada pero en lugar de estar haciendo falsos activismos en nombre de una libertad que termina siendo sinónimo de descontrol e incongruencia, el tema debería poner sobre el tapete otra clase de reflexiones. Punto en contra para periodistas viejos - en comparación con la reportera, Toledo creo que se apellida - como Sol Carreño y Raúl Tola, que no tuvieron la amplitud necesaria para sacar una mejor enseñanza de este caso. Hasta la próxima...

viernes, 7 de diciembre de 2007

¡GRACIAS DON JORGE!



Llegué. Tarde, pero llegué. Anoche la Cámara Peruana del Libro rindió un merecido tributo a quien en vida ES uno de los referentes del periodismo peruano: Jorge Salazar - "Coco" para los amigos - un trotamundos convicto y confeso, el "super cronista" como lo bautizaron algunos devotos discípulos suyos en un blog que recopila sus escritos ( http://laoperadelosfantasmas.blogspot.com/ ). Don Jorge recibió el saludo de un compacto grupo de personas, compuesto por toda clase de admiradores: desde sus amigos de toda la vida hasta sus alumnos más recientes, aquellos que quizás se conviertan dentro de poco en los últimos privilegiados por tener frente a sus jóvenes ojos a una verdadera leyenda de la intelectualidad limeña.

Sí. El estado de salud de don Jorge Salazar no es el mejor en estos momentos. Confieso que me sorprendí un poco al verlo sentado allí, con su típica delgadez acentuada por la evidente debilidad física y de primera mano, me desilusioné, pensé que don Jorge no podría ni hablar. Sin embargo, conserva en esa mirada profunda el brillo de la sabiduría, esa sabiduría que transmitía en todas y cada una de las clases magistrales que tuvimos el gusto de recibir en la Universidad San Martín de Porres, aunque quizás sólo un magro 20% de nosotros las hayamos entendido e internalizado correctamente. Ese brillo que aún descolla cuando toma el micrófono y agradece el gesto considerándolo "inmerecido".

Jorge Salazar condensa en su carrera todas esas cualidades que los periodistas de hoy - salvo honrosas y en muchos casos, anónimas excepciones - no tienen: talento para escribir, versatilidad, una amplísima cultura, agudeza e independencia irredenta al momento de opinar y sobre todo un espíritu abierto y dispuesto a superar cualquier tipo de prejuicio y barrera que pretenda impedir su libre vuelo creativo. Cuando habla de football tiemblan los poderosos y se les escarapela el pútrido pellejo al leer las verdades cantadas así, con la furia del que se siente ofendido, con el arte del que sabe más que ellos, con la mirada inquisidora del hincha. Cuando hace prosa literaria, cada línea es como un manifiesto cultural e inteligente, un resumen de las experiencias atravesadas, una vida resumida en párrafos. Como dijo una de las personas que estaban a su lado en la mesa de honor: "¿habrá algún tema sobre el cual no pueda escribir Jorge Salazar?"

Anoche, cuando le tocó dirigirse a su público, don Jorge nos hizo volver a aquellos salones de paredes crema y recordar que en cada clase suya, abandonábamos nuestra costumbre de sentarnos atrás para ponernos en primera fila, inconscientemente seguros de que asistíamos a un evento poco común en el pre-grado. Sus clases eran un recorrido por la literatura, por el arte, por la humanidad entera. Abrumado por la presencia de tanta gente, Salazar, quien afirmó haber sido desahuciado en el Hospital Loayza y que ahora vive "gracias a mucha gente, con dos corazones", nos regaló algunas de sus reflexiones actuales que "tienen que ver con el único tema del cual se puede hablar en situaciones como ésta: la muerte".

Acompañado de sus amigas las poetas Rosina Valcárcel, Gladys Díaz Carrera y Elma Murrugarra, el "profe" habló de su infancia leyendo Robin Hood, El último de los mohicanos y La vuelta al mundo en 80 días, de sus épocas de bailarín y cocinero, de investigador y viajero, de cronista y literato. Al final de la velada, Alfonso Grados Bertorini, uno de sus viejos compinches en la buena época del periodismo holístico, de las mentes brillantes, le dedicó unas sentidas palabras de afecto y admiración. Destacados invitados como Agustín Vargas Haya, Manuel Jesús Orbegoso, entre otros, daban vueltas esperando su turno para saludar al homenajeado.

A pesar de la atmósfera cálida que se respiraba en el Anfiteatro Chabuca Granda, lamentablemente la reunión no estuvo muy bien organizada. Por otro lado, me sorprendió ingratamente la ausencia de la Universidad San Martín de Porres, institución con la que don Jorge colabora desde hace varios años y a través de la cual nos ha entregado varios de sus trabajos más destacados como los cuatro volúmenes de la crónica policial titulados La historia de la noticia o sus celebradas publicaciones gastronómicas. Salazar, quien a pesar de sus dificultades físicas aún mantiene en actividad su lúcida pluma, publicó en 2006 Los papeles de Damasco, novela histórico-religiosa de notable factura.

Desde aquí mi sincero homenaje al mejor profesor que tuvimos durante nuestra etapa universitaria. Hasta la próxima...

miércoles, 28 de noviembre de 2007

EL USO DEL CELULAR (parte 1)

El celular. Hace diez años, tener un celular era símbolo de status. Significaba que uno poseía un nivel adquisitivo por encima del promedio y era muy fácil identificar la idea de ir por la calle hablando por celular con la de algún funcionario importante, empresario exitoso, una persona que no podía dejar de estar comunicada a cada momento (en algunos casos todo eso se cumplía, en otros, no tanto). Era pues, un artículo exclusivo, una herramienta de trabajo para grandes ligas, como dicen actualmente los muchachos, "otro level".

Hoy cualquier persona tiene un celular. La masificación - ese fenómeno que acompaña al desarrollo de toda actividad humana desde el boom de la revolución industrial y la aparición de los medios de comunicación masiva - del uso del teléfono móvil ha llegado a niveles exorbitantes, al punto de desvirtuar por completo su función primigenia. En la actualidad un celular ya no es únicamente una herramienta de trabajo que agiliza la comunicación, que permite trasladar la oficina a la calle, que evita la paralización de las actividades por no encontrarse cerca de un aparato telefónico fijo. Ha dejado de ser un adminículo tecnológico propio de las personas adultas y se ha convertido en un indispensable accesorio capaz de hacer cualquier cosa, desde tomar fotos hasta enviar mensajes ilegibles para cualquier persona que pase los 30. Un celular es ahora, simple y llanamente, un juguete.
Pero lo que hasta ahí podría sonar hasta gracioso y simpático, se torna peligroso cuando vemos la clase de distorsiones conductuales que produce su exagerado y socialmente aceptado uso. Hace unos días vi con asombro el caso de una joven de 21 años que fue expulsada de la Universidad San Martín de Porres porque su celular sonó en clase. Es necesario señalar que en los reglamentos de la universidad se contempla con bastante claridad la prohibición del uso de celulares en las aulas. Esta norma, para muchos exagerada, se basa en un principio fundamental de respeto a los demás, a la institución y por supuesto, a la esencia misma de la formación profesional. ¿Se imaginan a ustedes a los grandes pensadores y científicos surgidos de los claustros universitarios de antaño pendientes de sus mensajitos de texto, tomándose fotos entre ellos, jugueteando frenéticamente con las teclas o contestando llamadas intrascendentes cada cinco o diez minutos?

Sin embargo la actitud de la prensa que cubrió el hecho - el programa Cuarto Poder de Canal 4 - resulta también sorprendente: asumiendo una actitud defensora de lo que la señorita reportera llama "un olvido que le puede ocurrir a cualquiera", presenta el tema a sus televidentes de manera sesgada y condescendiente, hasta llegar al extremo de llamar "inquisidores" a las autoridades de la Universidad San Martín, lideradas por el R. P. Johan Leuridan. Si bien es cierto la expulsión de la alumna es desproporcionada - quizás sólo merecía una sanción - no puede predisponerse a la opinión pública a aceptar una situación de irrespeto de las normas, generando en el subconsciente (o en todo caso, reforzando) esa famosa idea de que aquí todo tiene disculpa, que cualquier transgresión puede ser pasada por alto.

La cultura del "aquí no pasa nada" es una de las peores cadenas que nos atan al subdesarrollo, porque evitan que nuestra sociedad recupere el sentido y noción de la responsabilidad, de la autoridad y del respeto. Muchos dirán que esta es una posición anacrónica, draconiana (como diría Jaime Bayli) o pasada de moda, pero la verdad es que esta pequeña historia de la alumna de Psicología de la San Martín debería servir más para la reflexión acerca de las consecuencias que el uso indiscriminado del juguetito de marras puede traer... seguimos en la segunda parte...

domingo, 25 de noviembre de 2007

THE WARMTH OF THE SUN

Hola. La semana pasada recibí un correo electrónico del camarada freak Alfonso González Vigil, en el que me ofrece su colaboración periódica con textos diversos. Agradeciéndole el haber entrado al blog y la buena onda por la intención de enriquecerlo con su participación, les entrego esta reseña de la última recopilación de los inmortales The Beach Boys. Gracias Alfonsoo...


"EL SOL NOS ESPERA

Generalmente (por no decir siempre) los discos de los Beach Boys son garantía de calidad. Por tanto, no resulta extraño que confiese que los Beach Boys son una de mis bandas favoritas. En este 2007 ha salido a la luz un recopilatorio más de la discografía de los muchachos playeros; responde al nombre de
The Warmth of The Sun. La palabra “warmth” en inglés es sinónimo de “heat” (“calor” en español). Como segunda acepción, “warmth” también significa afecto, cordialidad. Pero no caiga en el simple prejuicio, amigo lector, este recopilatorio se distingue del montón porque junta canciones del quinteto que rara vez figuran en sus habituales grandes éxitos.

Aunque el título del CD habla del cálido sol, podemos hallar en varias de las letras, mensajes desalentadores o nada optimistas. Sin tomar en cuenta esta observación, la mayoría de temas encandila o hipnotiza por la ejecución instrumental y la interpretación vocal, una de las principales preocupaciones de la agrupación. No logra imponerse lo sombrío, salvo en algunos casos (“
Don’t Go Near The Water”), sí la enjundia y la felicidad veraniega (“It’s Ok”, “Little Honda” y “You’re So Good To Me”). El larga duración otorga la ventaja de apreciar una de las virtudes del genio de Brian Wilson: su atrevimiento para experimentar sonoridades (patentes en “Surf’s Up” y “Feel Flows”).

Algunas de mis preferidas del álbum: las clásicas “
All Summer Long” (formó parte del soundtrack de American Graffiti) y “Catch a Wave”, la acelerada “409”, la tierna balada “Wendy”, la sentida “Forever”, el jubiloso himno “Break Away” y la espléndida canción que bautiza al recopilatorio “The Warmth of The Sun”. Mención destacada merece la inclusión de nuevas y lucidas tomas en estéreo de “Let Him Run Wild”, “Please Let Me Wonder” y “Then I Kissed Her”.

Texto: Alfonso González Vigil.
Intérprete: The Beach Boys.
Disco: The Warmth of The Sun.
Sello: Capitol Records.
Año: 2007".

jueves, 22 de noviembre de 2007

¿LE PASARÍA ALGO AL PERÚ SIN JULBO?

Tomo prestada la carátula de Perú 21 para graficar mi opinión ante el desastre del football nacional, manifestado no sólo en el vergonzoso resultado de ayer, sino en todas aquellas cosas que nos ponen delante del flagrante engaño que la actividad futbolera nacional representa para la alicaída autoestima de nuestra sociedad. El julbo, como la denomina Phillip Butters, quizás el comentarista deportivo más cercano a la sinceridad con la que deberían tratarse estos asuntos. Aunque la otra noche afirmó, con la determinación de los más famosos "vendedores de humo" de la prensa deportiva - término que utiliza el agudo Butters para referirse a quienes todavía hablan de posibilidades matemáticas, de esperanzas, etc. - que el marcador aliancista Guillermo Salas, que sin duda tuvo una buena tarde individual frente a Brasil, había "jugado como los dioses". A veces el buen Phillip también contribuye a formarle imágenes falsas al público. En fin, como diría Pedro Salinas, son "rajes del oficio"...

Si no se firma el TLC, el 25% - si no es menos - de empresarios beneficiados directamente con sus efectos saldrían a decir que el Perú vivirá por siempre en el sub-desarrollo, que no podrá entrar a competir en el mundo globalizado y todo eso. Habrá crisis económica para unos cuantos, tormenta política, trabajo para analistas y "analistas". Si una catástrofe desapareciera, Dios y Rafo León no lo permitan, la ciudadela milenaria de Machu Picchu, el Perú perdería su máximo atractivo turístico, habría que declarar duelo nacional permanente, sería una real tragedia nacional. Pero ¿qué le pasaría al país si desapareciera por completo su actividad futbolística "profesional"?... No hay que ser un genio para inferir de inmediato la respuesta: NO PASARÍA NADA...

Osea, definitivamente si no hay clubes muchos jugadores que no saben hacer otra cosa que aparentar ser profesionales del deporte se quedarían sin trabajo (y quizás aumentaría la inseguridad en las calles debido a que los barristas no encontrarían mejor forma de desfogar sus frustraciones robando, destruyendo, matando... aunque eso, con julbo, ya lo hacen desde hace años). El Bocón y Líbero dejarían de existir dejando en el desempleado a buena cantidad de colegas. Los "pesos pesados" del periodismo deportivo tendrían que dedicarle más minutos y páginas a verdaderos ganadores como Luis Horna, como Sofía Mulanovich, como los equipos de niños especiales que constantemente llenan de orgullo a las pocas personas que se enteran de sus triunfos. O escribirían y hablarían de otros temas, porque el tenis, el surf y las olimpiadas especiales son una nota positiva, "de interés humano", de vez en cuando, pero no venden tanto como para seguirles el paso día a día... Pero insisto ¿le pasaría algo al Perú si deja de tener football? Honestamente, considero que no...

A estas alturas el julbo debería ser eliminado de la vida de nuestra sociedad, porque a lo único que contribuye es a aumentar la sensación frustrante de ser siempre los últimos de todas las filas: Últimos en educación, últimos en seguridad ciudadana, últimos en programas cómicos de calidad, últimos en lucha contra la pobreza, últimos en football. Ya basta. El julbo debería ser tipificado como delito contra la fe pública. Ni siquiera podemos decir que claro, la situación económica es mala, el "chorreo" no deja de ser una simple palabreja grotesca que no existe en la realidad de prácticamente nadie, pero el football sirve pues para elevar los ánimos de esa población deprimida, angustiada que se olvida de sus problemas cotidianos gracias a once gladiadores - iba a decir guerreros pero después de la escapada, él tampoco se salva - capaces de dejar la vida por su selección para alegría de niños desilusionados que viven pegados a una computadora simulando que matan gente, de ancianos desilusionados cansados de que no les aumenten sus pensiones, de jóvenes desilusionados que ven pasar los años pasando de trabajo en trabajo, un día vendiendo cursos de cocina y al día siguiente, vendiendo cualquier otra cosa...

El país no se detendría, sea donde sea que esté yendo, si toda esa maquinaria desorganizada y corrupta fuera borrada del mapa, si en el Perú simple y llanamente no hubiera football. La sociedad no dejaría de moverse, no seríamos ni más ni menos que el mismo país sub-desarrollado que somos ahora. No hay forma de que una selección peruana conformada en el contexto de este constante y cada vez más podrido entramado de componendas, negociados, enriquecimientos en el que nadie apoya nada, en el que nadie se interesa en reformar, en cambiar, en trabajar con divisiones menores, sin compadrazgos ni preferencias ni indisciplinas, alcance el nivel de competencia que exhibe el football real, el moderno, el globalizado, ese que juegan verdaderos profesionales y no peloteros de cartón, ese que está gerenciado por verdaderos profesionales y no por ex-generalotes prepotentes, congresistas desleales y sanguijuelas sedientas de poder y dinero. Aunque la dirección de Perú 21 va más por el lado retórico de la frase, yo la recojo y la asumo como propia en el sentido más literal posible: QUE SE VAYAN TODOS, que desaparezcan y que se cree, realmente desde cero (no "desde cero" con los mismos de siempre) un football peruano nuevo. Aunque esto no sea posible ni siquiera "matemáticamente hablando", soñar no cuesta nada...

martes, 20 de noviembre de 2007

LAS TIENDAS DE DISCOS (parte 2)

A nivel internacional, hay dos clases de tiendas de discos formales: las megatiendas estilo Virgin Records, Tower Records, Musimundo, etc... y las tiendecitas escondidas, esos huecos en los que por lo general uno puede encontrarse con personas extremadamente conocedoras, capaces de conseguir las rarezas más alucinantes... Las primeras son inimaginables en nuestro país: establecimientos inmensos que uno podría tardarse días en recorrer. Pisos y pisos en los que venden desde simples y llanos cassettes hasta instrumentos musicales, partituras, colecciones enteras de CDs y DVDs de cualquier artista o género.
Sea por experiencia personal o por haber escuchado la descripción de alguien que haya estado en una de estas tiendas, queda claro que además de la locura que para un melómano puede representar estar en un sitio como ése, es un hecho que jamás vamos a ver en Lima una tienda similar. Las segundas son más bien, parecidas a la que muestra la película High Fidelity (2000) del hoy famoso realizador británico Stephen Frears, director de la aclamada The Queen (2006).
En High Fidelity, John Cusack encarna a un apasionado coleccionista de discos que además, es dueño de una de esas tiendas pequeñas, sin mucho presupuesto, que se mantienen debido a la exquisitez de sus conocimientos musicales, capaces de satisfacer las exigencias del cliente más especial. Aunque sus compañeros (representados por Jack Black y Todd Louiso) no se muestran tan amables con el público y presentan características y formas de comportamiento algo marginales, también poseen extremados conocimientos y un innegable amor por la buena música, lo cual asegura una atención esmerada cada vez que los clientes les demuestran estar "a su altura" en cuanto a sus elevados niveles de apreciación. Ellos no venden cualquier cosa. No señor. Ellos venden arte.
¿A qué quiero llegar? Las megatiendas - por lo que he escuchado, ya que aun no tengo la fortuna de conocer una personalmente - son empresas gigantescas, que cumplen con estándares de atención de extremada calidad. Y aunque es probable que su personal tenga los niveles de automatización que podríamos encontrar en Lima en un vendedor de, digamos - y la comparación la hago únicamente para formar una idea de lo que trato de decir, porque no hay punto de comparación en realidad - Ace Home Center o Sodimac, nunca he escuchado que sus conocimientos musicales sean limitados o que su capacidad de respuesta no satisfaga los requerimientos de un cliente exquisito. Aún cuando el vendedor no sea un experto en música, sin duda alguna estas megatiendas cuentan con un sistema computarizado que ubica los productos a la velocidad del rayo y que está constantemente actualizado. Y sin duda alguna, salvo error u omisión, estos vendedores trabajan en horarios rotativos, reciben capacitación a cada momento y están en contacto directo con el interesantísimo mundo de la industria musical. Esas son las principales tiendas de ciudades como Miami, New York o Buenos Aires. En nuestro país, las principales empresas de venta de música tienen tiendas iguales y peores que las retratadas por Frears en High Fidelity.
En Lima, y desde hace más de 15 años - si no más - las tiendas de discos son administradas por personas a quienes difícilmente podríamos identificar con el personaje de Cusack. Empresarios que no tienen esa conexión emocional, telúrica con el mundo musical, y si la tienen, es tan superficial que se obnubila hasta desaparecer cuando ven que los números comienzan a funcionar - para ellos - y terminan dejando de lado esa naturaleza casi mística que existe en el círculo conformado por el COMPRADOR-PRODUCTO MUSICAL-VENDEDOR, utilizándola únicamente cuando puede servir como instrumento de marketing. El signo de los tiempos: la estrategia de venta que finge y que es capaz de encumbrar a personas y productos que, usando ciertos términos, consigue un efecto positivo para sus propósitos, aunque en realidad no sepa de qué está hablando o qué está ofreciendo.
A pesar de esa desidia, estos empresarios han tenido - y tienen - la suerte de que ese círculo místico configurado por el que compra música, el producto musical y el que vende, se siga generando porque los puntos de venta están llenos de personas que buscan ingresar a esos puestos de trabajo por su afición por la música. Jóvenes melómanos, coleccionistas, expertos en ciertos géneros, van y se presentan a las convocatorias para captar personal nuevo y al ingresar, se auto-capacitan. En muchos casos, los niveles de atención especializada en las cadenas musicales de Lima es altísimo - algo que incluso ha sido resaltado por clientes extranjeros - pero ese no es en ningún caso, mérito de los dueños, es una casualidad de la cual se aprovechan y que dicho sea de paso, y ese es uno de los hilos conductores de mi crítica, nunca valoran debidamente.
¿Por qué pasa esto? por la necesidad. Estos jóvenes están buscando trabajo, la mayoría no cuenta con estudios superiores y aunque no son del todo marginales - por no generalizar - provienen de medios socio-económicos que evidentemente no son los mejores de la capital. "Mano de obra barata" diría un analista laboral. Por ahí aparece uno que otro joven con estudios pero que no se ha podido insertar en el mercado laboral, que además posee conocimientos musicales y se presenta al trabajo. Ingresa. Y trabaja en las mismas condiciones que los demás. La necesidad produce un cuerpo de vendedores (una "fuerza de ventas") que termina convirtiéndose en una cuadrilla homogénea que espera las directivas de quienes "más saben", los empresarios, los dueños. La necesidad de trabajar limita el derecho de exigir un trato diferenciado, no solo por asuntos ligados a la preparación académica, sino a cuestiones más generales: es imposible aspirar a un horario adecuado que permita seguir estudios, tener una vida más normal, por ejemplo. Desde luego, esto tiene que ver con la incapacidad de estos empresarios para comprender que deberían invertir más y pagar lo que pagan implementando turnos dobles - como hacen las megatiendas más importantes del mundo - ya que eso representaría gastar más. Y eso no les conviene.
Porque el trabajo de venta en tienda de música es, para estos empresarios, tan simple como el de vender ropa, vender seguros, vender papas... Pero no es así. No señores. Vender música es vender arte. De eso hablaré en la próxima...